domingo, 12 de octubre de 2025

Domingo IV de Lucas. La Parábola de la Siembra.

12-10-2025. DOMINGO IV DE LUCAS.

Tono 1º. Evangelio de Maitines 7 (p.8)



LECTURA DEL LIBRO DE LOS APOSTOLES (Tito 3, 8-15). (Lectura del Domingo del VII Concilio Ecuménico)


8 Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. 9 Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. 10 Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, 11 sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio. 
12 Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno. 13 A Zenas intérprete de la ley, y a Apolos, encamínales con solicitud, de modo que nada les falte. 14 Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto. 

15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe.

La gracia sea con todos vosotros. Amén.
 



 

DOMINGO IV DE LUCAS.


Lectura del santo Evangelio según san Lucas (8, 5 - 15)


5 El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.
9 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? 10 Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. 
11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. 13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. 14 La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15 Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.




HOMILIA I. "La parábola de la siembra”      

  


¡Ahogados!

  

Del libro ”Háblame, Cristo. Mensajes para jóvenes de los Evangelios de los Domingos”. Archim. Apóstolos J. Tsoláki. Ed.Sotir


SALIÓ EL LABRADOR A SEMBRAR – COMENZÓ SU parábola el Señor Jesucristo hacia la multitud de gente que se había juntado. Y al sembrar, una parte de las semillas cayó en el camino de al lado del huerto – suelo árido- y fue pisado por unos hombres, vehículos y animales que pasaban por allí, y después vinieron los pájaros y se las comieron. Otra parte cayó sobre tierra pedregosa y germinó, pero después de poco se secó, porque no tenía humedad para conservarse. Otra cayó sobre tierra que contenía también semillas de espinos. Germinó la semilla buena, germinaron también los espinos, y aunque crecieron juntos, finalmente los espinos la ahogaron. Finalmente, una parte de las semillas cayó en buena tierra, tierra productiva, y cuando germinó y creció, dio riquísimo fruto. El que tenga oídos para oír, que oiga y que entienda esto que digo, concluyó el Señor.

 

 

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¿Pero cuál es sin el sentido más profundo de la parábola? Ni siquiera los discípulos de Cristo lo entendieron, por eso que el mismo más tarde les explicó:

La semilla, les dijo, es el logos de Dios. El camino de tierra son los hombres que le escucharon, pero debido a que eran duros de corazón, no pudo la semilla introducirse dentro de ellos. Vino después el diablo y lo cogió de sus corazones, para que no crean y sean salvados.

La tierra pedregosa son los hombres que escuchan el logos de Dios, lo aceptan con alegría, pero no lo dejan que eche raíces dentro de ellos.  

Comienza a desarrollarse algo, pero cuando viene la tentación, alguna dificultad, prueba, tribulación en sus vidas, las pierden, renuncian y abandonan. “No pasa nada”, dicen, y paran de creer. Apartan a Cristo de sus vidas.

El suelo con los espinos representa a los hombres que escuchan el logos de Dios, lo aceptan en su interior, germinan, se desarrollan, pero los espinos que mientras tanto crecen con ellas, es decir las distintas ocupaciones, los afanes, el ir corriendo aquí y allí, no le dejan dar fruto, y le ahogan literalmente, le inutilizan.

 

 

 

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Finalmente, la tierra buena y productiva son los corazones de los hombres que reciben con buena disposición el logos de Dios y lo cierran dentro en lo profundo de ellos esperando con paciencia que germine, que se desarrolle y que de rico fruto. Sólo éstos llegan al deseado final. Todos los demás son inutilizados durante la marcha de sus vidas.




* * *



« Y desarrollándose los espinos, lo ahogaron »


“¡ Me ahogo !” Palabra que a menudo se escucha de la boca de los hombres, sobretodo en nuestros días. Más aún de los mayores se escucha.

Pero sin embargo los menores no se quedan atrás.

-¿Vas el Domingo a la Iglesia? Preguntas a los alumnos.

-No me da tiempo.

-¿Por qué?

-Porque el Domingo tengo que hacer muchas cosas. A las 9 tengo entrenamiento. Más tarde ponen mi serie preferida de televisión. No me la puedo perder.

-¿Catequesis?

-Imposible. Academia, piscina, lenguas extranjeras, conservatorio, baile…
 
 
 
 
 
 
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«¡Salieron los espinos y ahogaron la semilla!»

¡Qué verdadero resulta el logos o las palabras del Señor! Y el verbo que utiliza “ahogaron” es exactamente lo mismo que solemos decir nosotros: “¡Estoy ahogado!”

Pero, amigo mío, si estás ahogado, esto significa que te has ahogado. Es decir estás muerto. ¿Quieres estar muerto en tu vida? ¿Quieres no vivir?

Imposible creérmelo. Por lo tanto entonces, no dejes que te ahogue todo esto. Levanta tu mirada, da tu mano a Quien te libera de cada atadura. Haz Su palabra guía de tu vida.

Para que estés siempre libre. Vivo. ¡Lleno de vigor y fuerza juvenil!... 



HOMILIA II. "
La Parábola del Sembrador"

Por San Cosme de Etolia (II Enseñanza) 


Había un granjero que salió de su casa, tomó semilla y se fue a sembrar sus campos. Mientras sembraba, una parte cayó en el camino, otra en piedras, otra entre espinos y otra en tierra fértil. La semilla que cayó en el camino no creció porque el suelo estaba duro y había sido pisoteado, y los pájaros vinieron y se la comieron. Así que el camino quedó estéril.

Una parte cayó en una piedra con tierra. Brotó, pero al salir el sol, al carecer de raíces, se secó. Y esta semilla tampoco dio fruto. Otra parte cayó entre espinos; también brotó, pero los espinos crecieron y la ahogaron. La semilla que cayó en tierra fértil dio fruto. Por ejemplo, plantó una mina y produjo cien. Otra parte cayó en tierra inferior y se reprodujo sesenta; otra en tierra aún peor produjo treinta.

Me parece que han comprendido esta parábola. Pero para que la entiendan mejor, diremos lo siguiente y presten atención a las palabras del santo Evangelio.

Nuestro Señor y Dios Jesucristo tiene muchos y diferentes nombres. Se le llama Dios, Hijo de Dios, Hijo del Hombre, sabiduría, vida, resurrección y labrador. El Señor, por tanto, salió de su casa, es decir, del seno paterno, por la dispensación encarnada. El Hijo y Logos de Dios condescendió y se encarnó en el vientre de nuestra Señora, la Theotokos y Siempre Virgen María, [y se convirtió] en Dios perfecto y Hombre perfecto.

 

 

 



Estuvo presente plenamente en el vientre de la Theotokos y en todas partes. Y así como un hombre, creación de Dios, puede tener su mente totalmente en la ciudad y totalmente en su hogar, y, a su vez, su mente puede estar totalmente dentro de su cabeza, ¿no puede Dios estar totalmente en el cielo y totalmente en todo lugar?

Así pues, hermanos míos, el Señor salió de su casa y sembró la semilla para sembrar sus campos, los corazones de la gente. ¿Cuál es la semilla? El santo Evangelio; creer en él y ser bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y amar a Dios y a los hermanos. ¿Cuál es el camino? Es el del hombre orgulloso, cuyo corazón está endurecido y pisoteado por las preocupaciones mundanas. Oye la palabra, pero no entra en su corazón, y los demonios vienen y se la llevan, y permanece estéril, es decir, sin ningún beneficio espiritual.

La roca es el corazón de quien escucha la palabra de Dios y la acepta con alegría, pero tiene poca reverencia por Cristo, y cuando es tentado, niega a Cristo y se deja llevar por el diablo.

Las espinas representan a quien escucha la palabra de Dios y a quien luego las malas pasiones acuden y ahogan, permaneciendo estéril. La buena tierra es la persona perfecta, que dio fruto al ciento por uno; La persona del medio, que produjo sesenta veces más; y la persona menor, que produjo treinta veces más. Pero no habéis comprendido el misterio oculto de la parábola, así que debemos citar un ejemplo sobre la parte.

 

 

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