Versos:
"Habiendo enseñado a innumerables entre las naciones, Andrónico, invitando a las naciones a la luz, viniste a Cristo".
"Junia fue asesinada en el mes de mayo, siendo los primeros en entrar en Junio".
En el decimoséptimo, Junia y Andrónico murieron.
Ellos viajaron juntos por los caminos –los antiguos caminos de adoquines de la región que algún día incluiría países como “Austria”, “Hungría” y “Eslovaquia”. A lomo de caballo y a pie ellos se movieron incesantemente ida y vuelta entre los pueblos con murallas de adobe así como por las pequeñas villas agropecuarias de esa inmensa región localizada en el sur y el oeste del Río Danubio.
En los días calientes de
verano sudaban profusamente mientras trepaban por las empinadas colinas de los
Balcanes; en lo más duro del invierno tiritaban en su caminar contra el viento
a lo largo de las extensiones cubiertas por la nieve de la explanadas
Panonianas."Habiendo enseñado a innumerables entre las naciones, Andrónico, invitando a las naciones a la luz, viniste a Cristo".
"Junia fue asesinada en el mes de mayo, siendo los primeros en entrar en Junio".
En el decimoséptimo, Junia y Andrónico murieron.
Ellos viajaron juntos por los caminos –los antiguos caminos de adoquines de la región que algún día incluiría países como “Austria”, “Hungría” y “Eslovaquia”. A lomo de caballo y a pie ellos se movieron incesantemente ida y vuelta entre los pueblos con murallas de adobe así como por las pequeñas villas agropecuarias de esa inmensa región localizada en el sur y el oeste del Río Danubio.
La región era conocida como “Panonia” y los dos hombres, Andrónico y Junia, ambos discípulos que habían pertenecido a ese grupo más grande de evangelizadores conocidos como Los Setenta, habían sido enviados aquí desde Tierra Santa para arriesgar sus vidas por el Santo Evangelio de Jesucristo.
Panonia era en esos días una extensión
salvaje cubierta de pantanos y llanuras cubiertas de niebla en donde los feroces Celtas, tribus
de jinetes, emergían en cualquier momento de en medio de las brumas para
asesinar -sin pensarlo por un segundo- a los indefensos viajeros.
Apolitiquio tono 1º (MODELO: “Τὸν τάφον σου Σωτὴρ”, [Ton táfon su Sotír], “Tu sepulcro, Salvador”
Δυὰς φωτοειδής, ἱερῶν Ἀποστόλων, καὶ κήρυκες Χριστοῦ, ἀνεδείχθητε κόσμω, τοὶς πάσι κατασπείραντες, τὸ τῆς χάριτος κήρυγμα, ὅθεν σήμερον, ἠμᾶς πιστῶς εὐφημοῦμεν, ὢ Ἀνδρόνικε, καὶ Ἰουνία θεόφρον, Χριστὸν μεγαλύνοντες.
Ἀπόστολοι Ἅγιοι, πρεσβεύσατε τῷ ἐλεήμονι Θεῷ , ἵνα πταισμάτων ἄφεσιν, παράσχῃ ταῖς ψυχαῖς ἡμῶν.
Condaquio tono 2º
A pesar de ello los dos
misioneros habían accedido a tomar los riesgos.
Superaron los peligrosos caminos y atravesaron los pantanos porque ambos habían hecho un juramento de lealtad a un poder más grande que cualquier otro en la tierra. Escogidos por los Doce Apóstoles Originales durante las décadas inmediatamente posteriores a la muerte y resurrección de Jesucristo, Los Setenta fueron encargados de llevar el mensaje de salvación de Jesucristo a cada país... desde las distantes tierras calientes a las inmensas colinas del norte de Bretaña y hasta los quemantes desiertos del Norte de Africa.
Superaron los peligrosos caminos y atravesaron los pantanos porque ambos habían hecho un juramento de lealtad a un poder más grande que cualquier otro en la tierra. Escogidos por los Doce Apóstoles Originales durante las décadas inmediatamente posteriores a la muerte y resurrección de Jesucristo, Los Setenta fueron encargados de llevar el mensaje de salvación de Jesucristo a cada país... desde las distantes tierras calientes a las inmensas colinas del norte de Bretaña y hasta los quemantes desiertos del Norte de Africa.
Ellos fueron sin dudarlo.
Ambos eran parientes del Gran Apóstol San Pablo y habían compartido con él la
inspiradora historia del Salvador que había venido a la tierra para liberar a
los hombres del pecado y de la muerte. Llenos de celo y de valentía se
apresuraron a unirse a Los Setenta ante el pedido de Pablo... quien se había
complacido en recibirlos, tal como lo hizo notar en su gran
Epístola a los Romanos:
“Saludad a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo." (Romanos 16, 7).
Después de haber pasado por muchos problemas con Pablo en Roma, en donde estuvo prisionero y eventualmente martirizado, ambos hombres habían sido despacahados como misioneros de Los Setenta desde Tierra Santa a uno de las más duras y amenazadoras regiones en el mundo del año 70.
“Saludad a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo." (Romanos 16, 7).
Después de haber pasado por muchos problemas con Pablo en Roma, en donde estuvo prisionero y eventualmente martirizado, ambos hombres habían sido despacahados como misioneros de Los Setenta desde Tierra Santa a uno de las más duras y amenazadoras regiones en el mundo del año 70.
Andrónico había sido nombrado Obispo de la
creciente región de Panonia mientras que la siempre enérgica y celosa Junia lo ayudaría
como su asistente. Juntos tomaron los caminos, donde muchas veces no había nada
más que senderos fangosos rodeados por pantanos, en los cuales abundaba la
malaria y la tifoidea. Pero ellos pasaron casi veinte años allí, predicando lo
mejor que podían y ganando muchos conversos para Cristo. También se las
arreglaron para destruir templos paganos que existían en su territorio,
luchando contra esa idolatría ahí donde les fuera posible combatir.
La batalla fue larga y
dura –pero los historiadores de ese período nos dicen que a ambos hombres se
les había dado poderosas armas a través de la gracia de Dios. Ambos poseían la
habilidad de sanar a los enfermos a través de la oración, además sabían cómo
expulsar demonios que frecuentemente atormentaban a las almas en esta región
oscura y tenebrosa.
Pero había un precio que
pagar y ellos terminarían pagándolo. Los detalles son muy pocos debido a que
sus acciones heroicas ocurrieron muy alejadas del mundo civilizado del Medio Oriente
–pero la historia nos dice que fueron martirizados por enfurecidos paganos
quienes resentían la destrucción de sus ídolos, probablemente alrededor del Año
90 de Nuestro Señor. Según los historiadores lo más probable es que ambos hayan
sido decapitados por la espada, un destino común para aquellos que se
enfrentaban a los sacerdotes paganos de esa región durante los primeros siglos
posteriores a la crucifixión de Jesucristo.
El grado de privación y de
incomodidad soportado por estos dos santos es algo muy difícil de imaginar hoy
en día. Existiendo en los límites más alejados del Imperio Romano en el Siglo
Primero, la población vivía en casas frágiles, construidas donde les era
posible, a las sombras de los fuertes Romanos que se erigían como centinelas a
los largo de las orillas del Danubio.
Esos fuertes, junto con las Legiones
Romanas que patrullaban esta provincia distante, eran la única protección en
contra de los bárbaros Celtas – eso sin
contar el enjambre de bandidos y ladrones que se encontraban merodeando en todo
lugar.
Roma era un lugar de lujo
–aún para el más pobre de sus ciudadanos- durante esta época, pero los dos
miembros de Los Setenta fueron a Panonia y nunca se quejaron por ello. Cuando
murieron bajo el frío acero de sus atacantes, probablemente en algún terreno
pantanoso cercano a algún templo pagano en el cual se habían atrevido a
predicar en contra de la idolatría, fueron arrojados rápidamente a tierra por
los bárbaros. Luego sus cuerpos fueron abandonados para pudrirse a la
interperie pantanosa.
Fueron grandes héroes de
Cristo. Cuatrocientos años después de haber perecido por el servicio al Santo
Evangelio, sus reliquias fueron descubiertas cerca de la puerta de Eugenius en
Constantinopla, bajo el reinado de los Emperadores Arcadio y Honorius. En un
gesto de amoroso recuerdo sus restos fueron preservados para la posteridad en
la capital de Bizancio junto con esos muchos otros Cristianos quienes también
habían sido coronados con el martirio.
Las vidas de los Mártires
Andrónicos y Junia nos dicen mucho acerca de los peligros y las incomodidades
que muchos de Los Setenta estuvieron dispuestos a soportar. Ellos también nos
inspiran esperanza. Si esos dos santos
mártires pudieron enfrentar los retos de su mundo sombrío y violento –con la ayuda
de Dios Todopoderoso– con toda seguridad nosotros también podemos soportar los
problemas y las tormentas de la vida sin perder nuestra fe en la bondad de
Jesucristo.
Apolitiquio tono 1º (MODELO: “Τὸν τάφον σου Σωτὴρ”, [Ton táfon su Sotír], “Tu sepulcro, Salvador”
Ἀπολυτίκιον (Κατέβασμα) Ἦχος α’. Τὸν τάφον σου Σωτὴρ.
Δυὰς φωτοειδής, ἱερῶν Ἀποστόλων, καὶ κήρυκες Χριστοῦ, ἀνεδείχθητε κόσμω, τοὶς πάσι κατασπείραντες, τὸ τῆς χάριτος κήρυγμα, ὅθεν σήμερον, ἠμᾶς πιστῶς εὐφημοῦμεν, ὢ Ἀνδρόνικε, καὶ Ἰουνία θεόφρον, Χριστὸν μεγαλύνοντες.
Apolitiquio tono 3º
Oh Santos Apóstoles,
intercedan ante el Dios misericordioso para que El conceda a nuestras almas el
perdón por nuestras ofensas. Έτερον Ἀπολυτίκιον Ἦχος γ’.
Ἀπόστολοι Ἅγιοι, πρεσβεύσατε τῷ ἐλεήμονι Θεῷ , ἵνα πταισμάτων ἄφεσιν, παράσχῃ ταῖς ψυχαῖς ἡμῶν.
Κοντάκιον. Ἦχος β’. Τοὺς ἀσφαλεῖς.
Ὡς
εὐκλεεῖς, τῶν Ἀποστόλων σύναυλοι, καὶ ἀληθεῖς, τοῦ Ἰησοῦ διάκονοι, τῆς
αὐτοῦ συγκαταβάσεως, ἱεροφάντορες ἐδείχθητε· τὴν χάριν γὰρ τοῦ Πνεύματος
δεξάμενοι, Ἀνδρόνικε καὶ Ἰουνία ἔνδοξοι, ὡς λύχνοι τοῖς πέρασιν
ἐφάνατε.
Condaquio tono 2º
Como notables compañeros
de los Apóstoles y verdaderos ministros de Jesús, ustedes probaron ser
mensajeros sagrados de Su condescendencia; por haber recibido la gracia del
Espíritu, Oh Gloriosos Andrónicous y Junia; ustedes brillan como lámparas hasta
los confines del mundo.
Fuentes consultadas: *Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury, *aktines.blogspot.gr, *saint.gr *synaxarion.gr *byzmusic.com, *youtube.com