Versos: (31 Enero)
A Victorino, Víctor y Nicéforo : "En una piedra lisa,
los miembros de los tres nobles son aplastados, los tres que perciben a los
miembros corporales de Cristo".
A Claudio: "Claudio hizo un buen sacrificio al Señor, de su cuerpo dando sus
manos y pies".
A Diodoro: "En el horno rodeado de dolor, entró Diodoro
el Mártir y fue coronado".
A Serapión: "Llevo la espada que restringe el miedo, y
cómo me llevará Dios Sarapinos".
A Papías: "Papías recibió en el mar un baño amargo, y
la dulzura de las delicias superiores ganó".
Estos santos procedían de Corinto y vivieron durante el reinado del emperador Decio (249-251). Fueron arrestados por su confesión y fe cristiana en el año 249 y fueron llevados ante Tertius (o Tercio) el procónsul, quien tenía la autoridad sobre Morea (actual Peloponeso).
Después
de ser torturados, pasaron a Egipto, aunque no sabemos si la sentencia
comprendía ese destierro, y completaron su martirio en Dióspolis,
capital de la Tebaida, bajo el gobernador Sabino, en el reinado de
Numeriano.
Los santos Victorino, Víctor y Nicéforo fueron condenados a perecer despedazados en un mortero de mármol. Los verdugos comenzaron por destrozarle los pies y las piernas a Victorino, diciéndole a cada golpe: «¡Sálvate! Todavía puedes escapar de la muerte si renuncias a tu nuevo Dios».
Pero
el gobernador, viendo la constancia de Victorino, perdió la paciencia y
ordenó que le descuartizaran. Víctor, a quien se amenazó con el mismo
martirio, ardía en deseos de que la sentencia se ejecutase
inmediatamente; señalando el mortero de piedra dijo a los verdugos: «La
salvación y la felicidad me esperan allí». Los verdugos le destrozaron
al punto.
El tercero de los mártires, Nicéforo, saltó por su propio pie al mismo pozo de destrucción; el juez, a quien molestó tal audacia, ordenó a los verdugos que acabaran con él a golpes. Al santo Claudio le cortaron las manos, los pies y luego los brazos y las piernas, llegando a su fin.
El gobernador, señalando los miembros y los huesos del mártir que yacían por tierra, dijo a los otros tres confesores de la fe, Diodoro, Serapión y Papías : «En vuestras manos está vuestra suerte; yo no os obligo a sufrir».
Los mártires respondieron unánimemente: «Antes que renunciar a nuestra fe, estamos dispuestos a sufrir los más crueles tormentos que puedas imaginar.
Santos Claudio y Diodoro (arriba), Santos Anárguiros Juan y Ciro, y Santa Atanasia con sus tres hijas Teodota,Teóktista y Eudoxia. 31 de enero. |
Jamás
traicionaremos la fidelidad que debemos a Dios, ni renegaremos de
Jesucristo nuestro Salvador, que es nuestro Dios y Creador, por el que
nuestras almas suspiran». Entonces el tirano condenó a Diodoro a ser
quemado vivo en un horno de fuego y a Serapión fue decapitado por la espada. Papías fue arrojado al mar con una piedra al cuello.
Ἀπολυτίκιον
Ἦχος γ'. Θείας πίστεως.
Θείας πίστεως, τὴ ἀναλάμψει, ὁ ἐπτάριθμος, Μαρτύρων δῆμος, ὡς λυχνία ἀνεδείχθης ἐπτάφωτος, ταὶς τῶν ἀγώνων ἐνθέοις λαμπρότησι, φωταγωγοῦντες τοὺς πίστει κραυγάζοντας. Θεῖοι Μάρτυρες, Χριστῷ τῷ Θεῷ πρεσβεύσατε, δωρήσασθαι ἠμὶν τὸ μέγα ἔλεος.
La séptuple banda de mártires brillaba como una lámpara de siete brazos, a través del resplandor de la santa fe. Con sus brillantes combates, iluminan el camino para aquellos que claman fielmente: benditos mártires, oren a Cristo nuestro Dios, para que nos conceda su gran misericordia.
Condaquio tono 2º
Oh, benditos mártires, como los valientes soldados de Cristo, esparcieron los principados enemigos. Regocijándose en un espíritu, proclamaron juntos: Cristo es la corona de los atletas.
Megalinario
Claudio y Víctor los venerados, junto con Victorino y Papia los sagrados, con Diodoro y Nicéforo los divinos y también Sarapinas nos bendicen.
Fuentes consultadas: saint.gr, synaxarion.gr, diakonima.gr, orthodoxwiki.org.