sábado, 3 de agosto de 2024

Santa Salomé la "Mirrofora" o Portadora de la Mirra (s.I)

Versos: 
"Lista para rodar la piedra para el cuerpo, Salomé vio a Cristo, aunque no en la tumba de Cristo".


Santa Salomé la Portadora de Mirra era prima de María, la madre de nuestro Señor Jesús Cristo. Su esposo era el pescador Zebedeo y sus hijos fueron Santiago y Juan, los Apóstoles. 
Llena de ferviente piedad, estaba entre las mujeres que siguieron a Cristo y le ministraron a Él y a Sus discípulos. Salomé fue quien, por su afecto maternal, hizo la siguiente solicitud del Señor, como leemos en Mateo 20, 20-22:

20. Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, quien se postró ante él, mostrando intención de pedirle algo.

21. Él le dijo: ¿Qué quieres?  Ella le dijo: da la orden de que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.

22. Pero Jesús respondió: no sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso de la muerte que yo dentro de poco he de beber, o ser bautizados con el bautismo del martirio que dentro de poco voy a sufrir? Y ellos le dijeron: podemos." 
 
 
 








 
Y cuando todos los Apóstoles, a excepción de Juan, huyeron del miedo ante la Pasión y la Crucifixión de nuestro Señor Jesucristo, Salomé se puso de pie con las otras mujeres llorando y golpeándose el pecho por la pena. Luego, después de tres días, se hizo digna de estar entre las alegres portadores de la mirra que fueron las primeras testigos oculares de la resurrección de nuestro Señor.
Después de haber ayudado y servido a la Iglesia de Jerusalén después de Pentecostés, reposó en paz poco después de que su hijo primogénito Santiago fuera decapitado por los soldados de Herodes. Salomé se distinguió por su celosa fe y filantropía. En los primeros textos cristianos, hay varias otras referencias a "Salomé".
 
 
 
 






 
 
Salomé aparece en el evangelio apócrifo adjunto al nombre de Santiago el Justo, el "Protevangelion de Santiago", cap. 14:

"Y la partera salió de la cueva, y Salomé la conoció. Y la comadrona le dijo: "Salomé, Salomé, te diré una cosa muy sorprendente, que vi. Ha surgido una virgen, que es algo contrario a la naturaleza". A lo que Salomé respondió: "Como el Señor mi Dios vive, a menos que reciba una prueba particular de este asunto, no creeré que una virgen ha dado a luz". Entonces Salomé entró y la comadrona dijo: "María, muéstrate, porque ha surgido una gran controversia sobre ti".
 
 
 
 
 



 
 
 
 
Y Salomé la probó ... y ella gimió amargamente y dijo: "¡Ay de mí, por mi iniquidad! Porque he tentado al Dios vivo, y mi mano está lista para caerse. Que Salomé es la primera, después de la comadrona, en dar testimonio del nacimiento milagroso y reconocer a Jesús como el Cristo, son circunstancias que tienden a conectarla con su discípula Salomé.
 
Tras la fundación de la Iglesia cristiana en Jerusalén, Salomé continuó distinguiéndose por su afán y por sus obras de caridad. La persecución en contra de la iglesia de Jerusalén, creó una gran pena en Salomé. 
 
 





 
 
Su corazón sufrió un gran golpe en el día en que Herodes descapitó a su primogénito Santiago. Pero su esperanza en Cristo la reforzó con la esperanza de los bienes eternos. Entregó su espíritu al Señor de modo pacífico   
 

Ver Domingo de las  Santas Mujeres "Mirroforas", José de Arimatea y Nicodemo, el Discípulo Nocturno del Señor.
 
 
 
 



Fuentes consultadas: diakonima.gr, synaxarion.gr, johnsanidopoulos.com, saint.gr.

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