"Las piedras feroces eran para Rodopianos y Diodoros, como rosas, o más bien como regalos".
Estos Santos Mártires sufrieron durante el reinado del Emperador Diocleciano en el año 302.
Los renombrados permanecieron firmes en su fe en Cristo después de sufrir graves ataques y flagelaciones por parte de sus propios compatriotas en Caria de Afrodisia, una región del oeste de Anatolia.
Al final estos hombres apedrearon a muerte a los Santos Mártires, quienes entregaron sus almas en las manos de Dios, de quien recibieron las coronas del concurso.
