"Interminables frutos y alimentos fueron encontrados en el horno, por los campeones Eucarpio y Trófimo".
Cuando se inició una persecución contra los cristianos en Nicomedia en el año 298 d.C. durante el reinado del emperador Maximiano , muchos cristianos fueron capturados y encarcelados. Después de ser interrogados con muchos análisis y castigos, los que permanecieron hasta el final en su confesión de la fe de Cristo, fueron ejecutados.
En ese momento también estaban los Mártires de Cristo Trófimo y Eucarpio, que al principio eran poderosos y audaces y parte del ejército imperial, a través del cual eran perseguidores y enemigos extremos de Cristo y de los cristianos, y reunían cristianos y los encarcelaban. Habían llegado al punto en que los tiranos les daban toda la autoridad contra los cristianos, y castigaban y se ocupaban de quienes ellos quisieran.
Un día, cuando fueron a capturar a algunos cristianos, vieron una nube ardiente, que parecía un gran fuego que descendía del cielo sobre ellos, y oyeron una voz que les dijo: "¿Por qué os apresuráis a aterrorizar a mis sirvientes? No se engañen, ya que nadie puede tener autoridad sobre los que creen en mí. Por tanto, únanse a Mis siervos, y ganarán el Reino de los Cielos ".
 |
Cuando escucharon esta voz, aquellos que alguna vez fueron audaces y salvajes y se jactaban de estar en contra de los cristianos, ahora cayeron al suelo, y no pudieron levantar sus ojos para ver, ni pudieron resistir la voz atronadora del cielo. Mirando hacia el suelo, dijeron: "Verdaderamente Dios es grandioso, Quien se nos ha aparecido este día, y también queremos ser bendecidos y estar en pie de igualdad con Sus siervos".
Mientras decían estas cosas con miedo y temblor, la nube de fuego se dividió en dos, y cada una se paró a cada lado de ellos. Entonces una voz una vez más les llegó desde la nube, diciendo: "Levántate, y como te arrepientes de tu error, mira que tus pecados te son perdonados". Cuando se levantaron, vieron a un hombre hermoso vestido de blanco, sentado en medio de la nube, y ante él había una gran multitud. Asombrados por esta visión, dijeron con una sola voz: "Acéptanos también Señor, nuestras transgresiones son muchas e inconmensurables, porque te hemos despreciado a ti, el único Dios verdadero, y hemos deshonrado a los cristianos que creyeron en ti".
Habiendo dicho esto los soldados, la nube una vez más se volvió una y ascendió al cielo. Después de esto, lloraron mucho por su error y crueldad anteriores, y habiendo suplicado a Dios, volvieron atrás.
Mientras decían estas cosas con miedo y temblor, la nube de fuego se dividió en dos, y cada una se paró a cada lado de ellos. Entonces una voz una vez más les llegó desde la nube, diciendo: "Levántate, y como te arrepientes de tu error, mira que tus pecados te son perdonados". Cuando se levantaron, vieron a un hombre hermoso vestido de blanco, sentado en medio de la nube, y ante él había una gran multitud. Asombrados por esta visión, dijeron con una sola voz: "Acéptanos también Señor, nuestras transgresiones son muchas e inconmensurables, porque te hemos despreciado a ti, el único Dios verdadero, y hemos deshonrado a los cristianos que creyeron en ti".
Habiendo dicho esto los soldados, la nube una vez más se volvió una y ascendió al cielo. Después de esto, lloraron mucho por su error y crueldad anteriores, y habiendo suplicado a Dios, volvieron atrás.
A todos los cristianos que encontraban encarcelados, ayudaron a desterrar todo temor y timidez en sus corazones, abrazándolos y venerándolos como hermanos, y habiéndolos soltado de sus ataduras, les dijeron que regresaran a sus hogares.
Cuando el gobernante se enteró de esto, se enfureció mucho contra ellos y ordenó que se presentaran ante él. Les hizo preguntas para descubrir la causa de su cambio. Cuando le narraron en detalle la visión que tuvieron, el gobernante ordenó que fuesen colgados y golpeados. Luego ordenó que fuesen frotadas sus heridas con pieles de pelo animal. Los santos soportaron valientemente estos tormentos, oraron, se regocijaron y agradecieron a Dios. El gobernante, viéndolos alegrarse, ordenó que se encendiera un horno en el centro de la ciudad de Nicomedia, y que los santos fueran arrojados dentro. Cuando esto sucedió, los bendecidos entregaron sus almas en las manos de Dios, y recibieron las coronas inmarcesibles del martirio.
Cuando el gobernante se enteró de esto, se enfureció mucho contra ellos y ordenó que se presentaran ante él. Les hizo preguntas para descubrir la causa de su cambio. Cuando le narraron en detalle la visión que tuvieron, el gobernante ordenó que fuesen colgados y golpeados. Luego ordenó que fuesen frotadas sus heridas con pieles de pelo animal. Los santos soportaron valientemente estos tormentos, oraron, se regocijaron y agradecieron a Dios. El gobernante, viéndolos alegrarse, ordenó que se encendiera un horno en el centro de la ciudad de Nicomedia, y que los santos fueran arrojados dentro. Cuando esto sucedió, los bendecidos entregaron sus almas en las manos de Dios, y recibieron las coronas inmarcesibles del martirio.
NOTA:
Aparte del día de hoy, existen otros 5 santos con el nombre de Trófimo, los cuales son conmemorados respectivamente el 31 de octubre, el 19 de septiembre, el 29 de septiembre, el 14 de abril, el 21 de julio y el 11 de marzo.
Fuentes consultadas: synaxarion.gr, saint.gr, diakonima.gr
