Se sabe muy poco de sus primeros años de vida o de dónde nació, pero en el período comprendido entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial fue monje en el Monasterio de San Onuphrios en Jabłeczna. En su tonsura recibió el nombre monástico de Ignacio.
El padre Ignacio era uno de los monjes más antiguos del monasterio y cumplió con la obediencia de tocar las campanas para los servicios de la iglesia. Cuando entró por primera vez en el monasterio, estaba formado por una docena de monjes, cuya tarea era contrarrestar la propaganda de los católicos romanos y los uniatas entre la población ortodoxa.
Sin embargo, los monjes no estaban preparados para tal tarea y no tenían educación. Ignacio presenció, por tanto, el surgimiento del monasterio cuando llegaron sacerdotes y monjes que ayudaron a restaurar el monasterio y establecieron una escuela para niños, de modo que en 1915 había unos ochenta monjes y cuatrocientos alumnos en la escuela.
En 1915, los alemanes ocuparon el monasterio, e Ignacio con los monjes huyeron del monasterio y se fueron a Moscú, de donde solo regresaron unos pocos monjes después de la guerra. Regresaron y encontraron el monasterio en ruinas, y las autoridades hostiles a la comunidad ortodoxa amenazaron con cerrarlo. Ahora solo quedaban cuatro monjes y rezaban ante el icono de San Onouphrios. En 1939 había alrededor de una docena de monjes bielorrusos y ucranianos. Para entonces Ignacio era el monje más antiguo de la comunidad que cumplía su deber de campanero con humildad y obediencia.
En septiembre de 1939, los edificios del monasterio fueron ocupados por soldados alemanes y confiscaron los alimentos y el ganado del monasterio. A pesar de esto, los monjes no cerraron el monasterio, sino que escribieron una carta de protesta al comandante del ejército de ocupación. Esto no tuvo ningún efecto sobre los alemanes.
En la noche del 9 al 10 de agosto de 1942, probablemente bajo la influencia del alcohol, los guardias prendieron fuego al monasterio, destruyendo la sección interior. Los monjes huyeron de los edificios y se reunieron en el patio. Los alemanes no permitieron que se apagara el fuego y amenazaron con fusilar a los monjes.
Algunos de los monjes lograron escapar, pero San Ignacio corrió hacia el campanario y comenzó a tocar la campana para advertir a los residentes de la zona del peligro. Algunos soldados lo atacaron y lo mataron a golpes.
Los residentes de Jabłeczna llegaron al monasterio para ayudar y también fueron detenidos. Los alemanes obligaron a los monjes a cavar tumbas y luego dispararon a todos en el patio. No hubo supervivientes. San Ignacio fue enterrado en el cementerio del monasterio, pero sus sagradas reliquias fueron luego transferidas a la Iglesia de San Onouphrios dentro del complejo del monasterio.
San Ignacio es considerado uno de los mártires de Chelm y Podlasie. Se le conmemora el 9 de agosto, fecha de su martirio, y el 20 de marzo, fecha de su glorificación por la Iglesia Ortodoxa de Polonia en 2003.
Fuentes consultadas: mystagogyresourcecenter.com
