domingo, 4 de junio de 2023

San Metrófanes Arzobispo de Constantinopla

Versos: 
“Rechazaste a la madre tierra, muy bendito Metrófanes, de allí partiste al gran Padre de todos”.
En el cuarto Metrófanes entró en la tierra que alimenta a los hombres.

 Este santo vivió durante el reinado de Constantino el Grande (306-337), y fue el hijo de Dometio. Dometio era el hermano
del emperador Probo (276-282) en Roma, y ​​tuvo dos hijos: Metrófanes y Probo. Con pensamientos sensatos y correctos, vio que  la religión de los ídolos era falsa e ilusoria, y por lo tanto se adentró en la verdadera fe de Cristo. Fue a Bizancio y vivió allí junto con Tito, el obispo de Bizancio, que era un hombre santo y portador de Dios. Cuando vio que Metrófanes era un hombre virtuoso, hizo que fuese contado entre el clero, convirtiéndolo en Lector. Después de la muerte de San Tito, Dometio, el padre de San Metrófanes, se convirtió en el Obispo de Bizancio. Cuando murió Dometio, su hijo Probo se convirtió en obispo, quien había gobernado la Iglesia durante diez años y se había ido al Señor.
 





 
 
Por lo tanto San Metrófanes, el hermano de Probo y el hijo de Dometio, fue elevado al trono de Bizancio. Cuando Constantino el Grande descubrió que el santo Metrófanes era Obispo de Bizancio, observó su virtud, su trato justo en el juicio y la santidad que tenía. Por eso se dice que no solo amó la tierra de Bizancio por su buena posición, por la suavidad de su clima durante las cuatro estaciones del año, por ser un lugar que produce una gran cantidad de fruta, para recibir y servir como dos manos por tierra y por mar, por ser el lugar donde se encuentran los dos continentes de Europa y Asia, sino que Constantino el Grande amó a Bizancio por la virtud y la santidad del santo Metrófanes, que era el obispo de allí. 
 





 
 
Así pues, fue generoso con esta tierra y, sin aumentar los gastos, construyó la maravillosa y gran ciudad de Constantinopla, que ha sido victoriosa y ha superado a todas las demás ciudades de la “ecumene” (tierra habitada conocida hasta el momento), y allí estableció la capital de su imperio, trasladándola desde la antigua Roma.
Cuando el Santo y Ecuménico Primer Sínodo se reunió en Nicea en el año 325, el bendito Metrófanes, debido a la vejez y la enfermedad, no pudo aparecer en persona en el Sínodo, y quedó postrado en cama, porque la fuerza natural de su cuerpo se estaba desvaneciendo . Por esta razón envió a un diputado al Sínodo, su Protopresbítero  Alejandro (del gr. “Αλέξανδρος”, [Aléxandros]), un hombre honorable, a quien dejó el trono como sucesor en el año 330. Al concluir el Sínodo, Constantino el Grande regresó a Constantinopla junto con Padres “Teoforos” o  portadores (del espíritu) de Dios participantes en el Sínodo. 








Entonces Metrófanes  comunicó a los Padres que Dios le había revelado que el  sucesor al trono de Constantinopla debía ser el Protopresbítero Alejandro y después de él Pablo; siendo asi agradable a Dios, que ellos fuesen dignos del oficio patriarcal. * Poco despues, el bendito Metrófanes reposó y se fue al Señor. Su Sínaxis y Fiesta se celebra en la Santísima Gran Iglesia, y en su venerado Templo, que está cerca del Santo Mártir Akakios (Acacio) en Eptaskalo, donde también se encuentraN sus honorables y santas reliquias.


NOTAS:

* La sede de Bizancio, cuya fundación fue atribuida a San Andrés el Apóstol, fue originalmente un obispado común, conocido como el Obispo de Bizancio. Ganó importancia cuando el emperador Constantino elevó a Bizancio a una segunda capital junto a Roma y la nombró Constantinopla en 330. Se dice que en el Primer Sínodo Ecuménico en 325, el obispo de Bizancio fue elevado al arzobispado, haciendo a Metrófanes el primer Arzobispo de Bizancio. El estatus eclesiástico de la sede como el segundo de los cinco patriarcados fue desarrollado por los Sínodos Ecuménicos de Constantinopla en 381 y Calcedonia en 451.
 
En el Primer Sínodo Ecuménico en 325, Metrófanes ya era un hombre de ciento diecisiete años e incapaz de participar en la obra del Sínodo, por lo que nombró a Alejandro como su representante. Después del Sínodo, el emperador invitó a todos los Padres a visitar al arzobispo enfermo y anciano. Cuando el emperador le preguntó a quién deseaba nombrar como sucesor del trono patriarcal, Metrófanes nombró a Alejandro. A continuación le dijo a Alejandro de Alejandría: "Oh hermano, seguirás siendo mi más digno sucesor". Luego tomó la mano del archidiácono Atanasio (más tarde Atanasio el Grande y Patriarca de Alejandría) y le elogió ante todos. Después de esto, se dice que diez días después Metrófanes durmió en el Señor.
 





 




Apolitiquio tono 1º

Oh, buen pastor, proclamaste el gran misterio de la Trinidad y manifestaste la dispensación de Cristo a todos. Hiciste huir a los lobos espirituales que amenazaron tu rebaño racional, y salvaste a los corderos de Cristo que claman: Gloria a Aquel que te ha fortalecido; Gloria al que te ha exaltado; Gloria a Aquel que a través de ti ha fortalecido la Fe Ortodoxa.

Condaquio tono 2º

Tú proclamaste la fe de Cristo con tus palabras, y con tu vida aumentaste el rebaño de Cristo a una multitud. Ahora te regocijas con los ángeles, y estás orando incesantemente por nosotros, oh Metrófanes.






Fuentes consultadas:saint.gr, synaxarion.gr, apostoliki-diakonia.gr, diakonima.gr