La Santa Mártir Bassa y sus hijos Teognio, Agapio y Pisto ( del gr. "Θεόγνιος, Αγάπιος και Πιστός", [Zeógnios, Agápios ke Pistós]) vivían en la ciudad de Edessa de Macedonia y ella estaba casada con un sacerdote pagano.
Desde su niñez, ella había sido criada en la Fe Cristiana, la cual le transmitió a sus hijos.
Durante el reinado del emperador Maximiano Galerio (305-311 d.C.), el marido denunció a su esposa y a sus tres hijos al procónsul Vicario. Tras confesar que era Cristiana, Vicario la encerró a ella y a sus dos hijos mayores en prisión.
Teognio, el hijo mayor, fue suspendido en el aire y su pecho cruelmente golpeado. También le arrancaron las uñas, pero valientemente lo aguantó todo invocando a Dios. Su madre Bassa lo animó para aguantar hasta el final.
Desde su niñez, ella había sido criada en la Fe Cristiana, la cual le transmitió a sus hijos.
Durante el reinado del emperador Maximiano Galerio (305-311 d.C.), el marido denunció a su esposa y a sus tres hijos al procónsul Vicario. Tras confesar que era Cristiana, Vicario la encerró a ella y a sus dos hijos mayores en prisión.
Teognio, el hijo mayor, fue suspendido en el aire y su pecho cruelmente golpeado. También le arrancaron las uñas, pero valientemente lo aguantó todo invocando a Dios. Su madre Bassa lo animó para aguantar hasta el final.
Tras torturar a Teognio, fue flagelado el segundo hijo, Agapio. Los torturadores paganos le despellejaron de la cabeza hasta el pecho, arrancándole la piel a tiras. El atleta de Cristo soportó el dolor con el apoyo de su madre, mientras repetía las palabras: "Nada es más gratificante que sufrir por Cristo".
Después fueron a por el más joven, Pisto, quien también confesó a Cristo y soportó las torturas.
Enfurecidos
los paganos ante su confesión, le rompieron los huesos y las
articulaciones. Después fueron decapitados los tres hermanos.
Mientras tanto, Santa Bassa continuaba encarcelada y sin recibir alimento, pero un ángel la fortalecía con alimento celestial.
Santa Mártir Bassa alentando a sus hijos, los Santos Mártires Theognios, Agapios y Pistós |
Cuando el procónsul Vicario fue a Macedonia, ordenó que Bassa fuese llevada con él. Allí, fue obligada a adorar a los ídolos en un templo pagano. Pero debido su negación y a que con su oración hizo pedazos una estatua de Zeus, trataron de ahogarla y quemarla, apedreándola y soltándola a las fieras. Pero ella permaneció ilesa.
Luego llevaron a la Mártir a unos 6 kilómetros al interior del mar para ahogarla. Pero fue rescatada por tres hombres radiantes (San Nicodemo el Athonita sugiere que éstos eran sus hijos, previamente martirizados).
Ocho días después, Santa Bassa se dirigió en barco a la isla de Alonos, que se encuentra debajo del antiguo Helesponto helénico, actual Estrecho de Dardanelos.
Un hombre llamado Felipe informó al Vicario en Macedonia del paradero de Bassa. A su vez, Vicario escribió al cónsul de Cícico en el Helesponto para que arrestase a Bassa.Martirio final por decapitación de la Santa Mártir Bassa |
Para el año 450 ya había una iglesia en honor a la Santa Mártir Bassa en Calcedonia.
Apolitiquio tono 1º
Tú fuiste madre de hijos justos, oh portadora del trofeo Bassa; trajiste a la Trinidad los frutos de tu vientre. Ante tu palabra, Teognio, Pisto y Agapio valientemente lucharon y contigo participaron de la gloria. Salva a los que claman a ti: Gloria a Quien te ha coronado; Gloria a Quien te ha glorificado; Gloria a Aquel que por medio de ti obra sanidades para todos.
Condaquio tono plagal del 4º
Siguiendo valientemente los pasos de Salomón, le diste valor a tus hijos para sufrir el martirio, oh Bassa, divinamente bendecida, roca de valor. Y cuando habías soportado tres veces los sufrimientos de tus tres hijos, a través de muchos tormentos graves te uniste a ellos. Por eso, os clamamos: Alégraos, vencedores en el martirio.
Apolitiquio tono 1º
Tú fuiste madre de hijos justos, oh portadora del trofeo Bassa; trajiste a la Trinidad los frutos de tu vientre. Ante tu palabra, Teognio, Pisto y Agapio valientemente lucharon y contigo participaron de la gloria. Salva a los que claman a ti: Gloria a Quien te ha coronado; Gloria a Quien te ha glorificado; Gloria a Aquel que por medio de ti obra sanidades para todos.
Condaquio tono plagal del 4º
Siguiendo valientemente los pasos de Salomón, le diste valor a tus hijos para sufrir el martirio, oh Bassa, divinamente bendecida, roca de valor. Y cuando habías soportado tres veces los sufrimientos de tus tres hijos, a través de muchos tormentos graves te uniste a ellos. Por eso, os clamamos: Alégraos, vencedores en el martirio.
Fuentes consultadas: synaxarion.gr, saint.gr, Sinaxario de San Nicodemo el Athonita, oca.org, diakonima.gr