sábado, 3 de junio de 2023

Sábado de los Difuntos (2º)

"Designa un lugar en las tiendas de tu justicia para las almas de aquellos que han partido antes que nosotros, oh Cristo nuestro Señor, y ten misericordia de nosotros, porque solo Tú eres inmortal. Amén".

Es un tipo de fiesta que tiene como base la Pascua,
celebrándose cada año 57 días antes y 48 días (hoy) después de la misma. El primero se realiza el sábado* anterior al Domingo del comienzo de ayuno de carnes (del gr. "απὀκρεο", [apócreo]), que es el tercer Domingo del Triodio. El segundo se realiza el sábado anterior al Domingo de Pentecostés, es decir, hoy.
Se llama "Sábado de las Almas" (del gr. "Ψυχοσάββατο", [Psijosábato], Sábado (
del gr. "σάββατον", [sábbaton], y este del hebreo "יום השבת" [shabat], ‘reposo’, ‘día de reposo’, que deriva del verbo "shâbath": ‘cesar (de trabajar): descansar de las psiques o de las almas). Suele ser traducido al español como Sábado de o por los Difuntos. 
La razón establecida por la Iglesia, a pesar de que todos los sábados están dedicados a los difuntos, es: 
 





 
 
Debido a que muchos, cada cierto tiempo, morían jóvenes en un país extranjero, o en el mar, o en las montañas y los precipicios, o algunos debido a la pobreza, no tuvieron la oportunidad de recibir el funeral apropiado con sus correspondientes oraciones, los Padres establecieron que se diesen limosas y se celebrase por ellos la Divina Liturgia pidiendo a Dios por el perdón de los pecados de aquellos que ya no pueden rogar por sí mismos tal y como nos lo dice San Dionisio Areopagita, recibiendo y transmitiendo la tradición de los Apóstoles Bienaventurados.
De que todos los difuntos reciben el beneficio infinito de la oración tenemos constancia por diversas fuentes, pero sobre todo por un hecho ocurrido en vida de San Macario de Egipto que tenía costumbre de rezar por todos los difuntos. 
 





 
 
Pedía a Dios que le revelase si producía algún fruto su oración y un día mientras andaba por el desierto encontró el cráneo resecado de un pagano. Al tocar el Santo la calavera con un palo de una palmera, ésta emitió una voz. En respuesta al Santo, ¿De quién eres? La calavera contestó: "Yo fui un sacerdote pagano, y viví en este lugar. Abad Macario, compadécete de nosotros, los que nos encontramos en el permanente tormento, y reza por nosotros, pues tu oración nos trae consuelo". El Santo preguntó, "¿En qué consiste el consuelo de mi oración?" la calavera respondió, "Cuando rezas por nosotros, aparece luz, y nosotros comenzamos a vernos, unos a los otros." 
 
 
 
 
San Macario de Egipto (19 de enero)

 
 
 
De esta manera, la oración unifica (reúne) nuestro mundo con el otro mundo, en el que se encuentran los Angeles, los Santos y nuestros parientes y amigos que se fueron. Desde el momento de la Resurrección de Jesucristo la muerte perdió su anterior significado nefasto, pero comenzó siendo el principio de una nueva vida.
La emperatriz Teodora, por las oraciones de muchos Padres y Confesores, libró del infierno al impío Teofilo. San Gregorio el Teólogo, en su oración fúnebre por su hermano Cesáreo afirmó que las suplicas por los difuntos son en gran manera beneficiosas para ellos. 
 
 




 
 
San Juan Crisóstomo dice: “Vamos a darles a los difuntos toda la ayuda que podamos: limosnas y ofrendas en la Iglesia en su nombre, porque esto les proporciona grandes beneficios. De hecho estas prácticas se han transmitido a la Santa Iglesia de Dios por los Muy Elogiados Apóstoles y el sacerdote ha de recordar a los que han muerto en los Divinos Misterios.
 

Sábado de los Difuntos. Nuestras oraciones por los difuntos

1. Participación de una persona después de la muerte.

2. Necesidad de orar por los difuntos.

3.Compasión cristiana hacia los que sufren.

4. Oraciones de la Iglesia por los difuntos.
 
 
La separación de las almas a la hora de la muerte
 
 







Fuente: saint.gr, fatheralexander.com, parroquiaortodoxadealicante.blogspot.gr
“Yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”. (Isaías 56,7).