"Teniendo un alma de plata cuyo nombre llevas, disputaste Argyrios con una mente piadosa".
El día once Arguirios se sometió a la soga con alma firme.
El Santo Nuevo Mártir Arguirio (Argyrios) nació en el pueblo de Epanomi, cerca de Tesalónica, en 1788. Cuando todavía era un adolescente, se trasladó a Tesalónica para buscar trabajo y se convirtió en aprendiz de sastre. En ese momento, un compañero cristiano ortodoxo fue encarcelado por el Pachá local por algún delito y no tenía los fondos para liberarse. Para ser liberado de la prisión, le fue dado a elegir entre ser ahorcado o negar su cristianismo y aceptar el Islam. Eligió lo último.
Poco tiempo después, Argyrios estaba en una cafetería local y vio al ex cristiano celebrando con otros miembros de su nueva fe. Audazmente, Argyrios lo confrontó y trató de convencerlo de su gran error, instándolo a volver a la fe de sus antepasados, la Santa Iglesia Ortodoxa de Cristo.
“¿Qué mal has hecho, hermano mío”, le dijo Argyrios, “para negar a Cristo nuestro Creador y Salvador? ¿Qué gran mal, infortunado, le hiciste a tu alma, entregándola al infierno donde hay muerte eterna, para evitar esta muerte temporal? Ven, ven, hermano mío, en serio, ven en ti mismo, arrepiéntete, vuelve a Cristo. Nunca debemos negarle a Aquel que nunca nos negaría a nosotros ”.
Algunos jenízaros escucharon a Argyrios y se abalanzaron sobre él con la intención de matarlo. Sin embargo, cambiaron de opinión y pensaron en convertirlo en su lugar. Blandieron sus cimitarras y trataron de obligar a Argyrios a decir que negaría a Cristo y se convertiría. La alternativa era la muerte. Argyrios, sin embargo, no se inmutó ante la invitación y las amenazas, fue golpeado y luego llevado al cadí local (juez).
Inicialmente, el cadí dictaminó que no era delito defender la fe con celo, que es como interpretó las acciones de Argyrios. Sin embargo, los jenízaros presentes no estuvieron de acuerdo y llamaron a Argyrios enemigo de la "verdadera" fe.
No podían aceptar la afirmación del cadí de que quien blasfemaba contra su fe no merecía la muerte.
Durante los interrogatorios habituales, el cadí intentó desesperadamente que Argyrios aceptara negar a Jesús Cristo para salvar su vida. En cambio, Argyrios proclamó: "Nací cristiano y cristiano moriré".
En consecuencia, a los dieciocho años, el viernes 11 de mayo de 1806, San Argyrios fue conducido a la plaza del mercado de Kapani en Tesalónica, y allí fue condenado a morir en la horca, sellando así su confesión con la sangre de su martirio.
Apolytikion tono 3º
Epanomi se regocija en ti, su divina descendencia y patrón, Neomártir el Salvador Argyrios, y celebramos con cantos tu santa contienda, apresurándonos a tus intercesiones clamando en voz alta: Mártir glorioso, ruega a Cristo Dios, que nos conceda la gran misericordia.
Kontakion tono 4º
Disputaste Santo en estos últimos días, glorificando a Cristo por quien soportaste la muerte, por lo que te honramos fielmente, como co-habitante de los Atletas, oh Argyrios.
Megalynarion
Regocíjate, nuevo brote de piedad, Mártir Argyrios, la belleza de la Ortodoxia, regocíjate, que eres igual en gloria y honor a los Mártires, flor de Epanomi, la más fragante.
Fuentes consultadas: synaxarion.gr, diakonima.gr, johnsanidopoulos.com