
De este modo los Padres determinaron, a la mitad de la Santa Cuaresma, el reverenciar la Venerada Cruz del Señor, para que los fieles recibamos de ella la gracia y la fuerza para continuar con valentía y coraje nuestra lucha espiritual.
La Cruz de Cristo es el orgullo de nuestra Iglesia y el arma invencible contra las fuerzas del mal. Con ella fue destruido el estado del diablo y anulado su poder. De ella surgió la redención y la inmortalidad del género humano.
De un medio de ejecución terrible y humillante de malhechores, se transformó en un medio de santificación y en un escudo espiritual de protección de las trampas de Lucifer y sus oscuros ángeles caídos. Algunos lo comparan con un avance poderoso contra las tempestades de la vida, que causan el mal y el pecado.
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La
fatiga física del ayuno y la pereza psíquica de la lucha espiritual son
dos factores clave que pueden inhibir el camino del creyente. El poder
sagrado de la Cruz es el antídoto a esta situación.
La Cruz de Cristo, aparte del símbolo divino de nuestra Iglesia, también tiene un significado moral para cada creyente. Cuando el Señor llevó su propia Cruz al Gólgota, cargada con los pecados de toda la raza humana, también el fiel en Cristo, lleva su propia cruz personal, la lucha por la salvación y la perfección. El camino hacia la salvación es un auténtico camino hacia el Gólgota y requiere la abnegación de quienes lo ascienden. El Señor lo ha confirmado: "“Si alguno quiere venir en pos de Mí, renúnciese a sí mismo, tome su cruz, y sígame" (Marcos 8:34). El período sagrado del Triodion es, por excelencia, una marcha hacia la Cruz y la crucifixión de nuestras pasiones.
Por
eso nuestra santa Iglesia dedicó este domingo a la veneración de la
Santa Cruz. Los fieles, obteniendo la energía increada de la gracia de
ella, energizados y renovados, superamos los obstáculos establecidos por
el malvado "ponirós" y recorremos el camino hacia el cielo con la
alegría y el deseo de encontrarnos con nuestro Señor Jesucristo
resucitado, el día santo y glorioso de Su ascensión.
Ἀπολυτίκιον. Ἦχος α’.
Σῶσον Κύριε τὸν λαόν σου, καὶ εὐλόγησον τὴν κληρονομίαν σου, νίκας τοῖς βασιλεῦσι, κατὰ βαρβάρων δωρούμενος, καὶ τὸν σὸν φυλάττων, διὰ τοῦ Σταυροῦ σου πολίτευμα.
Κοντάκιον. Ήχος βαρύς. Αυτόμελον.
Ουκέτι φλογίνη ρομφαία, φυλάττει την πύλην της Εδέμ, αυτή γαρ επήλθε παράδοξος σβέσις, το ξύλον του Σταυρού, θανάτου το κέντρον, και Άδου το νίκος ελήλαται. Επέστης δε Σωτήρ μου, βοών τοις εν Άδη. Εισάγεσθε πάλιν εις τον Παράδεισον.
Fuentes consultadas: saint.gr, monikykkou.org.cy, youtube.com, ia800305.us.archive.org
Exaltación de la Preciosa y Vivificadora Cruz (14 de septiembre)
Σῶσον Κύριε τὸν λαόν σου, καὶ εὐλόγησον τὴν κληρονομίαν σου, νίκας τοῖς βασιλεῦσι, κατὰ βαρβάρων δωρούμενος, καὶ τὸν σὸν φυλάττων, διὰ τοῦ Σταυροῦ σου πολίτευμα.
Himno de despedida. Tono 1º
Salva,
oh Señor, a Tu Pueblo, y bendice a Tu Heredad. Concede a Tu Iglesia la
victoria sobre sus enemigos. Y protege al mundo por Tu Santa Cruz
Κοντάκιον. Ήχος βαρύς. Αυτόμελον.
Ουκέτι φλογίνη ρομφαία, φυλάττει την πύλην της Εδέμ, αυτή γαρ επήλθε παράδοξος σβέσις, το ξύλον του Σταυρού, θανάτου το κέντρον, και Άδου το νίκος ελήλαται. Επέστης δε Σωτήρ μου, βοών τοις εν Άδη. Εισάγεσθε πάλιν εις τον Παράδεισον.
Condaquio. Tono grave. Modelo propio.
Ahora la espada llameante ya no custodia las puertas del Edén; ¡ha sido misteriosamente extinguida por el madero de la Cruz! El aguijón de la muerte y la victoria del Hades han sido vencidos; porque Tú, oh mi Salvador, has venido y clamado a los que están en el Hades: «¡Entren de nuevo al paraíso!».
Ahora la espada llameante ya no custodia las puertas del Edén; ¡ha sido misteriosamente extinguida por el madero de la Cruz! El aguijón de la muerte y la victoria del Hades han sido vencidos; porque Tú, oh mi Salvador, has venido y clamado a los que están en el Hades: «¡Entren de nuevo al paraíso!».
Fuentes consultadas: saint.gr, monikykkou.org.cy, youtube.com, ia800305.us.archive.org