miércoles, 17 de enero de 2024

San Antonio el Nuevo el Milagroso de Veria (s.IX)

San Antonio provenía de una familia devota y próspera de Veria o Beroia en Macedonia y vivió en algún momento del siglo IX.


Todavía era bastante joven cuando, con un ardiente deseo por la vida ascética, le dio la espalda a los placeres y comodidades vacías del mundo para convertirse en monje en el Monasterio de Peraia (también conocido como el Monasterio de San Juan el Precursor y Skete de Beroia), luego en pleno florecimiento.
Pronto se convirtió en un ejemplo en todas las virtudes monásticas para sus hermanos, pero después de veinte años en el Monasterio y deseando llevar una vida ermitaña, se le permitió retirarse a una cueva casi inaccesible cerca del río Aliakmon. Allí vivió durante cincuenta años, sobreviviendo a base de plantas que crecían en las cercanías, desconocidas para todos excepto para el sacerdote que venía de vez en cuando para traerle la Sagrada Comunión. 
 








Al igual que su ilustre tocayo, San Antonio el Nuevo resistió valientemente los incesantes ataques de los demonios, que durante años le guerrearon,  apareciéndosele en las formas más terribles y creándole ilusiones, como la de que el río estaba subiendo y sus aguas estaban a punto de inundar la cueva, tratando de hacerlo abandonar su lugar y romper su oración continua. 
Tales fueron las circunstancias en que el Santo perseveró hasta que, a la edad de noventa y cuatro años, entregó su alma en paz a Dios. Un tiempo después, algunos cazadores que pasaban por allí fueron alertados por el aullido de sus perros: levantaron la vista y vieron una mano que los saludaba desde el follaje que ocultaba completamente la cueva. 
 








Buscaron llegar al lugar, apartaron las ramas y descubrieron dentro de la caverna el cuerpo incorrupto del santo asceta. El obispo de Beroia fue informado y se apresuró a la cueva con una gran multitud, ansiosa por venerar al santo. Entre la gente de Peraia y los de Beroia surgió la cuestión de la custodia de las santas reliquias que se habían encontrado. El obispo decidió resolver el asunto colocando el cuerpo del Santo en un carro tirado por dos bueyes a los que se debería permitir ir a donde la divina providencia condujera, como se había hecho una vez con el Arca de la Alianza (1 Sam. 6). 
 








Con firme determinación, los bueyes tiraron del carro hasta Beroia y se detuvieron frente a la casa de la familia del Santo. Sus reliquias fueron colocadas en una iglesia dedicada a la Madre de Dios, pero poco después demolieron esta iglesia y construyeron otra en honor a San Antonio el Nuevo. 
Sin embargo, esta iglesia se incendió el 4 de febrero de 1898 inadvertidamente por una vela encendida. Fue reemplazada por una nueva iglesia magnífica, la cual se mantiene hasta el día de hoy. 
 




Nueva Iglesia dedicada a San Antonio el Nuevo



El 12 de septiembre de 1904 la nueva iglesia fue dedicada por el metropolitano Constantine Isaakidis de Beroia. Cada año, miles de personas celebran su fiesta el 1 de agosto y el 17 de enero. Asisten personas con diversas enfermedades y tienen lugar muchos milagros.
 
 
 
 
Ἀπολυτίκιον Ἦχος πλ. α’. Τὸν συνάναρχον Λόγον.
 
Τὸν πανεύφημον Μάρτυν Χριστοῦ Γεώργιον, Ἰωαννίνων τὸ κλέος καὶ πολιοῦχον λαμπρόν, ἐν ᾠδαῖς πνευματικαῖς ἀνευφημήσωμεν· ὅτι ἐνήθλησε στερρῶς, καὶ κατήνεγκεν ἐχθρόν, τοῦ Πνεύματος τῇ δυνάμει· καὶ νῦν ἀπαύστως πρεσβεύει, ἐλεηθῆναι τὰς ψυχὰς ἡμῶν.

Κοντάκιον Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.
 
Εὐκλεῶς ἀγάλλεται μεγαλαυχοῦσα, τῇ σεπτῇ ἀθλήσει σου, δι’ ἧς ἡ πόλις θησαυρόν, Ἰωαννίνω ἐκτήσατο, τῶν ἱερῶν σου Λειψάνων Γεώργιε.


Μεγαλυνάριον
 
Χαίροις τῆς Ἠπείρου θεῖος πυρσός, καὶ Ἰωαννίνων, ἀντιλήπτωρ καὶ ἀρωγός· χαίροις τῶν θαυμάτων, ἀκένωτος χειμάρρους, Γεώργιε παμμάκαρ, ἡμῶν βοήθεια.



Fuentes consultadas: saint.gr, synaxarion.gr, romfea.gr, diakonima.gr