Su tierra natal fue Constantinopla, y nació de padres amantes de Dios, quienes con toda su familia decidieron vivir vidas monásticas. Debido a que sus hermanos mayores, Pablo y Dionisio, primero se hicieron monjes, junto con el hermano menor Platón, también se hicieron monásticos imitando su celo. Tanto luchó el bienaventurado Pedro por superar a todos sus compañeros en el ascetismo, que no sólo sus hermanos, sino también otros monjes lo consideraron modelo y ejemplo de virtud. Y todo lo bueno que encontraban en él, estaban ansiosos por copiarlo y formarlo en su propia vida.
De ahí que el entonces patriarca Nicolás, el italiano, asombrado por él y alabando sus virtudes y su elocuencia, estuviera deseoso de honrarlo con el episcopado. Pedro no estaba contento con lo que estaba sucediendo en ese momento, por lo que no se sometió a esto. Por lo cual el patriarca persuadió a su hermano Pablo* con exhortaciones, y lo ordenó obispo de Corinto en Morea. Pedro huyó de la constricción del patriarca y fue con su hermano Pablo el obispo a Corinto, y allí pasó mucho tiempo en quietud. Pero no logró su propósito por completo.
Porque murió el obispo de Argos, y los cristianos de Nafplio y Argos acudieron al santo obispo de Corinto, suplicando con muchas súplicas, que ordenara obispo a su hermano Pedro. Por lo tanto, Pedro se vio obligado a irse, no estando de acuerdo con esto, y estuvo desaparecido por mucho tiempo.
Cuando volvió, lo inquietaron aún más, de modo que poco a poco accedió a causa de sus lágrimas, y recibió el privilegio de la presidencia. Habiendo llegado a ser Obispo, lo primero que se dispuso a hacer fue hacer buenos arreglos para los Sacerdotes y las iglesias. En segundo lugar, dispuso que cada Sacerdote tuviera lo que corresponde a la guarda y protección de las almas. Tanto extendió sus manos el tres veces bendito para dar limosna, que muchas veces ni siquiera se guardaba la camiseta, sino que se la daba a los hambrientos.
Se ocupó de los huérfanos, ayudó a las viudas y a todos los que necesitaban alegría les concedió misericordia. Así una vez, cuando había hambre en Morea, el Santo alimentó a miles de personas. Y habiendo dado al Santo un frasco con un poco de harina, luego por sus oraciones - ¡Oh, el milagro! - la tinaja volvió a estar llena, y duró mucho tiempo, no sólo para los necesitados y hambrientos, sino también para su propio pueblo.
Una obra de éxito para el Santo fue cuando liberó a los esclavos de las manos de sus duros amos. También sanó a una virgen que estaba poseída por un demonio. Predijo un sufrimiento enigmático que seguiría por todo el Peloponeso. También previó el fin de su vida.
Habiendo llegado a los setenta años de edad, y habiendo derramado miríadas de sudor por la consecución de las virtudes, entregó su alma bendita en las manos de Dios. Pero incluso después de la muerte, reside en su santa reliquia la energía de la gracia del Espíritu Santo. De ella brota una mirra fragante, que ahuyenta los demonios, cura diversas enfermedades, y por todas estas cosas revela claramente la bienaventuranza y la gloria que el ilustre recibió del cielo.**
NOTAS:
* Su fiesta es el 27 de marzo.
** Descansó alrededor de 925. Su reliquia fue llevada a Roma por un obispo latino en 1421, pero fue devuelta a Argos en 2008. Actualmente se encuentra en la Catedral de Argos.
Apolytikion en el tercer tono
Roca invulnerable, de la Iglesia, excelente pastor, de la ciudad de Argos, se te ha mostrado Jerarca alabado. Y como fiel administrador de la gracia, nos liberas de todas las enfermedades. Venerable Pedro, ruega a Cristo Dios, que nos conceda la gran misericordia.
Kontakion en el Cuarto Tono
De los Primeros de los sabios Apóstoles, fuiste gloriosamente llamado Padre Pedro, adornado suntuosamente por él de santos dones, celo por la fe, practicaste piadosamente, y tu vida divinamente inspirada, fue adornada con milagros. Sacerdote de la gloria de Cristo, salva de los peligros a los que te honran.
Megalinarion
Alégrate descendencia de Bizancio, y el pastor y ayuda de Argólida; alégrate, roca portadora del Espíritu de la Iglesia, el agua de la gracia, Pedro, que brotas.
Fuentes consultadas: synaxarion.gr, johnsanidopoulos.com, saint.gr