El 13 de Agosto se celebra el traslado de las santas reliquias de San Máximo el Confesor, gran teólogo y orgullo de la Iglesia Ortodoxa, quien procedía de "Lazona", una región montañosa al este del Mar negro en Asia Menor, donde durmió en el Señor estando exiliado en 662 d.C.
Sus reliquias sagradas fueron transferidas a Chrysoupoli (del gr. "Χρυσούπολη") desde Constantinopla, y en particular al Monasterio de la Theotokos, en el cual había servido como higúmeno o abad.
Esta reunión tuvo lugar en Constantinopla en 681 d.C. después del Concilio Ecuménico que se formó allí contra los monoteístas.
Esta reunión tuvo lugar en Constantinopla en 681 d.C. después del Concilio Ecuménico que se formó allí contra los monoteístas.
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| Traslado de las Santas Reliquias de San Máximo el Confesor. 13 de Agosto. |
Traslado de las Santas Reliquias de San Máximo el Confesor
Por Hieroteo Blajos, Metropolita de Lepanto y San Blasio
Hoy nuestra Iglesia celebra lelTraslado de las Reliquias de San Máximo el Confesor, aunque su memoria se celebra el veintiuno (21) de enero. San Máximo el Confesor es un gran Padre de nuestra Iglesia, que nació a finales del siglo VI en Constantinopla y luchó hasta mediados del siglo VII. Provenía de una familia ilustre, distinguida por su gran intelecto y extraordinariamente dotado, ocupando un lugar distinguido en el palacio, después de haber sido reclutado por el emperador Heraclio como secretario jefe.
Pero muy rápidamente renunció a su cargo y se convirtió en monje, al principio en un monasterio de la costa oriental del Bósforo, y más tarde debido a las incursiones se mudó a otros monasterios.
Pero muy rápidamente renunció a su cargo y se convirtió en monje, al principio en un monasterio de la costa oriental del Bósforo, y más tarde debido a las incursiones se mudó a otros monasterios.
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| Mano derecha del Santo |
La vida de San Máximo el Confesor fue intrépida porque defendió la verdad de la Iglesia sobre las dos voluntades en Cristo. En su tiempo apareció una herejía conocida como Monotelitismo y Monoenergismo, que eran extensiones de la herejía monofisita, afirmando que Cristo después de la unión de sus dos naturalezas tenía una sola voluntad, la divina. San Máximo vio el peligro que esto tenía para la Iglesia Ortodoxa, por lo que apoyó la enseñanza ortodoxa de que así como Cristo tenía dos naturalezas, la divina y la humana, también tenía dos voluntades naturales, la divina y la humana, porque la voluntad y la energía son las capacidades de la naturaleza.
Lo importante es ver la razón de la propagación de la herejía del monotelismo. Cuando el emperador Heraclio liberó de los árabes la tierra donde vivían los monofisitas, trató de llevar a los monofisitas a la Iglesia ortodoxa mediante la implementación de un compromiso político. Según este plan, los monofisitas aceptarían que en Cristo hay dos naturalezas después de la unión de las naturalezas divina y humana, y los ortodoxos aceptarían que en Cristo hay una voluntad y energía después de la unión de las dos naturalezas.
Sin embargo, San Máximo no podía aceptar un deterioro de la fe, incluso por razones políticas y conveniencia política, por lo que escribió muchos textos y sufrió muchas luchas para preservar la verdad. Sufrió muchas heridas y tormentos, pero no cedió. Este tema no solo era teológico y cristológico, sino también antropológico, porque si Cristo solo tiene una voluntad y energía, la voluntad y la energía divinas, entonces Él no es una persona real, y no podría salvar al hombre.
El Sexto Sínodo Ecuménico decidió que, dado que había dos naturalezas en Cristo, la divina y la humana, también había dos voluntades naturales y dos energías naturales, la divina y la humana, que actuaban "indivisibles, inmutables, inseparables y sin confusión", sin una rivalidad dominante entre ellos. Como dice San Juan de Damasco, la voluntad humana no se mueve por su propia inclinación, sino que está sujeta a la voluntad divina, a la hipóstasis del Logos, y sufrió por sí sola naturalmente cuando la voluntad divina lo permitió. De esta manera, Cristo se entregó voluntariamente a la muerte como Dios, pero también como hombre.
Por supuesto, algunos argumentan que estos son asuntos filosóficos que no conciernen a los cristianos y que no se pueden entender. Esto es falso, porque estos son asuntos teológicos y una alteración en la enseñanza de Cristo constituye una alteración de la enseñanza de la salvación del hombre. Además, San Máximo el Confesor y los Padres de la Iglesia, cuando hablaban de Cristo, no hacían filosofía, sino que trataban de expresar en palabras lo que sabían por experiencia personal. Cuando vieron a Cristo en la luz de su gloria, vieron la naturaleza divina-humana de Cristo, y también entendieron que su propia voluntad y libertad no se perdieron.
Debemos entender que en las diferencias entre Oriente y Occidente, entre otras cosas, existe el hecho de que en Occidente prevaleció de varias maneras la teoría de la predestinación absoluta de San Agustín, que abolió la libertad del hombre, mientras que en Oriente Dominaba la enseñanza de San Máximo el Confesor, que preserva la libertad del hombre.
Lo importante es ver la razón de la propagación de la herejía del monotelismo. Cuando el emperador Heraclio liberó de los árabes la tierra donde vivían los monofisitas, trató de llevar a los monofisitas a la Iglesia ortodoxa mediante la implementación de un compromiso político. Según este plan, los monofisitas aceptarían que en Cristo hay dos naturalezas después de la unión de las naturalezas divina y humana, y los ortodoxos aceptarían que en Cristo hay una voluntad y energía después de la unión de las dos naturalezas.
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Sin embargo, San Máximo no podía aceptar un deterioro de la fe, incluso por razones políticas y conveniencia política, por lo que escribió muchos textos y sufrió muchas luchas para preservar la verdad. Sufrió muchas heridas y tormentos, pero no cedió. Este tema no solo era teológico y cristológico, sino también antropológico, porque si Cristo solo tiene una voluntad y energía, la voluntad y la energía divinas, entonces Él no es una persona real, y no podría salvar al hombre.
El Sexto Sínodo Ecuménico decidió que, dado que había dos naturalezas en Cristo, la divina y la humana, también había dos voluntades naturales y dos energías naturales, la divina y la humana, que actuaban "indivisibles, inmutables, inseparables y sin confusión", sin una rivalidad dominante entre ellos. Como dice San Juan de Damasco, la voluntad humana no se mueve por su propia inclinación, sino que está sujeta a la voluntad divina, a la hipóstasis del Logos, y sufrió por sí sola naturalmente cuando la voluntad divina lo permitió. De esta manera, Cristo se entregó voluntariamente a la muerte como Dios, pero también como hombre.
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Por supuesto, algunos argumentan que estos son asuntos filosóficos que no conciernen a los cristianos y que no se pueden entender. Esto es falso, porque estos son asuntos teológicos y una alteración en la enseñanza de Cristo constituye una alteración de la enseñanza de la salvación del hombre. Además, San Máximo el Confesor y los Padres de la Iglesia, cuando hablaban de Cristo, no hacían filosofía, sino que trataban de expresar en palabras lo que sabían por experiencia personal. Cuando vieron a Cristo en la luz de su gloria, vieron la naturaleza divina-humana de Cristo, y también entendieron que su propia voluntad y libertad no se perdieron.
Debemos entender que en las diferencias entre Oriente y Occidente, entre otras cosas, existe el hecho de que en Occidente prevaleció de varias maneras la teoría de la predestinación absoluta de San Agustín, que abolió la libertad del hombre, mientras que en Oriente Dominaba la enseñanza de San Máximo el Confesor, que preserva la libertad del hombre.
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Hay otra razón por la que discutimos este tema hoy. Como vimos anteriormente, el monotelismo fue el resultado de las acciones de los poderes políticos para unir a los ortodoxos con los monofisitas, pero finalmente fracasó. Por esta razón, debe entenderse que no es posible que las cuestiones teológicas y eclesiásticas se utilicen para la conveniencia política y la diplomacia.
San Máximo el Confesor, con sus enseñanzas y luchas, nos mostró que, como verdaderos ortodoxos, debemos vivir la verdad y confesarla con todos los poderes de nuestro alma.
San Máximo el Confesor, con sus enseñanzas y luchas, nos mostró que, como verdaderos ortodoxos, debemos vivir la verdad y confesarla con todos los poderes de nuestro alma.
NOTA:
* Chrysoupoli es una ciudad y un antiguo municipio en la unidad regional de Kavala, Macedonia Oriental y Tracia, Grecia.
San Máximo el Confesor (21 de Enero).
Apolitiquio tono plagal del 4º
Apolitiquio tono plagal del 4º
La santa larnaca con tus reliquias, emanaban aroma de vida de Gracia, como el arca de la santificación, enriqueciendo, portador de Dios, (a los fieles) con divina gracia y misericordia. Celebre Máximo, alimentador de la sabiduria. Por esto, no pares de intercedor por nosotros y por nuestra Iglesia.
Fuentes consultadas: Ekklesiastiki Paremvasi, "Ανακομιδή των λειψάνων του αγίου Μαξίμου του Ομολογητού", julio de 2006, e-minima.gr, el.wikipedia.org, saint.gr, diakonima.gr