4.1. A los Romanos

Introducción (por P.Trempelas)

Antes de la llegada de Pablo a Roma, la cual tuvo lugar durante su primer encarcelamiento, es decir alrededor del a
ño 60 d.C., no parece probable que otro Apóstol hubiese predicado el Evangelio allí. Porque de otro modo cómo es posible que asegure Pablo sobre sí mismo, en relación con Roma, que prefería predicar el Evangelio no allí donde ya fue predicado por otros el nombre de Cristo, para no construir sobre cimiento ajeno (Rom. 15, 20)

A pesar de esto, como se muestra en la epístola, en Roma había Iglesia establecida y floreciente. 
¿Cómo entonces y por quién fue fundada? La explicación más probable parece ser que el Cristianismo llegó a la entonces capital del mundo no por miembros de comunidades judías que florecieron allí en la época de Pompeyo (61 d.C.), las cuales escucharon la predicación del Evangelio en Jerusalén y desde allí lo transmitieron, sino que vino de cristianos que procedían de gentiles (idólatras) y visitaban a menudo la capital desde Siria, Macedonia, y Acaya por motivos comerciales y políticos.    
Entre estos motivos están también incluidos Andrónico y Junia (17 de mayo), los cuales son nombrados en la epístola (Rom. 16, 7)
Y a buen seguro fueron también incluidos entre los miembros de la Iglesia de Roma muchos de los judíos, como es mostrado en el contenido de la epístola (ver todo lo referente a Abraham y a Adán en los primeros capítulos), pero en su mayor parte los cristianos de Roma provenían de gentiles (ver lo desarrollado en los capítulos 9 en adelante).
Debido entonces a que el Apóstol tenía desde hacía mucho tiempo el deseo de visitar Roma y tenía ya la disposición de emprender su viaje hacia ella con la primera oportunidad, aprovecha este viaje Febe (3 de septiembre), la cual era diaconisa en la Iglesia de Céncreas, para enviar desde Corinto a los cristianos de allí esta carta suya. Y les envía la carta para anunciarles el viaje que tenía pensado hacer, y al mismo tiempo para preparar el terreno entre ellos para la proliferación de su obra, cuando les visitase. En base a este objetivo está encaminado su Evangelio, desarrollando sus líneas centrales. 
Y si tenemos en cuenta que el Apóstol tenía la intención de llevar a Jerusalén las contribuciones  económicas que habían sido reunidas por las distintas Iglesias de los gentiles para los cristianos pobres de allí, como se hace referencia en la epístola (15, 25-28), podemos obtener la conclusión de que Pablo escribió esta epístola durante su último viaje a Corinto y unos pocos meses antes de ser arrestado en Jerusalén, para ser encarcelado a continuación en Cesarea; es decir, alrededor del 58 d.C.  




EPISTOLA DEL APOSTOL PABLO A LOS ROMANOS.


CAPITULO 1

Salutaciones.

1. Pablo siervo de Jesús Cristo, llamado a ser apóstol, escogido para el servicio del evangelio de Dios,


2. el cual había prometido Dios por sus profetas en las santas Escrituras,


3. acerca de su Hijo, el cual, desde el punto de vista humano, nació del linaje de David, 


4. fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, es decir Jesús Cristo nuestro Señor, 


5. por quien recibimos la gracia y el apostolado, para predicar la obediencia a la fe por todas las naciones en su nombre, 


6. entre los cuales sois también vosotros llamados de Jesús Cristo,


7. escribo a todos los que os encontráis en Roma, los amados de Dios, llamados a ser santos. La gracia sea con vosotros y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús Cristo. 



Deseo de Pablo de visitar Roma. 

8. Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesús Cristo por todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.


9. Testigo me es Dios, a quien sirvo con mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que os recuerdo sin cesar, y siempre ruego en mis oraciones, 


10. por que, con la voluntad de Dios, pueda lograr finalmente ir a vosotros.


11. Porque tengo un fuerte deseo de veros, para transmitiros carismas espirituales, a fin de que seáis confirmados;


12. esto es, para alentarnos mutuamente, cuando esté con vosotros, por la mutua fe, la vuestra y la mía. 


13. No quiero que ignoréis, hermanos, que muchas veces he tenido la intención de ir a vosotros, pero hasta ahora he sido estorbado, para tener algún fruto también entre vosotros, así como entre los demás gentiles.


14. A griegos y a no griegos*, a sabios y a iletrados soy deudor.

* A gentiles y a no gentiles. (Ver Rom.1,5; Mc. 7, 26. San Nicodemo del Monte Atos, utiliza en sus obras la palabra “‘ελληνας” [élinas] referiéndose a gentiles, idólatras o paganos.


15. Por eso, en lo que a mí respecta, estoy dispuesto a predicaros el evangelio a vosotros que os encontráis en Roma.



La naturaleza del evangelio.

16. Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo; es poder de Dios para salvación de todo hombre que cree; al judío primeramente, y también al griego.


17. Porque en él se revela la justificación por parte de Dios, por fe y para fe, como está escrito: Aquel que es justificado por la fe vivirá.



La conducta común de los gentiles.

18. Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda irreverencia y maldad de los hombres, los cuales por sus maldades sofocan la verdad,


19. porque lo que sea posible que sea conocido de Dios, les es manifiesto, debido a que Dios se lo manifestó.


20. Porque sus cualidades invisibles, es decir su eterno poder y su Deidad, son  claramente visibles, desde la creación del mundo, siendo entendidas a través de las creaciones, de modo que sean los hombres inexcusables, 


21. pues aunque conocieron a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que con sus pensamientos se entregaron a cosas vanas, y su necia inteligencia fue entenebrecida.


22. Y mientras decían ser sabios, se convirtieron en necios,


23. y cambiaron el esplendor del Dios incorruptible por la semejanza de forma de hombre corruptible y de aves y de cuadrúpedos y de reptiles.


24. Por eso, los entregó Dios con los deseos de sus corazones en impurezas, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos.


25. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a la creación en lugar de al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.


26. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,


27. y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en sus lascivias unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo así el uno del otro la retribución debida de sus extravíos que se merecían.


28. Y como ellos no consideraron importante tener un correcto conocimiento a través de Dios, los entregó Dios a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen,


29. llenos de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;


30. murmuradores, calumniadores, enemigos de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,


31. necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;


32. quienes, aunque conocieron la ley de Dios, y que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.




CAPITULO 2. 

Los judíos, también infractores.

1. Por eso eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, porque juzgando al otro, te condenas a ti mismo, en cuanto que haces lo mismo tú que juzgas. 


2. Mas sabemos que el juicio de Dios procede justamente sobre los que practican tales cosas.  


3. ¿Te crees, oh hombre, tú que juzgas a los que hacen tales cosas y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?


4. ¿O menosprecias las riquezas de su amabilidad y su tolerancia y su generosidad, y no reconoces que la amabilidad de Dios te conduce al arrepentimiento?


5. Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira, para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,


6. el cual pagará a cada uno conforme a sus obras,


7. a aquellos que dedicados con paciencia en buenas obras, buscan gloria y honra e inmortalidad,


8. les será dada vida eterna, pero a aquellos que son egoístas y no obedecen a la verdad, sino que obedecen al mal, les vendrá odio e ira. 


9. Tribulación y angustia por cada malhechor, por cada judío primeramente y también el griego,


10. pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;


11. porque Dios no actúa con parcialidad.


12. Los que pecaron sin ley, también sin ley se perderán; y todos los que estando bajo la ley pecaron, por la ley serán juzgados.


13. Porque no serán justificados ante Dios los que escuchan la ley, sino los que  aplican los mandatos de la ley por naturaleza serán declarados justos.*

* Porque justos delante de Dios no son los que simplemente escuchan la lectura de la ley divina, sino los que cumplen la ley divina; éstos serán reconocidos justos. (P. Trempelas)

 

14. Cuando los gentiles que no tienen la ley, hacen por naturaleza lo establecido en la ley, éstos, aunque no tengan ley, se tienen a sí mismos por ley, *

* Porque cuando algunos de gentiles, que no recibieron de Dios la ley escrita, hombres respetuosos de Dios, conducidos por la ley moral innata hacen lo que determina la ley escrita, estos hombres, aunque no tienen ley escrita, tienen como ley a sí mismos, es decir su conciencia. (P. Trempelas)


15. porque muestran que la obra que pide la ley está escrita en sus corazones, pero al mismo tiempo también da testimonio su conciencia, acusándoles o defendiéndoles sus pensamientos, 


16. como se verá en el día en que, según mi evangelio*, Dios juzgará lo oculto de los hombres por Jesús Cristo.

* según el Evangelio que yo predico. 


17. Pero si tú te llamas judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en tu Dios,


18. y conoces su voluntad y distingues lo bueno, porque eres instruido por la ley,


19. y estás seguro de que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,


20. instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la esencia del conocimiento y de la verdad.


21. Tú, pues, que enseñas a otro, ¿a ti mismo, no te enseñas? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?


22. Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que detestas los ídolos, ¿cometes sacrilegio?


23. Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios con infracción de la ley ?


24. Por causa de vosotros el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles, tal como está escrito.


25. La circuncisión es beneficiosa, si aplicas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión es como si no hubiese tenido lugar.  


26. Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será considerado como si se hubiese circundado?


27. Y te condenará el incircunciso por naturaleza, el cual sin embargo guarda la ley, a ti, quien a pesar de tener la ley escrita y la circuncisión, eres transgresor de la ley.


28. Porque no es judío el que es en apariencia exterior judío, ni es circuncisión verdadera la que se hace exteriormente, en la carne;


29. Verdadero judío es el que es en su interior judío y circuncisión verdadera es la del corazón, es cuestión de espíritu, no de letra. Alguien así recibe alabanza no de los hombres, sino de Dios. *

* Sino que el judío verdadero es el dedicado a Dios en su interior, en oculto y sólo perceptible por Dios. Y circuncisión verdadera es la circuncisión del corazón, que es realizado por el Espíritu Santo y no con la letra de la ley Mosaica, la cual no tiene el poder de transformar el corazón. Y la jactancia de este judío puro no procede hombres, que son falibles, sino de Dios. (P. Trempelas)







CAPITULO 3. 

Respuestas a impedimentos

1. ¿Cuál es entonces la ventaja del judío o en qué beneficia la circuncisión?

2. Grande, desde cualquier punto de vista. Primero, que las palabras de Dios a ellos les ha sido confiada.


3. Porque, ¿qué importancia tiene si algunos han sido incrédulos? ¿Quizás su incredulidad puede anular la fidelidad de Dios?


4. ¡De ninguna manera! Sea reconocido que Dios es verdadero, y todo hombre mentiroso, tal como está escrito: "Para que seas reconocido justo en tus palabras, y venzas cuando te juzguen.


5. Pero si la injusticia nos muestra la justicia de Dios, ¿qué concluiremos? ¿Tal vez es injusto Dios, cuando aplica la ira? Como hombre hablo.


6. Porque entonces,  ¿cómo será posible que juzgue Dios al mundo?


7. Si por mi mentira la verdad de Dios mostró ser grande para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador?


8. ¿Y por qué no hacer el mal para que venga el bien, como algunos nos calumnian de que supuestamente esto decimos? Estos son dignos de su condenación.

 


Todos los hombres son culpables

9. ¿Qué conclusión obtenemos entonces? ¿Tenemos nosotros los judíos superioridad? En ninguna manera, pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado,


10. Así como está escrito: No existe justo, ni uno,

 

11. No existe ningún sensato, no existe ninguno que busque a Dios. 


12. Todos se desviaron, a una se inutilizaron; no existe ninguno que haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.


13. Sepulcro abierto es su garganta, con su lengua engañaron, veneno de áspides hay debajo de sus labios.


14. Su boca está llena de maldición y de amargura,


15. sus pies se apresuran para derramar sangre,


16. Destrucción y desgracia hay en sus caminos,


17. y el camino de paz no conocieron.


18. No hay temor de Dios delante de sus ojos.


19. Sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice para aquellos que están bajo la ley, para que sea tapada cada boca y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios,*

* Sabemos de hecho que esto y todo lo que dice la ley del antiguo Testamento, lo dice por aquellos que permanecían bajo la ley y que eran dirigidos por ella, es decir por los judíos. Para cerrar así cada boca y para que sea todo el mundo responsable frente a Dios. (P. Trempelas)

 

20. Porque ningún ser humano será justificado delante de él porque cumplió la ley. La ley trae solo el sentimiento del pecado. *

* Y es resonsable todo el mundo, porque es imposible es imposible que el hombre cumpla con exactitud toda la ley, sin transgedirla aunque sólo sea una vez. Por lo tanto ningún mortal será reconocido como justo por obras de obediencia a la ley. Porque mediante la ley lo único que se consigue es que el hombre se conciencie bien de su estado de pecador. (P. Trempelas)

 

 

Justificación por la fe en Cristo

21. Pero ahora ha venido a la luz la justificación, independientemente de la ley, la cual es testificada por la ley y por los profetas,


22. justificación por parte de Dios por medio de la fe en Jesucristo, a través y para todos los que creen en él. No hay distinción,


23. porque todos pecaron y están privados de la gloria de Dios,


24. y reciben la justificación gratuitamente por su gracia mediante la redención, que tuvo lugar por medio de Cristo Jesús,


25. a quien Dios predispuso que fuese, por medio de la fe, el instrumento de expiación a través de su sangre, y esto para manifestar su justicia de Dios, a causa de haber pasado por alto los pecados del pasado,


26. en su periodo de tolerancia, para que se mostrase su justicia en el tiempo presente, a fin de ser justo y al mismo tiempo justificar a aquel que cree en Jesús.


27. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Quedó excluida. ¿Con qué ley? ¿la de las obras? No, sino por la ley que requiere fe.


28. Creemos entonces que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley.


29. ¿Creéis que Dios es Dios de los judíos solamente? ¿No es también de los gentiles? Sí, también de los gentiles, pues uno es Dios.


30. Él justificará por la fe al circuncidado, por la fe al no circuncidado.  


31 ¿Invalidamos entonces la ley através de la fe? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.



CAPITULO 4. 

El ejemplo de Abraham.

1. ¿Qué diremos entonces, que logró Abraham, nuestro padre natural? 


2. Porque si Abraham recibió justificación por sus obras, tendrá motivo de qué gloriarse, pero no ante Dios.


3. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham en Dios y esto le fue tenido en cuenta como justificación


4. Pero al que trabaja, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda.


5. Mientras que al que no trabaja, sino que cree en Dios, quien justifica al irreverente, su fe le es contada por justicia,


6. como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios le considera justificado, sin obras:


7. Bienaventurados aquellos cuyos pecados le fueron perdonados, y cuyos pecados fueron cubiertos.


8. Bienaventurado es el hombre a quien el Señor no le tendrá en cuenta el pecado.


9. ¿Esta bienaventuranza se refiere al circuncidado, o también al incircunciso? Decimos que a Abraham le fue contada la fe como justificación.


10 ¿Cuándo, pues, le fue contada? ¿Estando circuncidado, o en incircuncisión? No cuando estaba circuncidado, sino cuando estaba incircunciso, 


11. y recibió la señal de la circuncisión como sello que afirmó su justificación en base a la fe, que tenía cuando estaba incircunciso. Y de este modo es padre de todos los que creen cuando son incircuncisos, para que les fuese contada también a ellos la fe por la justificación, 


12. y padre de los circuncidados, que no se bastan solo de la circuncisión sino que siguen las huellas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham, cuando todavía era incircunciso. 


13. Porque no fue por la ley dada la promesa a Abraham o a sus descendientes, de que sería el mundo su heredero, sino por la justificación que recibió por la fe.


14. Si fueron herederos los que dependían de la ley, entonces la fe no tiene valor  y la promesa es anulada, 


15. porque la ley crea ira, pero donde no existe ley, tampoco existe transgresión.


16. Por eso la promesa depende de la fe, para que sea don de la gracia y sea válida para todos los descendientes de Abraham, no solo para aquellos que dependen de la ley, sino para los que tienen la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros,


17. como está escrito: "Te he hecho padre de muchas naciones", ante Dios en el cual creyó, el Dios que da vida a los muertos y llama a las cosas que no existen, como si existiesen.


18. Él a pesar de toda esperanza * creyó con esperanza en que sería padre de muchas naciones de acuerdo con lo que se le había dicho: "Tantos serán tus descendientes".   

* A pesar de su avanzada edad para tener un hijo, creyó en el poder de Dios Todopoderoso.


19. Y debido a que su fe no fue alterada, no pensó en su cuerpo que estaba ya  mortecino, ya que tenía ya unos cien años, ni en la improductividad de la matriz de Sara.


20. Pero tampoco mostró dudas en cuanto a la promesa de Dios por falta de fe, sino que se hizo más estable en la fe, dando gloria a Dios,


21. absolutamente convencido de que era posible que se realizase lo que le había sido prometido.


22. Por eso le fue contada la fe como justificación.   


23. Pero no se escribió solo para él lo que le fue contado, sino también para nosotros, a quienes en adelante será contada,


24. es decir a quienes creen en Dios que levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor, 


25. quien fue entregado a la muerte por nuestras faltas y fue resucitado para nuestra justificación.




CAPITULO 5. 

Consecuencias de la fe.

1. Entonces, dado que hemos sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesús Cristo,


2. por quien tenemos por la fe también la entrada a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos por nuestra esperanza de la gloria de Dios.


3. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce paciencia, 


4. y la paciencia produce un carácter probado* , y el carácter probado esperanza, 

* y la paciencia produce virtud probada y perfecta (P. Trempelas)


5. y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.



El amor de Dios es revelado en la muerte de Jesús Cristo

6. Porque cuando nosotros éramos aún débiles, Cristo murió por los irreverentes en el tiempo determinado.


7. Porque difícilmente apenas morirá alguno por un justo; por el bueno pudiera ser que alguno osara morir.


8. Dios sin embargo demuestra su amor hacia nosotros en que, aun siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros. 


9. Mucho más entonces habiendo sido justificados por su sangre, seremos por él salvados de la ira.


10. Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados por Dios a través de la muerte de su Hijo, mucho más, dado que fuimos reconciliados, seremos salvados por su vida.


11. Y no solo seremos salvados, sino que nos gloriamos en Dios de nuestro Señor Jesús Cristo, de quien ahora hemos recibido la reconciliación.



La muerte por Adán. La vida por Cristo.

12. Por tanto, como por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, así también se propagó la muerte sobre todos los hombres, por cuanto todos pecaron.


13. Hasta la época de la ley, existía el pecado en el mundo; pero no se inculpa de pecado mientras no haya ley.


14. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés también sobre aquellos, que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.


15. Pero el don de la gracia no es como la transgresión. Porque si por la transgresión del uno murieron los muchos, la gracia de Dios y el don que vino por la gracia de un hombre, Jesús Cristo, era ya suficiente para los muchos.  


16. No existe correspondencia entre la consecuencia del pecado de un hombre y el don; porque la decisión después de la transgresión era decisión condenatoria, pero los actos de gracia tras las muchas transgresiones trajo justificación.


17. Entonces si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más los que reciben la superabundante gracia y la justificación como don, reinarán en vida por uno solo, Jesús Cristo.


18. De modo que, ya que la consecuencia de la transgresión de uno fue la condenación de todos los hombres, de la misma manera la consecuencia de una acción justa fue la justificación y la vida para todos los hombres.


19. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos se convirtieron en pecadores, así también por la obediencia de uno, recibirán justificación los muchos.


20. La ley fue introducida para que se multiplicasen las transgresiones, pero donde se multiplicó el pecado, allí sobreabundó la gracia,


21. para que así como el pecado reinó a través de la muerte, así también la gracia reine por el don de la justificación, con la vida eterna mediante Jesucristo, nuestro Señor, como resultado.





CAPITULO 6. 

La unión con Cristo, incompatible con el pecado

1. ¿Qué diremos entonces? ¿Insistiremos en el pecado para que abunde la gracia? 


2. De ninguna manera. Nosotros que hemos muerto en cuanto al pecado, ¿cómo podemos vivir todavía en él?


3. ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Jesús Cristo, hemos sido bautizados en su muerte?


4. Hemos sido sepultados entonces con él por el bautismo en la muerte, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva.


5. Porque si fuimos unidos con él en una muerte como la suya, entonces nos uniremos con él también en una resurrección como la suya, 


6. porque sabemos que nuestro antiguo "yo" fue crucificado con Cristo, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no seamos ya siervos del pecado,  sirvamos más al pecado.


7. porque el que ha muerto, ha sido liberado del pecado.


8. Pero si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;


9. sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.


10. Porque la muerte a la que fue sometido, a ella fue sometido una vez por todas en referencia al pecado, mas la vida que vive, para Dios la vive.


11. Así también vosotros mismos consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios, unidos con Cristo Jesús nuestro Señor.


12. Que no reine entonces el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que os haga obedecer a sus deseos.


13. Ni tampoco tengáis vuestros miembros a la disposición del pecado, como instrumentos de iniquidad, sino ofreceos a vosotros mismos a Dios, como hombres que revivieron de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos para hacer el bien.


14. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia de Dios.



Ejemplo desde la esclavitud

15. ¿Qué, entonces? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? 


16. En ninguna manera. No sabéis que cuando os ofrecéis a vosotros mismos como siervos a alguien para obedecerle, sois siervos de aquel a quien obedecéis, o siervos del pecado que concluye en muerte, o de la obediencia que trae justificación? 


17. Pero gloria a Dios, porque vosotros que erais siervos del pecado, obedecísteis con vuestro corazón a esta forma de enseñanza, a la cual os entregasteis,


18. y, habiendo sido liberados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.


19. Hablo de modo humano, debido a vuestras naturales debilidades. Que así como entregásteis vuestros miembros como esclavos de la impureza y del pecado, contribuyendo con vuestro pecado, así ahora entregad vuestros miembros como esclavos de la justicia, contribuyendo con vuestra santificación. 


20. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres en cuanto a la justicia.


21. ¿Y qué beneficio teníais entonces de vuestras obras, de las cuales ahora os avergonzáis? El fin de ellas es muerte.


22. Pero ahora que habéis sido liberados del pecado y habéis sido hechos siervos de Dios, tenéis ganancia que os conduce a la santificación, y finalmente a la vida eterna.

 

23. Porque el salario del pecado es muerte, mas el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.





CAPITULO 7

Ejemplo desde el matrimonio 

1.¿No sabéis, hermanos, (hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea sobre el hombre, entre tanto que vive el hombre?


2. Como la mujer casada, la cual está sujeta por la ley al marido, mientras éste vive. Pero si el marido muere, ella queda libre de la ley que tenía con su marido.


3. De modo que, si mientras que viva su marido, se une con otro hombre, será  adúltera, pero si muriese su marido, es libre de la ley y no es considerada adúltera si se casa con otro hombre.  


4. Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que os unáis a otro, al de aquel que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.


5. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, estimuladas por causa de la ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.


6. Pero ahora hemos sido liberados de la ley, por haber muerto a la ley que nos mantenía prisioneros, y así servimos en la nueva vida del Espíritu y no bajo el antiguo código escrito. 



Ley y pecado

7 ¿Qué diremos, pues? ¿Que la ley es pecado? En ninguna manera, pero el pecado no lo hubiese conocido si no hubiese sido por la ley. Y el mal deseo no le conocería, si la ley no dijera: No codiciarás.


8. Por aquel mandamiento encontró la ocasión el pecado y despertó en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.


9. Yo sin tener ley viví por un tiempo, pero cuando vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí,


10. y así el mandamiento, que estaba predeterminado para que llevase a la vida, a mí me trajo muerte. 


11. Porque el pecado encontró la oportunidad por el mandamiento, me engañó, y por el mandamiento me mató.


12. De manera que la ley es santa y el mandamiento es santo, justo y bueno.


13. ¿Luego lo bueno vino a ser muerte para mí? En ninguna manera, pero el pecado, para mostrarse como pecado, utilizó lo bueno para causarme la muerte, y así se convierta el pecado sobremanera pecaminoso por el mandamiento.



La doble naturaleza del hombre

14. Sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido al pecado.


15. No puedo entender mis propias acciones, porque no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco.


16. Pero si hago lo que no quiero, entonces estoy de acuerdo en que la ley es buena.


17. Pero en realidad ya no actúo yo, sino el pecado que mora en mí.


18. Porque sé que no mora nada bueno en mí, es decir en mi carne. La voluntad para hacer el bien existe, pero no tengo la fuerza para hacerlo,   


19. porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.


20. Y si hago lo que no quiero, entonces ya no actúo yo, sino el pecado que mora en mí.


21. Y así encuentro esta ley, es decir la de que aunque yo quiero hacer el bien, en mí está pronto el mal.  


22. Siento un gran agradecimiento por la ley de Dios, según el hombre mío interior, 


23. pero veo otra ley en mis miembros, la cual se rebela contra mi lógica, y me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.


24. ¡Miserable de mí!. ¿Quién me liberará de este cuerpo condenado a muerte?


25. Gracias doy a Dios, por Jesús Cristo nuestro Señor. Así que, yo mismo con mi nous* trabajo para la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

* Nous: parte lógica del alma del hombre que le ayuda a percibir la realidad y procesar sus datos. El Nous es al alma lo que el ojo al cuerpo.




CAPITULO 8

La vida del Espíritu

1. Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que pertenecen a Cristo Jesús, los que cuya carne no está bajo la autoridad de la carne, sino bajo la guía del Espíritu.


2. Porque en Cristo Jesús la ley del Espíritu, que da vida,  me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.


3. Porque lo que no podía hacer la ley, por cuanto le faltaba la fueza por la oposición de la carne, lo hizo Dios enviando a su Hijo con cuerpo similar a nuestro cuerpo pecador y como sacrificio por el pecado, y condenó al pecado en la carne;


4. para que se cumpliese el requerimiento de la ley en nosotros, en los que la vida no está bajo la autoridad de la carne, sino del Espíritu.


5. Porque los que están bajo la autoridad de la carne piensan en las cosas de la carne, pero los espirituales piensan en las cosas del Espíritu.


6. La disposición* para lo carnal es muerte, mientras que la disposición para el Espíritu es vida y paz.

* Disposición (para): término original, "φρόνημα", [frónima], cuyo sigificado varía notablemente dependiendo del caso.


7. Porque la disposición para lo carnal es enemistad contra Dios, porque no se somete a la ley de Dios, ni es posible que se someta.  


8. Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.


9. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que mora en vosotros el Espíritu de Dios, claro. Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, éste no es de él.


10. Pero si Cristo está en vosotros, entonces vuestro cuerpo está muerto a causa del pecado, mas vuestro espíritu es vida debido a la justificación.


11. Si el Espíritu de aquel, del que levantó a Jesús de los muertos, mora en vosotros, entonces aquel que levantó de los muertos a Cristo Jesús, dará vida también a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.


12. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos bajo la autoridad de la carne;


13. porque si vivís bajo la autoridad de la carne, entonces moriréis, pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, entonces viviréis.


 

Hijos de Dios

14. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.


15. Pues no habéis recibido espíritu de esclavitud para que os lleve de nuevo a un estado de temor, sino que habéis recibido el espíritu que os hace hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!


16. Este Espíritu da testimonio junto con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.


17. Si no somos sus hijos, entonces somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que  seamos glorificados también juntamente con él.



La gloria futura

18. Pienso que los padecimientos del tiempo presente no tienen ningún valor en comparación con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.


19. La creación espera con anhelo la revelación de los hijos de Dios.


20. Porque la creación fue sometida a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa del que la sometió,  


21. con la esperanza de que la creación misma será libertada de la esclavitud a la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad.


22. Sabemos que toda la creación gime y se compadece hasta hoy. 


23. Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, también gemimos dentro de nosotros esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.


24. Porque con esta esperanza fuimos salvados; pero la esperanza que se ve, no es esperanza. ¿Por qué esperar alguien de lo que ya ve?  


25. Pero si esperamos de lo que no vemos, entonces lo esperamos con paciencia.


26. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades, porque no sabemos cómo rezar, pero este Espíritu intercede por nosotros con gemidos no expresables con palabras; 


27. y el que escudriña los corazones sabe cuál es el propósito del Espíritu, porque intercede de modo divino por los santos.*

* Porque (el Espíritu) intercede con sus inspiraciones a favor de los cristianos de acuerdo con la voluntad de Dios. (P. Trempelas)


28. Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que son llamados conforme al propósito de Dios,


29. porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.


30. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.



El amor de Dios

31. ¿Qué, pues, diremos sobre esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar contra nosotros?


32. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?


33. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios les justifica.


34. ¿Quién condenará? Cristo es el que murió, y, más aun, el que resucitó, el cual está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.


35. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?


36. Como está escrito: "Por causa de ti somos muertos cada día; fuimos considerados como ovejas destinadas a la matanza". 


37. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Cristo que nos amó.


38. Porque estoy convencido, de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,


39. ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, el cual mostró a través de Cristo Jesús nuestro Señor .

 

 


CAPITULO 9 

Aflicción de Pablo por la incredulidad de Israel

1. La verdad digo ante Cristo, no miento; me confirma también mi conciencia por el Espíritu Santo,  


2. que existe una gran pena y un dolor continuo en mi corazón.


3. Desearía de hecho ser yo mismo anatema, lejos de Cristo, en favor de mis hermanos, mis parientes naturales según la carne,


4. los cuales son israelitas, a quienes pertenecen la adopción, la gloria, los pactos*, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;

* Los pactos, término original: "αι διαθήκαι", [e diazike]: se refiere al Antiguo Testamento (P. Trempelas).


5. entre los cuales se encuentran los padres y de los cuales, desde el punto de vista humano, procede Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.



Las promesas de Dios no cayeron

6. Esto no significa que el logos de Dios haya sido refutado; porque verdaderos israelitas no son todos los que descienden de Israel,


7. ni por ser descendientes de Abraham, son todos verdaderos hijos suyos; sino que según el modelo de Isaac provendrán sus descendientes. 


8. Es decir, hijos de Dios no son los que nacen de modo natural, sino los que nacen de la promesa de Dios, son considerados descendientes.


9. Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.


10. Y no sólo esto, sino que también Rebeca, de un hombre, nuestro padre Isaac, concibió hijos; 


11. y aunque aún no habían nacido, y aún no habían hecho nada bueno ni malo,  para que permaneciese el propósito de Dios conforme a la elección, la cual no depende de las obras sino de aquel, el que llama,


12. se le dijo: El mayor servirá al menor,


13. como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.



Dios no es injusto

14. ¿Qué diremos entonces? ¿Que Dios es injusto? En ninguna manera.


15. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.*

* Siempre actúa así Dios, y esto queda demostrado en que en otra parte asegura la Santa Escritura que el justo Dios hace su elección absolutamente de modo libre, dependiendo de la disposición del hombre. Dijo entonces Dios a Moisés: tendré misericordia de cualquiera que yo, de modo justo y sin hacer acepción de personas, juzgo digno de mi misericordia, y mostraré mi compadecimiento a cualquiera que yo encuentre digno de mi compadecimiento. (P. Trempelas) 


16. Así que no depende de la voluntad o del intento del hombre, sino de la misericordia de Dios.


17. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.


18. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.



Dios es soberano

19 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, condena? porque ¿quién puede resistir a su voluntad?


20. Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para altercar con Dios? ¿Dirá la criatura al creador,  «por qué me has creado así»?


21. ¿O tal vez no puede el alfarero hacer lo que quiere con el barro y con la misma masa hacer un vaso para usos importantes y otro para cosas menos valiosas?


22. ¿Qué dirás si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer conocido su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,


23. y esto para hacer conocidas las riquezas de su gloria, en vasos de misericordia que él preparó de antemano para esta gloria,


24. a los cuales, es decir a nosotros, también ha llamado, no solo de los judíos, sino también de los gentiles?


25. Como también Oseas en su libro dice: "Llamaré pueblo mío al que no es mi pueblo y amada a la que no es amada,

     

26. y en el lugar exacto donde se les dijo: -Vosotros no sois pueblo mío-, allí  serán llamados hijos del Dios viviente".


27. También Isaías clama por los israelitas: Y si los descendientes de Israel son innumerables como la arena del mar, tan sólo un remanente será salvado.


28. Porque el Señor ejecutará prontamente su sentencia con justicia, de hecho la ejecutará prontamente sobre la tierra.  


29. Y tal como hubo dicho Isaías, "Si el Señor Sabaoth* no nos hubiera dejado descendientes, nos hubiésemos convertido en Sodoma y nos hubiésemos hecho semejantes a Gomorra.

* Sabaoth: todopoderoso (P.Trempelas). Traducción literal del hebreo: "de los ejércitos".



La causa de la caída de los israelitas.  

30 ¿Qué diremos entonces? Que los gentiles que no buscaban la justificación, la alcanzaron, pero una justificación que procede de la fe.


31. Mas los israelitas que buscaban la justificación mediante el cumplimiento de la ley, no la alcanzaron.


32. ¿Por qué? Porque no buscaban lograrla por la fe, sino por obras de la ley. Es decir que tropezaron en la piedra de tropiezo,


33. tal como está escrito: "Pongo en Sión piedra de tropiezo y piedra de escándalo y el que creyere en él, no será avergonzado".




CAPITULO 10.

1. Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios es por los israelitas, para que sean salvados.


2. Doy testimonio por ellos de que tienen celo de Dios, pero sin conocimiento y conciencia.


3. Porque, debido a que ignoran la justificación que da Dios e intentan establecer su propio modo de justificación, no se sometieron a la justificación que proviene de Dios.


4. porque el fin de la ley es Cristo, para que sea justificado todo aquel que cree.



Nuevo modo de justificación para todos

5. Moisés escribe sobre la justificación que proviene de la ley que el hombre que cumpla los mandamientos vivirá por ellos.


6. Pero la justicia que proviene de la fe, dice: "No digas en tu corazón, ¿quién subirá al cielo?" Es decir, para traer abajo a Cristo;


7. o, "¿quién descenderá a la tierra de los muertos?" Es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos.


8. Pero, ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, está en tu boca y en tu corazón. Es decir la palabra de fe, la cual predicamos.


9. que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.


10. Porque con el corazón el hombre cree en lo que le conduce a la justificación,  pero con la boca confiesa lo que le conduce a la salvación.


11. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.


12. Es decir no existe distinción entre judío y griego, pues el mismo es Señor de todos, rico para con todos los que le invocan.


13. Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.


14. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel, en quien no creyeron? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?


15. ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito, "Qué hermosos son los pies de los que predican el jubiloso mensaje". 


16. Mas no todos obedecieron al evangelio. Isaías dice: Señor, ¿quién creyó en nuestra predicación?


17. Por lo tanto la fe viene de la escucha de la predicación, y la predicación es el logos de Dios.  


18. Pero pregunto: ¿Tal vez no escucharon? Desde luego que escucharon: "Su voz resonó por toda la tierra y sus palabras por toda la población.*

* Población. Palabra original: "οικουμένη", [ikuméni]: tierra habitada.  


19. También pregunto: ¿Tal vez Israel no conoció esto? Primero Moisés dice: "Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo y con pueblo insensato os provocaré a ira". 


20. Isaías además se atreve a decir: "Fui hallado de los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí". 


21. A los israelitas dice: "Todo el día extendí mis manos a un pueblo que es rebelde y me contradice".




CAPITULO 11.

El rechazo de los israelitas no es completo.

11. Pregunto entonces: ¿Quizás ha rechazado Dios a su pueblo? En ninguna manera, porque también yo soy israelita, de los descendientes de Abraham, de la tribu de Benjamín.


2. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:


3. Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?


4. Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.


5. Así también en la época actual existe un remanente escogido por la gracia de Dios.


6. Y si esto tuvo lugar por la gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia. 


7.¿Cuál es entonces la conclusión? Lo que buscaba Israel, no lo consiguió; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos,


8. tal como está escrito: Dios les dio espíritu de embotamiento, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy.


9. Y David dice: "que su mesa se convierta en trampa, emboscada, causa de caída en retribución suya;


10. Sean oscurecidos sus ojos, para que no vean; dóblales la espalda para siempre.


11. Ahora pregunto: ¿Tal vez tropezaron para que fuese su caída final? En ninguna manera. Por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.


12. Y si su transgresión trajo la riqueza del mundo, y su caída la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?



Salvación para los nacionales. Ejemplo del injerto de los árboles.

13. A vosotros los gentiles, os digo: por cuanto yo soy apóstol de los gentiles, honro mi servicio.


14. por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, para salvar a algunos de ellos.


15. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, entonces ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?


16. Si es santa la levadura, entonces también lo será la masa restante; y si la raíz es santa, también lo serán las ramas.


17. Pues si algunas de las ramas fueron cortadas, y tú, un brote olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y del grosor del olivo,


18. no te jactes contra las ramas. Si te jactas, acuérdate de que no ha brotado de ti la raíz, sino tú de ella.


19. Dirás, fueron cortadas las ramas, para que yo fuese injertado.


20. Muy bien; por su incredulidad fueron cortadas, pero tú estás por la fe. No te enorgullezcas, sino teme.


21. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.*

*Porque si Dios no se entristeció, sino que cortó y desechó las ramas naturales del olivo, es decir, a los israelitas, teme que él tampoco se compadezca de ti, si te vuelves arrogante. Fuente


22. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios, severidad con los que cayeron, pero bondad contigo, si permaneces en esa línea de la bondad de Dios; porque de otro modo tú también serás cortado.


23. Y aquellos, si no insisten en su incredulidad, serán injertados, pues Dios tiene el poder para injertarlos de nuevo.


24. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?



Objetivo final de Dios: Misericordia para todos

25. No quiero que ignoréis, hermanos, este misterio,* para que no os consideréis a vosotros mismos sabios, es decir que ha caído en parte insensibilidad sobre los israelitas, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;

* es decir la verdad que hasta ahora estaba oculta y que nos fue revelada por Dios... Y esta verdad es que ha tenido lugar un endurecimiento (en una gran parte del pueblo israelita), hasta que entre en el reino de Cristo el número completo de los nacionales que ha determinado Dios.  (P. Trempelas, ΑΓΙΑ ΓΡΑΦΗ - ΠΑΤΕΡΙΚΑ ΕΡΓΑ)


26. y así todo el pueblo de Israel será salvo, tal como está escrito: de Sión vendrá el Redentor y expulsará las irreverencias de Jacob*,

* de los descendientes de Jacob. (P. Trempelas)
 

27. Este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.


28. En cuanto al evangelio son enemigos de Dios para bien vuestro; pero en cuanto a su elección por parte de Dios, son amados por El, a causa de los padres.


29. Porque los carismas y el llamamiento de Dios son irrevocables.


30. Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos,


31. así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.


32. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.


33. ¡Oh profundidad incomprensible de la gran bondad y sabiduría de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!


34. ¿Quién conoció las voluntades del Señor? ¿O quién fue su consejero?


35. ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?


36. Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.



CAPITULO 12

La nueva vida

1.  Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que os ofrezcáis a vosotros mismos en sacrificio vivo y santo, agradable a Dios; este es vuestro culto racional.


2. No os conforméis con el espíritu de este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro espíritu, para que distingáis cuál es la voluntad de Dios, y qué es lo bueno, agradable y perfecto.



El uso correcto de los carismas espirituales

3. Digo, pues, por la gracia que me es dada, digo a cada uno de vosotros que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.


4. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,


5. así nosotros, los muchos constituímos un cuerpo en Cristo, y todos somos  miembros los unos de los otros.


6. De manera que, teniendo diferentes carismas, según la gracia que nos ha sido dada, utilicémosla, si es de profecía, en relación a nuestra fe;


7. o si de servicio, en la obra de servir; el maestro, en la enseñanza;


8. el que alivia, en el alivio; el que da algo, que lo haga con generosidad; el que preside, que trabaje con solicitud; el que hace misericordia, que lo haga con alegría.



Normas de la vida cristiana

9. El amor que sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.


10. En cuanto al amor fraternal, estad llenos de aprecio los unos por los otros; en cuanto a la honra recíproca, que el uno supere al otro; 


11. No seáis perezosos en cuanto al entusiasmo, sed fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;


12. gozaos en vuestra esperanza, tened esperanza en las tribulaciones, 


13. insistid en la oración, participad en las necesidades de los cristianos, practicad la hospitalidad.


14. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.


15. Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran. Entre vosotros tened este espíritu.


16. No seáis altivos, sino asociaros con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.


17. No os consideréis a vosotros mismos sabios. No paguéis a nadie mal por mal; procurad hacer lo que es bueno delante de todos los hombres.


18. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.


19. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: A mí me pertenece la venganza, yo pagaré, dice el Señor.


20. Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale pan; si tiene sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.*

* Porque si haces esto, harás que sobre su cabeza se amontone una gran cantidad de vergüenza y de remordimiento, como si fuesen carbones encendidos. (P. Trempelas)


21. No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien.




CAPITULO 13

Sobre sometimiento a las autoridades

1.Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino por parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.


2. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, serán condenados.*

*Recibirán sobre sí mismos el castigo en consonancia (P. Trempelas)


3. Porque los que gobiernan (siempre que lo hagan rectamente) no inspiran miedo por las buenas obras, que ayudan a la vida y el progreso de la sociedad, sino por las malas obras y los malos hombres; ¿quieres no temer la autoridad de los gobernantes? Haz el bien y tendrás su aprobación.


4. porque la autoridad es un instrumento de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador en su ira para castigar al que hace lo malo.


5. Por lo cual es necesario someterse no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.


6. Este es el motivo por el que pagáis los tributos, porque los gobernantes son servidores de Dios, dedicados precisamente a esta obra. 


7. Corresponded entonces con todos con lo que se debe: con tributo, al que se debe tributo; con impuesto, al que impuesto; con respeto, al que respeto; con honra, al que se debe honra.




Amor fraternal

8. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros. El que ama al prójimo, ha cumplido la ley,


9. porque el "No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás", y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".


10. El amor no hace mal al prójimo, por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley.



El día de Cristo está cercano

11. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.


12 La noche está avanzada*, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.

* Esta vida, que es similar a una noche oscura, ha avanzado. (P. Trempelas)

 

13. Andemos como de día, honestamente; no en banquetes indecentes ni en borracheras, ni por actos de infamia y humillación ni por riñas y celos, 


14. sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

 



CAPITULO 14

Tolerancia con los débiles y con los indecisos

1. A aquel que es débil en cuanto a la fe, aceptadle, pero no para conversar sobre opiniones.


2. Porque uno cree que se permite comer de todo, pero el que es débil, come legumbres.


3. El que come, que no menosprecie al que no come. Y el que no come, no juzgue al que come, porque Dios le ha recibido.


4. ¿Quién eres tú, que juzgas al criado ajeno? Si estará en pie o si caerá, a su señor concierne, pero estará firme, porque el Señor tiene el poder para hacerle estar firme.


5. Uno considera un día mejor que otro, mientras que el que no hace distinción, lo hace también para el Señor. Cada uno que se forme su propia convicción.


6. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.


7. Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo,


8. porque si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, pertenecemos al Señor.


9. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos y de los vivos.


10. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.


11. Porque escrito está: «Vivo yo, dice el Señor, toda rodilla se doblará ante mí y toda lengua confesará a Dios».


12. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.


13. No nos juzguemos más entonces los unos a los otros, sino más bien decidid esto: no poner tropiezo al hermano o algo que debilite su fe.


14. Yo sé y tengo convicción en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.


15. Si tu hermano es apesadumbrado por algo que comes, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.


16. Que no se convierta en objeto de difamación lo que para vosotros es correcto. 


17. Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo que provee el Espíritu Santo.


18. Aquel que de este modo sirve a Cristo es agradable a Dios y es aprobado por los hombres.


19. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.


20. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come.


21. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada que pueda hacer tropezar a tu hermano, o que le ofenda, o que debilite su fe.


22. ¿Tienes fe? Mantenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no encuentra motivo para condenarse a sí mismo por lo que aprueba.


23. Pero el que tiene dudas sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.*

*Pero el que duda y más bien cree que la comida lo contagia, éste, si come, ya ha sido condenado, porque no cree que la comida esté limpia. Todo lo que no se haga con la creencia de que es correcto es pecado. FUENTE

 




CAPITULO 15

1. Nosotros los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.


2. Cada uno de nosotros que busque agradar a su prójimo para su bien y para su edificación,


3. porque ni aun Cristo buscó lo que era agradable a sí mismo, sino, tal como está escrito: «Los vituperios de los que te vituperaban,* cayeron sobre mí».

* (oh, Padre,)


4. Porque las cosas que antes se escribieron, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, mantengamos la esperanza.


5. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo espíritu según el ejemplo de Cristo Jesús,


6. de modo que todos juntos, con un corazón y una boca, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesús Cristo.


7. Por tanto, admitiros los unos a los otros, como también Cristo nos admitió para que Dios fuese glorificado.


8. Porque Jesús Cristo, digo, para mostrar la verdad de Dios, se convirtió en siervo de los israelitas, para llevarse a cabo las promesas hechas a los padres,


9. y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: «Por tanto, yo te confesaré, Señor, entre los gentiles, y cantaré a tu nombre».


10. Y también dice: «Alegraos, gentiles, junto su pueblo».


11. Y también: «Alabad al Señor todos los gentiles y magnificadle todos los pueblos».


12. Y también dice Isaías:* «Vendrá la raíz de Isaí, y el que se aparecerá pará regir a los gentiles, en él esperarán los gentiles».

* Isaí será la raíz de la cual germinará la nueva generación. Y el que saldrá de esta raíz, es decir Cristo, esta predestinado para señorear a todos los gentiles (no cristianos). (P.Trempelas)


13. Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz, que proceden de la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.



Pablo es justificado por todo lo que escribió

14. Pero yo mismo, hermanos, estoy convencido de que vosotros estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.


15. Mas os he escrito, hermanos, con atrevimiento en algunos momentos para recordaros, y esto por la gracia me ha sido dada por Dios,


16. para ser servidor de Jesús Cristo a los gentiles, ofreciendo como sacrificio el evangelio de Dios, para que sea la ofrenda de los gentiles agradable, santificada por el Espíritu Santo.


17. Tengo motivo entonces para gloriarme en Cristo Jesús por la obra que hago en lo que a Dios se refiere.


18. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,


19. con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios, de manera que desde Jerusalén y alrededores hasta Ilírico, haya completado la predicación del evangelio de Cristo, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.


20. Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio allí donde Cristo no hubiese sido todavía nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno,


21. sino, como está escrito: «Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán. Y los que nunca han oído de él, entenderán».



Planes personales de Pablo. 

22. Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.


23. Pero ahora, no teniendo más labor en estas regiones de aquí, y ya que desde hace muchos deseo fuertemente ir a vosotros,


24. lo haré, cuando vaya a España. Εspero, al pasar, veros, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado por un breve tiempo de vuestra compañía.


25. Mas ahora voy a Jerusalén, para ofrecer mis servicios  a los santos.


26. Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.


27. Pues les pareció bueno, pues ya que realmente son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los bienes materiales.


28. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado con seguridad esta contribución, entregada ésta, partiré, a través de vuestro país, hacia España.


29. Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con la abundante riqueza de la bendición del evangelio de Cristo.


30. Os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesús Cristo y por el amor del Espíritu, que luchéis conmigo con oraciones a Dios por mí,


31. para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea bien recibida.


32. para que con gozo llegue a vosotros, si ésta es la voluntad de Dios, y disfrutar de vuestra compañía.  


33. Y que el Dios de la paz sea con todos vosotros. Amén.





CAPITULO 16

Saludos personales

1.  Os recomiendo además a nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea;


2. que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque también ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.


3. Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús,


4. los cuales peligraron de ser decapitados por defender mi vida; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también a todas las iglesias de los gentiles.


5. Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primero de Acaya en volver a Cristo.


6. Saludad a María, la cual ha trabajado mucho para nosotros.


7. Saludad a Andrónico y a Junias, mis compatriotas y mis compañeros de prisiones. Son muy estimados entre los apóstoles, y creyeron en Cristo antes de mí.


8. Saludad a Amplias, amado mío en el Señor.


9. Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y a Estaquis, amado mío.


10. Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los que creyeron de la casa de Aristóbulo.


11. Saludad a Herodión, mi compatriota. Saludad a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor.


12. Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor.


13. Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre, la cual es también la mía.*

* Por el cariño y cuidado que me ha mostrado. FUENTE


14. Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos.


15. Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos.


16. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo*. Os saludan todas las iglesias de Cristo.

* de la agapi en Cristo. FUENTE


17. Os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y escándalos, en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os alejéis de ellos,


18. porque tales hombres no son siervos de nuestro Señor Jesús Cristo, sino de sus propios deseos, y con sus dulces y bonitas palabras engañan los corazones de los inocentes.


19. Vuestra obediencia ha sido conocida por todos. Me alegro entonces por vosotros, pero quiero que seáis sabios para lo que es bueno, sin ser afectados ni involucrados en el mal.  


20. Y el Dios de la paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesús Cristo sea con vosotros.


21. Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis compatriotas.


22. Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.*

* Os saludo en el Señor yo Tercio, que escribí bajo el dictado de Pablo esta carta  (P. Trempelas)


23. Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.



Doxología.

24 La gracia de nuestro Señor Jesús Cristo sea con todos vosotros. Amén.


25. Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesús Cristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 


26. pero que ha sido manifestado ahora, y que por las escrituras proféticas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes, para que obedezcan a la fe;


27. al único y sabio Dios,  mediante Jesús Cristo, sea gloria eterna. Amén.