Versos:
"El reinado no parece ser un obstáculo, para ti, oh Teodosio, para la salvación".
El diecisiete de este mes, conmemoramos al piadoso emperador Teodosio el Grande.
El emperador Teodosio I, llamado el Grande, nació en España (Hispania) en el año 346 después de Cristo. Era descendiente de una insigne familia aristócrata, y desde su infancia mostraba señales de devoción.
Se distinguió, sin embargo, en sus años mozos por su coraje y valentía en las artes marciales y la gobernación. Por eso, cuando el joven emperador de Occidente, Graciano, heredó también la parte Oriental del Imperio, le puso a su lado como colaborador y le nombró comandante jefe del ejército.
Teodosio contribuyó al máximo en la repulsión de los bárbaros que presionaban de todos lados al vasto imperio. Justamente, pues, Graciano le coronó Emperador de Oriente en una ciudad, muy significativa por su situación para la administración de la región, que se llamaba Sirmio y que se encontraba en el centro de la Europa Romana. La coronación tuvo lugar el 16 de enero del 379.
Sin embargo, Teodosio no dejó tras sí sólo una obra política por la cual mereció el título de "Grande".
"El reinado no parece ser un obstáculo, para ti, oh Teodosio, para la salvación".
El diecisiete de este mes, conmemoramos al piadoso emperador Teodosio el Grande.
El emperador Teodosio I, llamado el Grande, nació en España (Hispania) en el año 346 después de Cristo. Era descendiente de una insigne familia aristócrata, y desde su infancia mostraba señales de devoción.
Se distinguió, sin embargo, en sus años mozos por su coraje y valentía en las artes marciales y la gobernación. Por eso, cuando el joven emperador de Occidente, Graciano, heredó también la parte Oriental del Imperio, le puso a su lado como colaborador y le nombró comandante jefe del ejército.
Teodosio contribuyó al máximo en la repulsión de los bárbaros que presionaban de todos lados al vasto imperio. Justamente, pues, Graciano le coronó Emperador de Oriente en una ciudad, muy significativa por su situación para la administración de la región, que se llamaba Sirmio y que se encontraba en el centro de la Europa Romana. La coronación tuvo lugar el 16 de enero del 379.
Sin embargo, Teodosio no dejó tras sí sólo una obra política por la cual mereció el título de "Grande".
Su obra eclesiástica es realmente enorme porque él mismo decidió poner fin al conflicto con el arrianismo, hizo que triunfasen las fórmulas teológicas definitivas de los Padres Capadocios e impuso incondicionalmente la enseñanza del I Concilio de Nicea, constituyendo también el II Concilio en Constantinopla, en el 381, que promulgó la doctrina de la Divinidad del Espíritu Santo. Las decisiones de los Concilios se aplicaron estrictamente. Las religiones paganas fueron proscritas. El imperio se hizo oficialmente cristiano, y así, la obra de Teodosio, efectivamente, coronó y consolidó la obra de Constantino el Grande.
Teodosio el Grande era el prototipo de soberano, lleno de devoción y justicia, y tenía el don de humildad y de arrepentimiento continuo, más que ningún otro emperador de Bizancio que le siguiera. Sin embargo, como todo hombre tenía un gran defecto. Él lo reconocía y luchaba contra él con el arma de la humildad.
Dos acontecimientos en su vida hablan de ello.
Era en el año 387 cuando decidió castigar severamente, con pena de muerte, a los habitantes de la gran ciudad de Antioquía. Los antioquenos se habían levantado y habían derribado todas las estatuas erigidas en honor del emperador y de su esposa Elia Fraccilla. La propia emperatriz y el Patriarca de la ciudad Flaviano, ayudados por los monjes de la región, imploraron al emperador que tuviese compasión y los perdonase.
Teodosio el Grande era el prototipo de soberano, lleno de devoción y justicia, y tenía el don de humildad y de arrepentimiento continuo, más que ningún otro emperador de Bizancio que le siguiera. Sin embargo, como todo hombre tenía un gran defecto. Él lo reconocía y luchaba contra él con el arma de la humildad.
Dos acontecimientos en su vida hablan de ello.
Era en el año 387 cuando decidió castigar severamente, con pena de muerte, a los habitantes de la gran ciudad de Antioquía. Los antioquenos se habían levantado y habían derribado todas las estatuas erigidas en honor del emperador y de su esposa Elia Fraccilla. La propia emperatriz y el Patriarca de la ciudad Flaviano, ayudados por los monjes de la región, imploraron al emperador que tuviese compasión y los perdonase.
Teodosio, haciendo mérito a su nombre cristiano, cambió de idea y perdonó a los culpables.
El otro incidente era mucho más grave. En el 390 cuando Teodosio se hizo emperador de Occidente y estableció su Corte en Mediolanum (hoy día Milán en Italia), castigó de una manera muy severa un levantamiento de los Tesalonicenses ordenando la muerte de miles de personas en el anfiteatro de la ciudad. La ira que le caracterizó a Teodosio era tan grande que no cedió a las peticiones intermediarias de San Ambrosio que ocupaba entonces el trono episcopal de Milán.
Después de este crimen, cuando el emperador quiso entrar en la catedral, el valiente obispo se puso en la puerta y le prohibió la entrada. Todo el mundo esperaba el estallido del conocido mal mal de Teodosio, la ira. Sin embargo, obedeció humildemente, y con lágrimas en los ojos pidió perdón.
Después, conmocionado y humillado, volvió a palacio. El emperador cumplió toda la penitencia que le había puesto su obispo, y cuando la había terminado se presentó en la Iglesia como un penitente normal, vestido de una túnica sencilla, sin ningún distintivo de su rango, y escuchó la oración de perdón. El fruto de su penitencia, que dio ejemplo a todo el pueblo, fue una ley que decía que ningún condenado a muerte sería ejecutado si no hubiesen pasado 30 días después de la sentencia.
El otro incidente era mucho más grave. En el 390 cuando Teodosio se hizo emperador de Occidente y estableció su Corte en Mediolanum (hoy día Milán en Italia), castigó de una manera muy severa un levantamiento de los Tesalonicenses ordenando la muerte de miles de personas en el anfiteatro de la ciudad. La ira que le caracterizó a Teodosio era tan grande que no cedió a las peticiones intermediarias de San Ambrosio que ocupaba entonces el trono episcopal de Milán.
Después de este crimen, cuando el emperador quiso entrar en la catedral, el valiente obispo se puso en la puerta y le prohibió la entrada. Todo el mundo esperaba el estallido del conocido mal mal de Teodosio, la ira. Sin embargo, obedeció humildemente, y con lágrimas en los ojos pidió perdón.
Después, conmocionado y humillado, volvió a palacio. El emperador cumplió toda la penitencia que le había puesto su obispo, y cuando la había terminado se presentó en la Iglesia como un penitente normal, vestido de una túnica sencilla, sin ningún distintivo de su rango, y escuchó la oración de perdón. El fruto de su penitencia, que dio ejemplo a todo el pueblo, fue una ley que decía que ningún condenado a muerte sería ejecutado si no hubiesen pasado 30 días después de la sentencia.
Tal era el arrepentimiento y la humildad de Teodosio, que el Señor se complació en otorgarle el don de hacer milagros.
Cuentan sus biógrafos que durante una peregrinación suya a Jerusalén, el emperador apareció vestido de plebeyo y, acercándose a las puertas de la Iglesia de la Resurrección rezaba, cuando las puertas de la Iglesia se abrieron solas, de par en par, y el templo se llenó de luz con las lámparas y las velas encendidas como en los días festivos. El Señor recibió con honores regios al humilde emperador y siervo Suyo.
Teodosio había copiado con su propia mano el evangelio entero, obligándose a leer un trozo de él cada día. Decía a menudo que se alegraba más de ser miembro de la Iglesia que de ser rey de toda la tierra.
Así pasaron 16 años de devoto reinado. Teodosio esparció por todo el mundo romano la Verdad, la Paz y la Pureza de las costumbres.
El 17 de enero del año 395 el rey terrenal entregó su alma al Rey celestial y Señor suyo. Tenía 60 años. Sus restos fueron trasladados desde MIlán a Constantinopla donde fue enterrado con grandes honores.
Devotísimo y humilde rey Teodosio, hijo de la tierra española, ruega al Señor por el bienestar de las santas Iglesias de Dios. Amén.
Cuentan sus biógrafos que durante una peregrinación suya a Jerusalén, el emperador apareció vestido de plebeyo y, acercándose a las puertas de la Iglesia de la Resurrección rezaba, cuando las puertas de la Iglesia se abrieron solas, de par en par, y el templo se llenó de luz con las lámparas y las velas encendidas como en los días festivos. El Señor recibió con honores regios al humilde emperador y siervo Suyo.
Teodosio había copiado con su propia mano el evangelio entero, obligándose a leer un trozo de él cada día. Decía a menudo que se alegraba más de ser miembro de la Iglesia que de ser rey de toda la tierra.
Así pasaron 16 años de devoto reinado. Teodosio esparció por todo el mundo romano la Verdad, la Paz y la Pureza de las costumbres.
El 17 de enero del año 395 el rey terrenal entregó su alma al Rey celestial y Señor suyo. Tenía 60 años. Sus restos fueron trasladados desde MIlán a Constantinopla donde fue enterrado con grandes honores.
Devotísimo y humilde rey Teodosio, hijo de la tierra española, ruega al Señor por el bienestar de las santas Iglesias de Dios. Amén.
Santo Emperador Teodosio el Grande
Por San Justin Popovich
Este muy piadoso y glorioso emperador gobernó desde los años 379-395. Nació en España. Era famoso por su familia y famoso por su heroísmo. Primero fue el líder militar del emperador Graciano, y luego fue nombrado emperador en 379.
Constantino el Grande prohibió la persecución de los cristianos, Teodosio el Grande fue un paso más allá: prohibió los sacrificios a los ídolos en su tierra. También se ocupó de la fe ortodoxa contra los herejes. Expulsó al arzobispo arriano Demophilos de Constantinopla y trajo a la Iglesia de los Santos Apóstoles en Constantinopla a San Gregorio el Teólogo.
Era tan piadoso que era digno de realizar milagros durante su vida. Así, queriendo venerar los lugares santos de Jerusalén, se puso un traje sencillo, fue al Templo de la Santa Resurrección y llamó a la puerta. Un eclesiástico le abrió, y entró en el templo, y - ¡Oh, el milagro! - los candelabros, que hasta entonces se habían extinguido, de repente se encendieron solos, como en una gran fiesta. Asombrado por este milagro, el eclesiástico informó al patriarca al respecto. El patriarca, a través de su oración a Dios, supo quién era y glorificó a Dios.
Durante su tiempo, se convocó el Segundo Sínodo Ecuménico en 381, que estableció la enseñanza dogmática sobre el Espíritu Santo como Dios, que es uno con Dios Padre y Dios Hijo. Hizo mucho para fortalecer y difundir la fe cristiana en el mundo.
Transcribió el Santo Evangelio con sus propias manos y lo leía todos los días.
Partió al Señor el 17 de enero de 395 en Milán. Sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla y enterradas allí.
El beato Agustín dice que el emperador Teodosio solía decir que estaba más feliz de ser miembro de la Iglesia de Dios que de ser emperador sobre toda la tierra.
De Vidas de los Santos por San Justin Popovich.
Traducción al inglés de John Sanidopoulos. Traducción al español del equipo La Ortodoxia es la Verdad.
Megalinarion
Salve, hermosura de reyes, hijo de España, imitador de Apóstoles; salve, divino labrador de arrepentimiento, O Teodosio, pilar de la Iglesia.
Fuentes consultadas: synaxario.gr, saint.gr, Santoral Ortodoxo Español, G. E. Piperakis, Prof. de la Facult. de Med. de la Univ. de Atenas, Grecia, diakonima.gr, johnsanidopoulos.com