El cuarto Domingo del "Triodion" está dedicado a la expulsión de los primeros en ser creados (del gr. "των πρωτοπλάστων", [ton protoplaston]) del Paraíso.
El hombre fue creado por Dios como su más perfecta y sofisticada criatura, a su "imagen y semejanza" (Gén. 1:26).
Fue creado para vivir eternamente en la gracia y las bendiciones de Dios, una vida interminable de bienaventuranza. Esta importancia tiene la narración bíblica sobre el Jardín del Edén (Gen. 2). El hombre hizo mal uso de su libre albedrío y prefirió el mal. El malvado demonio lo arrastró hacia la caída y la destrucción. Esto le privó del paraíso, es decir, de la presencia perpetua y vivificante de Dios y la participación de sus ininterrumpidas bendiciones.
Una gran brecha se abrió entre ellos. La Biblia dice simbólicamente que los primeros en ser creados fueron expulsados del jardín del Edén y dos seres angelicales fueron destinados a proteger su puerta con dos espadas ardientes, para que no pudieran ellos forzarlas. ¡El infinito drama de la raza humana comenzó!
Se muestra a continuación la lectura del Evangelio del Cuarto Domingo del "Triodio", con breve interpretación por P. Trempelas (Mateo 6, 14-21):
CAPITULO 6.
Continuación del sermón en la montaña del Señor.
Vers. 14-15. Cómo seremos perdonados.
14. Tenéis, cuando pidaís el perdón de vuestros pecados, que perdonar vosotros también a los demás. Porque si perdonáis los pecados que los demás han cometido hacia vosotros los hombres, también vuestro padre celestial perdonará vuestros pecados.
15. Pero si no perdonaís a los hombres que pecaron frente a vosotros, tampoco vuestro Padre perdonará vuestros pecados hacia él.
Vers. 16-18. El ayuno agradable a Dios.
16. Y cuando ayunéis, no os pongáis malhumorados y afligidos como los hipócritas, que cambian su rostro tomando la apariencia y la expresión de hombre fatigado por las privaciones, para parecer a los hombres que ayunan. Verdaderamente os digo que ya recibieron su recompensa por las alabanzas de los hombres.
17 Pero tú cuando ayunes, acicala tu cabeza y lava tu rostro, para que parezcas alegre,
18. y no muestres a los hombres que ayunas. Sino que tu ayuno sea visto sólo por tu Padre, que es invisible, pero que se encuentra presente en las partes más ocultas. Y tu Padre que ve en lo secreto, te entregará tu recompensa en público”.
Vers. 19-21. Tesoros terrenales y celestiales.
19. No reunáis para vosotros mismos tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el deterioro de la podredumbre o del óxido hacen desaparecer los materiales almacenados de la riqueza y donde los ladrones agujerean las paredes de los cofres y roban.
20. Reunid para vosotros mismos tesoros en el cielo, donde ni el óxido ni la podredumbre, donde ni la polilla ni el ni la podredumbre ni el óxido hacen desaparecer vuestros tesoros almacenados y donde los ladrones no agujerean las paredes de vuestros cofres ni roban.
21. Tenéis entonces que acumular tesoros en el cielo, para que esté vuestro corazón unido a Dios y a lo celestial. Porque allí donde está vuestro tesoro, también allí estará vuestro corazón.
El primer día de la Cuaresma, en griego conocido como "Kazará Deftera" ("Καθαρά Δευτέρα") ο "Lunes Limpio", significa el comienzo de un período de limpieza y purificación de los pecados a través del arrepentimiento.
El sábado anterior a este domingo, se lleva a cabo el segundo de los tres sábados de conmemoración de los difuntos. Se trata de una conmemoración especial en que la Iglesia ofrece una Liturgia Divina y servicio en memoria de los fieles difuntos. Esto se considera una conmemoración universal de los muertos. A través de los servicios funerarios, la Iglesia está pidiendo a Dios por todos los que han partido y que ahora están a la espera del juicio final. Este sábado específico es una conmemoración general de todos los Santos de los ascéticos de la Iglesia, tanto en hombres como en mujeres. A medida que nos proponemos para el ayuno de Cuaresma nos recuerda que vamos a hacer este viaje como miembros de una familia, con el apoyo de la intercesión de los Santos.
El hombre fue creado por Dios como su más perfecta y sofisticada criatura, a su "imagen y semejanza" (Gén. 1:26).
Fue creado para vivir eternamente en la gracia y las bendiciones de Dios, una vida interminable de bienaventuranza. Esta importancia tiene la narración bíblica sobre el Jardín del Edén (Gen. 2). El hombre hizo mal uso de su libre albedrío y prefirió el mal. El malvado demonio lo arrastró hacia la caída y la destrucción. Esto le privó del paraíso, es decir, de la presencia perpetua y vivificante de Dios y la participación de sus ininterrumpidas bendiciones.
Una gran brecha se abrió entre ellos. La Biblia dice simbólicamente que los primeros en ser creados fueron expulsados del jardín del Edén y dos seres angelicales fueron destinados a proteger su puerta con dos espadas ardientes, para que no pudieran ellos forzarlas. ¡El infinito drama de la raza humana comenzó!
Adán y Eva entonces se sentaron enfrente del jardín del Edén y gimieron por el mal que les cayó.
Reflexionando sobre su felicidad anterior y comparándola con su miseria actual, predijeron el futuro sombrío que les esperaba y lloraron amargamente. Sus lágrimas ardientes regaron la tierra seca, y sus lamentos desgarradores rompieron su tranquilidad fuera del desierto paraíso.
Pero desafortunadamente estos lamentos de los "protoplastos" no eran el resultado del arrepentimiento ante su desobediencia y su rebelión contra Dios, sino una aflicción utilitaria.
No se lamentaron por la pérdida de la inocencia y de la santidad, sino por la de la prosperidad material del paraíso. ¡Ni una sola palabra de arrepentimiento fue escuchada de sus labios! Los Padres de la Iglesia nos dicen que si en ese momento trágico nuestros antepasados hubiesen estado verdaderamente arrepentidos y hubiesen pedido humildemente perdón al todo misericordioso filántropo (amigo del hombre) Dios, habrían sido restaurados en su condición previa a la caída.
Pero desafortunadamente estos lamentos de los "protoplastos" no eran el resultado del arrepentimiento ante su desobediencia y su rebelión contra Dios, sino una aflicción utilitaria.
No se lamentaron por la pérdida de la inocencia y de la santidad, sino por la de la prosperidad material del paraíso. ¡Ni una sola palabra de arrepentimiento fue escuchada de sus labios! Los Padres de la Iglesia nos dicen que si en ese momento trágico nuestros antepasados hubiesen estado verdaderamente arrepentidos y hubiesen pedido humildemente perdón al todo misericordioso filántropo (amigo del hombre) Dios, habrían sido restaurados en su condición previa a la caída.
Se muestra a continuación la lectura del Evangelio del Cuarto Domingo del "Triodio", con breve interpretación por P. Trempelas (Mateo 6, 14-21):
CAPITULO 6.
Continuación del sermón en la montaña del Señor.
Vers. 14-15. Cómo seremos perdonados.
14. Tenéis, cuando pidaís el perdón de vuestros pecados, que perdonar vosotros también a los demás. Porque si perdonáis los pecados que los demás han cometido hacia vosotros los hombres, también vuestro padre celestial perdonará vuestros pecados.
15. Pero si no perdonaís a los hombres que pecaron frente a vosotros, tampoco vuestro Padre perdonará vuestros pecados hacia él.
Vers. 16-18. El ayuno agradable a Dios.
16. Y cuando ayunéis, no os pongáis malhumorados y afligidos como los hipócritas, que cambian su rostro tomando la apariencia y la expresión de hombre fatigado por las privaciones, para parecer a los hombres que ayunan. Verdaderamente os digo que ya recibieron su recompensa por las alabanzas de los hombres.
17 Pero tú cuando ayunes, acicala tu cabeza y lava tu rostro, para que parezcas alegre,
18. y no muestres a los hombres que ayunas. Sino que tu ayuno sea visto sólo por tu Padre, que es invisible, pero que se encuentra presente en las partes más ocultas. Y tu Padre que ve en lo secreto, te entregará tu recompensa en público”.
Vers. 19-21. Tesoros terrenales y celestiales.
19. No reunáis para vosotros mismos tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el deterioro de la podredumbre o del óxido hacen desaparecer los materiales almacenados de la riqueza y donde los ladrones agujerean las paredes de los cofres y roban.
20. Reunid para vosotros mismos tesoros en el cielo, donde ni el óxido ni la podredumbre, donde ni la polilla ni el ni la podredumbre ni el óxido hacen desaparecer vuestros tesoros almacenados y donde los ladrones no agujerean las paredes de vuestros cofres ni roban.
21. Tenéis entonces que acumular tesoros en el cielo, para que esté vuestro corazón unido a Dios y a lo celestial. Porque allí donde está vuestro tesoro, también allí estará vuestro corazón.
Domingo del Perdón
En el domingo del perdón se hace hincapié en el exilio de Adán y Eva del Jardín del Edén, un evento que nos muestra lo lejos que hemos caído en el pecado y nos separa de Dios. En el inicio de la Gran Cuaresma y un período de intenso ayuno, este domingo nos recuerda nuestra necesidad del perdón de Dios y guía nuestros corazones, las mentes y los esfuerzos espirituales de regreso a Él en arrepentimiento.
El Señor se enfrenta a la desobediencia de Adán y Eva; "La expulsión del paraíso" Mosaicos de la Capilla Palatina, Palermo, Sicilia. Mediados s.XII. |
Se celebra en este día la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo, que es precedido por el servicio de maitines. Una gran Víspera se lleva a cabo la noche del sábado. Los himnos de la Triodion en este día se añaden a las oraciones y cantos de la celebración semanal de la resurrección de Cristo habituales. El nombramiento del domingo se toma de la conmemoración del exilio de Adán y Eva del paraíso y de la lectura del Evangelio de la Liturgia Divina.
Domingo de los quesos.
El Domingo del perdón es también conocido como el Domingo de los quesos, es decir, del comienzo de ayuno también de lácteos: es el último día en que los productos lácteos pueden consumirse antes del ayuno de la Cuaresma. El ayuno completo comienza el día siguiente, lunes, el primer día de la Gran Cuaresma. En la tarde del domingo del perdón, la Iglesia lleva a cabo el primer servicio de la Gran Cuaresma, las vísperas del Perdón, un servicio que nos dirige más en el camino del arrepentimiento y nos ayuda a reconocer nuestra necesidad de perdón de Dios y buscar el perdón de nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Esta es la primera vez que se lee la oración de Cuaresma de San Efrén acompañado de postraciones. Al final del servicio todos los fieles se dirigen al sacerdote y unos a otros pidiendo perdón mutuo.
Se anima a los cristianos a entrar en la Gran Cuaresma en el arrepentimiento y la confesión por asistir a estos servicios, llegando para el Sacramento de la Confesión, y dedicándose a la adoración, la oración y el ayuno durante todo el
período de Cuaresma.
Se anima a los cristianos a entrar en la Gran Cuaresma en el arrepentimiento y la confesión por asistir a estos servicios, llegando para el Sacramento de la Confesión, y dedicándose a la adoración, la oración y el ayuno durante todo el
período de Cuaresma.
El sábado anterior a este domingo, se lleva a cabo el segundo de los tres sábados de conmemoración de los difuntos. Se trata de una conmemoración especial en que la Iglesia ofrece una Liturgia Divina y servicio en memoria de los fieles difuntos. Esto se considera una conmemoración universal de los muertos. A través de los servicios funerarios, la Iglesia está pidiendo a Dios por todos los que han partido y que ahora están a la espera del juicio final. Este sábado específico es una conmemoración general de todos los Santos de los ascéticos de la Iglesia, tanto en hombres como en mujeres. A medida que nos proponemos para el ayuno de Cuaresma nos recuerda que vamos a hacer este viaje como miembros de una familia, con el apoyo de la intercesión de los Santos.
Cuarto Domingo del "Triodio". Domingo "de los quesos" (de la abstinencia de lácteos).