La Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo


Versos: "Te sentaste a la diestra del Padre, oh Logos, 
Concediendo a los iniciados tuyos una fe inquebrantable".
En este día, el Jueves de la sexta semana después de Pascua, celebramos la Ascensión de Nuestro Señor, Dios, y Salvador, Jesús Cristo.

Cuando Cristo estaba con los discípulos antes de su Pasión, Él les prometió la venida del Espíritu Santo, diciendo: “Porque si no me voy, el El Paráclitos (del gr. “Παράκλητος”) no vendrá a vosotros”. Y de nuevo: " Cuando venga Él, Él os enseñará toda la verdad”. Por esta razón, después de que Él resucitó de entre los muertos, siendo visto por ellos durante cuarenta días, les dio pruebas más firmes de su Resurrección. Finalmente, después de hacer muchas promesas con respecto al Reino de Dios, Él les ordenó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran allí a la venida del Espíritu Santo, ya que iban a ser bautizados a través de Él. Les ordenó que permanecieran en Jerusalén, para que en ese lugar la predicación del Evangelio pudiese ser primero confirmada, antes de ir al extranjero.  Antes de ir a lugares donde les acusarían de blasfemia y donde serían presa fácil de la calumnia, y porque era necesario que estuvieran equipados, como soldados, con las armas del Espíritu, yendo así a la batalla contra los enemigos de Cristo.





Cuando llegó el momento de la Ascensión, Él los condujo al Monte de los Olivos (es llamado por este nombre, porque tenía una gran cantidad de olivos), y conversó con ellos acerca de Su proclamación hasta los confines de la tierra, y también acerca de Su Reino eterno por venir.
Cuando vio que iban a preguntarle qué debían hacer, y ya que su inmaculada Madre también estaba presente allí, dirigió su atención hacia los ángeles, quienes indicaron su ascenso al cielo. Y mientras ellos observaban, fue tomado de entre ellos, y en una nube fue retirado de allí. Siendo escoltado por los ángeles, quienes se exhortaron unos a otros a levantar las puertas celestiales*, asombrados porque Su carne estaba teñida de rojo por la sangre, El ascendió y se sentó a la derecha del Padre, deificando la carne, y ,me atrevo a decir, poniéndola al nivel de Dios. A través de la carne fuimos reconciliamos con Dios y la antigua enemistad fue destruida.




Los ángeles se presentaron ante los Apóstoles en forma de hombres, diciendo: "Vosotros, hombres de Galilea, ¿por qué os quedáis asombrados, mirando hacia el cielo? Este Jesús, quien visteis como Dios en la carne, vendrá de nuevo así, es decir, en la carne; pero no como antes, en la pobreza y la amabilidad, sino con gran gloria, como lo contempláis ahora, escoltado por ángeles”.
Entonces los Apóstoles, cansados ​​por sus miradas, regresaron al Monte de los Olivos. Esto está muy cerca de Jerusalén, a una distancia de dos mil cuarenta pasos (1554,48 m.). Este es el “Camino del Sábado”. Así fue establecido por Moisés, caminar estos pasos en Sábado, porque esta era la distancia del  el Arca de la Alianza  al campamento de los judíos. Estaba permitido para los fieles acudir allí el Sábado, pero no prolongar su viaje más lejos. 






Por esta razón fue llamado el “Camino del Sábado”. Por esto, algunos creen que la Ascensión de Cristo tuvo lugar en sábado, pero esto es bastante improbable.
Cuando regresaron, los Apóstoles fueron a la parte superior de la casa,  en la que permanecieron, junto con las mujeres portadoras de mirra y la Madre del Logos, dedicándose al ayuno, la oración y las súplicas y a la espera del advenimiento del Espíritu Santo, según la promesa.
Oh Cristo, nuestro Dios, que ascendiste en gloria, ten piedad de nosotros. Amén


Himnos de la Fiesta de la La Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo.

"El Señor sube a los cielos para enviar el Paráclito al mundo. Los cielos han preparado su trono, las nubes el carro en el cual ascender; se asombran los ángeles viendo un hombre por encima de ellos. El Padre recibe a Aquél que desde la eternidad en su seno mora" (primer tropario de las vísperas ).
Otros dos troparios, de vísperas, proponen una relectura cristológica del salmo 23, que en la liturgia de la noche de Pascua estaba relacionado con el descenso de Cristo al Hades y hoy incluso con la Ascensión: "El Espíritu Santo ordena todos sus ángeles: Alzad, príncipes, vuestras puertas. Gentes todas, batid las manos, porque Cristo ha subido a donde estaba antes. Mientras Tú ascendías, oh Cristo, del monte de los olivos, las huestes celestiales que te veían, se gritaban una a la otra: ¿Quién es éste? Y respondían: Es el fuerte, el poderoso, el poderoso en la batallas; éste es verdaderamente el Rey de la gloria".






En diversos troparios encontramos expresiones referentes a su humanidad que sirven para indicar la divinidad del Verbo de Dios: "Tú que, sin separarte del seno paterno, oh dulcísimo Jesús, has vivido en la tierra como un hombre, hoy desde el monte de los Olivos has ascendido a la gloria: y levantando, compasivamente, nuestra naturaleza caída, la has hecho sentar contigo junto al Padre".
Son palabras que nos recuerdan el canto de las Lamentaciones del Sábado Santo. Además encontramos el tema de la glorificación de nuestra naturaleza humana caída y redimida. Por lo que respecta al oficio matutino, recordamos algunos de los troparios de San Romano "Mélodos": "Cumplida la economía en favor nuestro, y junto a las celestes, las realidades terrestres, has ascendido a la gloria, oh Cristo Dios nuestro, sin separarte todavía en modo alguno de aquellos que te aman; pero permaneciendo inseparables de ellos, declara: 

Yo estoy con vosotros, y ninguno está contra vosotros. 








Dejad sobre la tierra lo que es de la tierra, abandonad lo que es de las cenizas al polvo y entonces venid, elevémonos, levantemos los ojos y la mente a lo alto, alcemos la mirada y los sentidos hacia las puertas celestes, mientras somos mortales; imaginemos que vamos al Monte de los Olivos y vemos al Redentor portado por una nube: de allí, de hecho, el Señor ascendió a los cielos; desde allí, él, que ama dar, ha distribuido dones a sus apóstoles, consolándolos como un padre, confirmándolos, guiándolos como hijos y diciéndoles: No me separo de vosotros: yo estoy con vosotros y ninguno está contra vosotros". 
Nuestro Señor Jesucristo, después de su brillante Resurrección de entre los muertos, no abandonó inmediatamente el mundo, sino que continuó durante cuarenta días presentándose ante sus discípulos (Hechos 1: 3). 





Estas apariciones posteriores a Su Resurrección para ellos fueron de gran importancia. Debían los desconfiados y temerosos discípulos experimentar el hecho de la Resurrección de su Maestro y disipar toda duda y cada síntoma de infidelidad hacia Él.

En el cuadragésimo día, según el Evangelio de San Lucas, el Señor "sacó a Betania" a Sus discípulos, en el Monte de los Olivos, donde oraba habitualmente. "Y alzando sus manos, los bendijo" (Lucas 24:50). " 
Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo " hasta que lo perdieron de vista. Y después de adorarle, regresaron a Jerusalén con gran alegría y permanecieron constantemente en el templo, alabando y glorificando a Dios.
El Evangelista Marcos, describiendo más brevemente maravilloso y al mismo tiempo conmovedor evento , dice que después de enviar el Señor a los discípulos por todo el mundo a predicar el Evangelio y a bautizar a las naciones (Marcos 16:15-18), "fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 





Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían." (Marcos 16: 19-20).
Esta bendición es ahora el comienzo del Pentecostés. El Señor asciende para enviarnos el Espíritu Paráclito (del gr. "παράκλητο",[Paráclito], consolador) , como dice el tropario de la fiesta:""Ascendiste con Gloria, Oh Cristo Dios Nuestro, y alegraste a tus discípulos con la promesa del Espíritu Santo, confirmándoles con tu bendición que eres el Hijo de Dios, el Salvador del mundo".
La Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo es, sin duda, el final triunfante de su presencia en la tierra y de su obra redentora. "Fue recibido en gloria" para confirmar Su cualidad divina a Sus discípulos presentes. Para afianzarlos aún más en su realmente titánica lucha, la cual Él les encomendó: la continuación de su obra de salvación para la humanidad.




El Señor Jesucristo ascendió a los cielos, pero no abandonó al género humano, por el cual derramó Su santa sangre. Se sentó a la diestra de Dios en los gloriosos cielos, pero su presencia se extiende a toda la tierra y a los fines de la creación. Dejó en la tierra Su Iglesia, la cual es Su cuerpo resucitado, incorrupto y divinizado,  para ser el medio de salvación para todos los seres humanos que desean salvarse.
La psique perceptible de Su cuerpo es el Dios Paráclito, "el Espíritu de verdad" (Juan 15,26) el cual vino en el santo día de Pentecostés a él ( su cuerpo, la iglesia), para permanecer hasta el fin del mundo.




La salvación tiene lugar con la incorporación orgánica de los fieles en el cuerpo divino-humano de Cristo. A esto se refería cuando les prometió a sus discípulos: "He aquí Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20).

* NOTAS:  Del salmo 23 (24 Vulgata):7. “Levantad, ¡oh, príncipes!, vuestras puertas, y elevaos vosotras, ¡oh puertas de la eternidad!, y entrará el rey de la gloria. 8. ¿Quién es ese rey de la gloria? Es el Señor fuerte y poderoso; el Señor poderoso en las batallas. 9. Levantad, ¡oh príncipes!, vuestras puertas, y elevaos vosotras, ¡oh puertas de la eternidad! y entrará el rey de la gloria. 10. ¿Quién es ese rey de la gloria? El Señor de los ejércitos, ése es el rey de la gloria.

Lectura de los Apóstoles: Hechos de los Apóstoles 1: 1-12 

Lectura del Evangelio: Lucas 24: 36-53 

Apolitiquio tono 4 (video, griego)

Apolitiquio Tono 4  (audio, español)

Ascendiste con Gloria, Oh Cristo Dios Nuestro, y alegraste a tus discípulos con la promesa del Espíritu Santo, confirmándoles con tu bendición que eres el Hijo de Dios, el Salvador del mundo.







Fuente: saint.gr, iglesiaortodoxa.org, lexorandies.blogspot.gr, biblegateway.com, johnsannidopoulos.com, users.sch.gr, xfe.gr, diakonima.gr

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