jueves, 7 de marzo de 2024

San Pablo el Simple

San Pablo el Simple, que era también anacoreta, fue uno de los más eminentes discípulos de San Antonio el Grande, en la Tebaida de Egipto.

Se muestra a continuación una compilación del relato de su vida recogido en la "Historia Lausiaca"**, escrita por el monje Paladio de Galacia*** en los años 418-420 d.C., cuando era obispo de Helenópolis de Bitinia****.

Hasta los sesenta años había sido labriego; pero la infidelidad de su mujer, a la que sorprendió en flagrante delito, le ayudó a desprenderse del mundo. Abandonó a su esposa, sin una palabra de reproche, y emprendió un viaje de ochenta días por el desierto en busca de San Antonio, para rogarle que le aceptara como discípulo y le enseñase el camino de la salvación.
El santo, juzgándole ya muy viejo para emprender la vida de ermitaño, le aconsejó que volviera al mundo a servir a Dios en el trabajo, o que entrara en algún monasterio en que su simpleza no constituyese un obstáculo. Acto seguido, le cerró la puerta. 
 




San Pablo el Simple y San Antonio el Grande



 
 
En vez de obedecer, Pablo permaneció allí cuatro días, entregado al ayuno y la oración hasta que San Antonio lo vio al abrir la puerta. "Vete de aquí anciano, le dijo el patriarca ¿Por qué eres tan testarudo? No puedes quedarte aquí toda la vida." San Pablo replicó: "En este sitio voy a morir." Viendo que no tenía alimentos y temiendo que su muerte le pesara sobre la conciencia, San Antonio tuvo que admitirle en el monasterio contra su voluntad. "Para salvarte, tienes que ser obediente y hacer todo lo que yo te mande," le recomendó: "Haré todo lo que me mandes."
El patriarca sometió a su discípulo a un noviciado que habría asustado a otro menos decidido. Primeramente le mandó permanecer orando, fuera de la celda, hasta nueva orden; San Pablo obedeció fielmente, a pesar del ardiente sol y del ayuno. Después le permitió entrar en la cueva a tejer esteras, tal como él lo hacía; así lo hizo el anciano, sin dejar de orar. 
 
 
 


San Pablo el Simple. 7 de Enero.





Cuando ya había fabricado quince esteras, San Antonio le dijo que estaban mal hechas y le ordenó deshacerlas y recomenzar la tarea. San Pablo obedeció sin murmurar. Cuando terminó de tejer las esteras por segunda vez y en ayunas, San Antonio le sometió a otra prueba: Como el pan estaba muy duro y seco, le mandó que pusiera seis onzas en remojo pero, en vez de comer en seguida, San Antonio se sentó junto al anciano, sin tocar el pan, y ambos se pusieron a cantar salmos hasta el atardecer, que era la hora de comer. Después de la comida acostumbraban orar algunas horas, tomaban un corto descanso y se levantaban de nuevo a orar hasta el amanecer. A la caída del sol, cada uno tomaba una rebanada de pan y Antonio preguntaba a su discípulo: "¿Quieres otra rebanada?" "Sí," respondía éste; "si tú también la tomas." Antonio replicaba: "Con una tengo bastante; yo soy monje." El anciano replicaba: "Entonces, a mí también me basta con una, pues yo quiero ser monje." La escena se repetía a diario, aunque a veces la prueba cambiaba de forma. 
 
 




San Pablo de Thebaida de Egipto, apodado "el Simple"






Por ejemplo, San Pablo recibía la orden de ir a traer agua y verterla en un agujero, o bien tejer canastas de juncos para destejerlas después, o coser y descoser sus vestidos; pero, por absurdos que fuesen los mandatos de San Antonio, San Pablo obedecía pronto y alegremente. En cierta ocasión, San Antonio vació un tarro de miel en el suelo y mandó a San Pablo que la recogiese sin un ápice de polvo.
En otra ocasión, con algunos huéspedes en la ermita, San Pablo interrumpió la conversación para preguntar si los profetas habían precedido a Jesucristo o Este a los profetas. San Antonio, un tanto avergonzado por la ignorancia de su discípulo, le mandó ásperamente que guardara silencio y saliese de la ermita. 
Pablo obedeció al punto y no volvió a abrir la boca, hasta que algunos monjes comunicaron el hecho a San Antonio, quien había olvidado ya el incidente. Comprendiendo que el silencio de Pablo era una muestra de perfecta obediencia, exclamó: "Este monjecito nos deja atrás a todos, pues obedece sin chistar a la menor indicación de la voluntad de un hombre, en tanto que nosotros cerramos con frecuencia los oídos a las palabras que vienen del cielo." 
 
 
 





 
 
 
 
Cuando San Antonio juzgó que había probado suficientemente a San Pablo, le destinó una celda a unos cinco kilómetros de distancia de la suya e iba a visitarle con frecuencia. Pronto descubrió que San Pablo poseía singulares dones espirituales y un poder de curar y exorcizar más grande que el suyo. Así, cuando San Antonio no podía sanar a un enfermo, lo enviaba a San Pablo, quien le curaba infaliblemente.
Otro de sus dones era el de leer en los corazones; al ver a un hombre en la iglesia, con sólo mirar su rostro, podía decir si sus intenciones eran buenas o malas. Guiado por esos signos de la divina predilección, San Antonio llegó a estimar a su anciano discípulo más que a ningún otro y, frecuentemente le ponía por modelo.
No hay que confundir a San Pablo llamado "el simple", por su sencillez de niño, con San Pablo el ermitaño de Tebaida cuya fiesta se celebra el 15 de enero.
 
 




Dormición de San Pablo el Simple



 
NOTAS:

** Historia Lausíaca: Vidas de los Padres del Desierto (S. Paladio). Parte 3 (Ver CAPÍTULO XXII, PABLO EL SIMPLE (p.98)

*** Paladio era discípulo de Evagrio Póntico, que había escrito el Tratado práctico sobre el monje y dedicó esta obra al comitente Lauso, chambelán bizantino de Teodosio II, de donde procede su título.En la Historia Lausiaca se relatan los primeros días del monacato cristianoen Egipto, tanto el anacorético como el pacomiano. No debe confundirse con la Historia Monachorum in Aegypto, escrito poco antes o con la presentación de los orígenes del monacato egipcio que se encuentra en la Vida de san Pablo el Ermitaño de san Jerónimo.


**** Helenópolis o Drepana era una antigua ciudad greco-romana y bizantina y obispado en Bitinia, Asia Menor, en el lado sur del Golfo de Astacus. Se ha identificado con el pueblo moderno de Hersek, en el distrito de Altınova, provincia de Yalova. Es tradicionalmente considerado como el lugar de nacimiento de Santa Elena.
 
 

Apolitiquio tono plagal del 4º

En ti fue seguramente preservada la imagen, porque tomando tu cruz, seguiste a Cristo, y por tus obras nos enseñas a despreciar la carne como pasajera, y a cuidar del alma como inmortal. Por eso, con los ángeles, se regocija tu espíritu, Venerable Pablo
.

Condaquio tono 2º

Armado divinamente de pureza de alma y blandiendo la poderosa lanza de la oración incesante, has traspasado los rangos de los demonios, Pablo
, Padre nuestro. Ruega sin cesar por todos nosotros.
 






Fuentes consultadas: ortodoxia.com, pigizois.net, Adaptación de "Historia Lausíaca: Vidas de los Padres del Desierto (S.Paladio)", wikipedia.org, saint.gr, traditionalcatholic.co, synaxarion.gr, diakonima.gr. 

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