Versos:
"Ambrosio es despojado de su carne perecedera, siendo hecho digno de participar en la inmortalidad divina".
El séptimo, Ambrosio llegó a la tierra de la inmortalidad.
El siete de este mes [diciembre], conmemoramos a nuestro Santo Padre Ambrosio Obispo de Milán.
San Ambrosio, (Tréveris, 340 - Milán, 397) fue un destacado arzobispo de Milán, y un importante teólogo y orador. Nació en una noble y rica familia romana y su padre era un prefecto romano de las Galias llamado Simmaco. Estudió en Roma, obteniendo una excelente preparación jurídica y pronto ocupó el cargo de secretario del prefecto de la ciudad, Petronio Probo. A los 31 años de edad era ya él, a su vez, prefecto de las provincias de Emilia y Liguria, con residencia en Milán.
A inicios de su carrera política fue elegido obispo de
la diócesis milanesa, que rigió hasta su muerte, acaecida en el año 397."Ambrosio es despojado de su carne perecedera, siendo hecho digno de participar en la inmortalidad divina".
El séptimo, Ambrosio llegó a la tierra de la inmortalidad.
El siete de este mes [diciembre], conmemoramos a nuestro Santo Padre Ambrosio Obispo de Milán.
San Ambrosio, (Tréveris, 340 - Milán, 397) fue un destacado arzobispo de Milán, y un importante teólogo y orador. Nació en una noble y rica familia romana y su padre era un prefecto romano de las Galias llamado Simmaco. Estudió en Roma, obteniendo una excelente preparación jurídica y pronto ocupó el cargo de secretario del prefecto de la ciudad, Petronio Probo. A los 31 años de edad era ya él, a su vez, prefecto de las provincias de Emilia y Liguria, con residencia en Milán.
La leyenda cuenta que un día, cuando aún no sabía hablar, estando en el jardín
de la residencia de su padre en Tréveris, acudió un enjambre de abejas a revolotear
por su rostro, y que varias de ellas se deslizaron, sin picarle, en el interior
de su boca. Al verlo, exclamó el prefecto: "Este niño va a ser algo
grande". Con algo más de edad, el niño veía que todos besaban la mano del
obispo cuando éste visitaba su casa y él presentaba también la suya a los
criados y a su hermana, para que se la besaran, diciendo: "¿No sabéis que
también yo voy a ser obispo?". Y cuando Petronio Probo le despedía al
partir para tomar posesión de su cargo de prefecto en Milán —nombramiento para
el cual le había propuesto al emperador—, le dijo: "Ve, hijo mío, y
pórtate, no como juez, sino como obispo".
Saint Ambrose of Milan |
A los dos años de su prefectura en Milán, cuando apenas
había empezado a desarrollar su programa de gobierno, falleció el obispo y se
planteó el problema de la elección de sucesor, la cual, según la costumbre
establecida, debían hacer el clero y el pueblo. Hubo disputas y un día,
mientras el clero deliberaba en la parte superior de la basílica catedral, y el
pueblo aguardaba abajo la decisión con una actitud que fácilmente podían
degenerar en motín, el gobernador creyó deber suyo presentarse en medio de los
fieles para hablarles y tranquilizarles.
Apenas había terminado su exhortación, cuando se oyó una voz infantil, que
decía: "Ambrosio, obispo".
"¡Ambrosio,
obispo!", empezó a gritar la muchedumbre. Y el clero se unió a la
aclamación general. El único que protestaba era el elegido y podía alegar una
razón magnífica. El Concilio de Nicea, en 325, había prohibido que los no
bautizados fuesen escogidos para el episcopado, y Ambrosio no estaba bautizado
todavía.
"O ΆΓΙΟΣ ΑΜΒΡΌΣΙΟΣ ΕΠΊΣΚΟΠΟΣ ΜΕΔΙΟΛΆΝΩΝ",
[Ó Áyios Ambrósios Epískopos Mediolánon],
SAN AMBROSIO, OBISPO DE MILÁN
|
Los electores no cedieron. Se consultó al Papa*, quien aprobó la elección, suspendiendo la disposición de Nicea. Pero cuando los obispos designados fueron en busca de Ambrosio, con el propósito de disponerlo y consagrarlo, no lo encontraron en la ciudad; se había evadido al campo y sólo por la traición de un amigo pudieron dar con su paradero.
Recibió el bautismo, la ordenación y la consagración en 374 (con 34 años) y
seguidamente tomó posesión de su Sede.El nuevo prelado demostró muy pronto que estaba a la altura de su dignidad. Su vida, ya siempre sobria, se hizo ahora austera y penitente. Distribuyó a los pobres todo su dinero y se trazó un programa pastoral vastísimo, al cual se adaptó con gran actividad durante todo su pontificado. Uno de los rasgos más característicos de su actuación fue siempre la caridad para con los pobres, enfermos, moribundos, cautivos, viudas y huérfanos. Fundó hospitales y albergues.
Más guerrero que intelectual fue el primer cristiano en conseguir que se reconociera el poder de la iglesia por encima de la del estado. Y desterró definitivamente en sucesivas confrontaciones a los paganos de la vida política romana.
En el orden espiritual, lo primero que hizo fue perfeccionar su cultura teológica y bíblica, bajo la guía personal o los escritos de maestros como San Basilio, San Cirilo de Alejandría, San Gregorio Nacianceno, y otros eclesiásticos de su tiempo, vivientes o ya difuntos, aparte del famoso sacerdote Simpliciano, que le aleccionaba directamente y que había de ser su sucesor como Prelado de Milán.
Desde su juventud había sido Ambrosio hombre de relaciones escogidas. Con San Basilio tuvo una especial comunicación y amistad. Ya en sus tiempos de Roma frecuentó seguramente con San Jerónimo, con San Paulino de Nola, con Santa Paula y sus hijas.
Como escritor, su obra más voluminosa es el comentario al
evangelio de San Lucas; otras obras son tratados sobre los sacramentos y sobre
la virginidad. Dejó también escritos contra los arrianos. Finalmente, compuso
para el rezo una serie de himnos solemnes, que se utilizan todavía en la
liturgia actual.
La situación de Ambrosio en Milán, su conocimiento de los
asuntos políticos y su autoridad de jurista, hacían de él un consejero técnico
para los emperadores en materia religiosa, en la cual éstos necesariamente
debían intervenir, pues desde que Constantino se había hecho protector de la
Iglesia, -y, con tal pretexto, una especie de obispo externo a la Jerarquía- no
podían desinteresarse de los conflictos que incesantemente se provocaban entre
cristianos y paganos, entre ortodoxos y arrianos.
Fallecido Valentiniano I en 375, quedaba heredero del Imperio su hijo Graciano,
de veinte años de edad. El otro hijo era un niño de cuatro, que fue educado en
Sirmio por su madre Justina. Ambrosio fue para ambos más que un consejero
político, un tutor, un confidente, un padre. Graciano se formó a su lado, y
favoreció la caída del paganismo como religión del Estado.
Al principio el reparto de poder entre cristianos y paganos estaba más o menos
en equilibrio con Graciano, emperador romano y cristiano católico. A la muerte de
Graciano (383), víctima de una sedición cantonal en las Galias capitaneada por
un usurpador llamado Máximo, Ambrosio, a súplicas de Justina, se encaminó a
Tréveris para parlamentar con él y calmar sus iras. Así ganaba tiempo en favor
del pequeño Valentiniano II cuyo trono se veía amenazado. Gracias a la
habilidad del Prelado obtuvo una especie de tregua que podría resultar muy
provechosa.
San Ambrosio, Obispo de Milán. 7 de Diciembre. |
Al regresar de la embajada suponía que la emperatriz le estaría agradecida. Pero ella sentía verdadera simpatía por los arrianos, y pidió al obispo una basílica de la ciudad para ellos. La actitud de Ambrosio y su creciente popularidad la hicieron desistir. Él se había encerrado con el pueblo católico en la basílica, y contestó a los emisarios de Justina: "Mis bienes son de la patria, pero lo que es de Dios no tengo derecho a entregarlo".
El pueblo se apiñó en torno a Ambrosio y le defendió. Y Justina tuvo que doblegarse. No mucho tiempo más tarde la emperatriz falleció, pero la lucha entre paganos, herejes y católicos se acentuó definitivamente.
La llamada guerra de las estatuas enfrentaba desde Constantino a las diversas religiones con representación en el senado. En el 384, el partido pagano aprovechó la debilidad de Valentiniano II para devolver la Estatua de la Victoria al senado, lo que provocó la ira de Ambrosio.
Finalmente Ambrosio hizo declarar a Valentino II que los emperadores tenían que
estar a las órdenes de Dios al igual que los ciudadanos tenían que estar a las
órdenes del emperador como soldados.
A partir de aquí, Ambrosio consigue hacer efectiva una demanda por la que la
Iglesia ostenta un poder superior no solo al Estado Romano sino a todos los
estados.
San Ambrosio junto a los santos Gervasio y Protasio. |
Estas ideas de la Iglesia como institución universal e internacional por una parte y de control sobre los estados por otra permitiría a la iglesia sobrevivir a la caída del Imperio.
Durante el reinado de Teodosio, éste habría ordenado a un obispo local que
sufragara los daños de la destrucción de una sinagoga a manos de los
cristianos. El emperador estaba dispuesto a acabar con esas prácticas
intimidatorias.
Ambrosio se opuso de nuevo, y consiguió del emperador que
declarara libre a la iglesia de tener que responder por tales cuestiones. Algo
que resultó muy pernicioso ya que dio vía libre para la persecución cristiana
de miles de paganos.
En el 393 el emperador Teodosio I prohibió los Juegos Olímpicos por influencia de San Ambrosio, al considerarlos paganos.
Convirtió y bautizó a san Agustín en el año 387. Sus últimos años de vida San Ambrosio los pasó rezando tranquilo y alegre, esperando su muerte, que ocurrió el año 397.
En el 393 el emperador Teodosio I prohibió los Juegos Olímpicos por influencia de San Ambrosio, al considerarlos paganos.
Convirtió y bautizó a san Agustín en el año 387. Sus últimos años de vida San Ambrosio los pasó rezando tranquilo y alegre, esperando su muerte, que ocurrió el año 397.
San Ambrosio de Milán, Menologio Basilio II, s.X |
San Ambrosio es venerado como uno de los más grandes teólogos y padres de la Iglesia. También es conocido como reformador del canto en la Iglesia. Introdujo en el canto el compás mesurado, correctas cadencias y diferentes melodías. Tomó muchos textos de los cantos de San Efrén de Siria y de Hilarión. Pero también, él mismo compuso cerca de 30 himnos.
Parte de la cabeza del Santo se encuentra en la Skete ("Σκήτη", tipo de
monasterio) de Xenofóntos en el Monte Atos. Partes de sus reliquias se encuentran en los Monasterios de
Pantocrátor y Kíkku ("Κύκκου") en Chipre.
San Ambrosio sobre la necesidad de imitar a los santos
Sobre los deberes del clero, libro 1
¿No es injusto quien da la recompensa antes de terminar la contienda? Por eso el Señor dice en el Evangelio: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mateo 5,3). No dijo: Bienaventurados los ricos, sino los pobres. Por juicio divino, la bienaventuranza comienza allí donde se supone que brota la miseria humana. "Bienaventurados los que tienen hambre, porque serán saciados; bienaventurados los que lloran, porque serán consolados; bienaventurados los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos; bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios". ; Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos; Bienaventurados seréis cuando os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros por causa de la justicia. Alegraos y sed. muy contentos, porque vuestra recompensa será abundante en los cielos."
Él prometió que se dará una recompensa en el futuro y no en el presente, en el cielo, no en la tierra. ¿Qué más esperas? ¿Qué más se debe? ¿Por qué exiges la corona con tanta prisa antes de vencer? ¿Por qué deseas sacudirte el polvo y descansar? ¿Por qué anhelas sentarte en el banquete antes de que termine el curso? Hasta ahora la gente está mirando, los atletas están en la arena, y tú... ¿buscas ya tranquilidad?
Quizás digas: ¿Por qué se alegran los impíos? ¿Por qué viven en el lujo? ¿Por qué no se afanan conmigo? Esto se debe a que aquellos que no se han inscrito para luchar por la corona no están obligados a someterse a los trabajos de la contienda. Los que no han bajado al hipódromo no se ungen con aceite ni se cubren de polvo. Para aquellos a quienes les espera la gloria, los problemas están cerca.
Quizás digas: ¿Por qué se alegran los impíos? ¿Por qué viven en el lujo? ¿Por qué no se afanan conmigo? Esto se debe a que aquellos que no se han inscrito para luchar por la corona no están obligados a someterse a los trabajos de la contienda. Los que no han bajado al hipódromo no se ungen con aceite ni se cubren de polvo. Para aquellos a quienes les espera la gloria, los problemas están cerca.
Los perfumados espectadores suelen mirar, no unirse a la lucha, ni soportar el sol, el calor, el polvo y los aguaceros. Que les digan los atletas: Vengan, esfuércense con nosotros. Los espectadores sólo responderán: Nos sentamos aquí ahora para decidir sobre ti, pero tú, si vences, obtendrás la gloria de la corona y nosotros no.
Aquellos, pues, que se han dedicado a los placeres, al lujo, al robo, a la ganancia o a los honores, son más espectadores que combatientes. Tienen el beneficio del trabajo, pero no los frutos de la virtud.
Aquellos, pues, que se han dedicado a los placeres, al lujo, al robo, a la ganancia o a los honores, son más espectadores que combatientes. Tienen el beneficio del trabajo, pero no los frutos de la virtud.
Aman su tranquilidad; con astucia y maldad acumulan riquezas; pero pagarán el castigo de su iniquidad, aunque sea tarde. Su descanso será en el infierno, el vuestro en el cielo; su hogar en la tumba, el tuyo en el paraíso.
De donde Job dijo bellamente que velan en la tumba (Job 21:32), porque no pueden tener la calma del tranquilo descanso que disfruta el que resucitará.
Por tanto, no entiendas, ni hables, ni pienses como un niño; ni reclamar como niño aquellas cosas ahora que pertenecen a un tiempo futuro. La corona pertenece a los perfectos. Espere hasta que haya llegado lo perfecto, cuando podrá saber, "no a través de un espejo, como en un enigma, sino cara a cara" (1 Corintios 13:12), la forma misma de la verdad aclarada. Entonces se sabrá por qué era rico aquel que era malvado y ladrón de bienes ajenos, por qué otro era poderoso, por qué un tercero tenía muchos hijos y, sin embargo, un cuarto estaba cargado de honores.
Por tanto, no entiendas, ni hables, ni pienses como un niño; ni reclamar como niño aquellas cosas ahora que pertenecen a un tiempo futuro. La corona pertenece a los perfectos. Espere hasta que haya llegado lo perfecto, cuando podrá saber, "no a través de un espejo, como en un enigma, sino cara a cara" (1 Corintios 13:12), la forma misma de la verdad aclarada. Entonces se sabrá por qué era rico aquel que era malvado y ladrón de bienes ajenos, por qué otro era poderoso, por qué un tercero tenía muchos hijos y, sin embargo, un cuarto estaba cargado de honores.
Obras teológicas y pastorales de San Ambrosio de Milán
Oración de San Ambrosio, preparación para la celebración los Divinos Misterios.
Los Sacramentos y los Misterios (S. Ambrosio) parte I parte II
Tratado de la Virginidad (S. Ambrosio) parte I parte II
Los Sacramentos y los Misterios (S. Ambrosio) parte I parte II
Tratado de la Virginidad (S. Ambrosio) parte I parte II
NOTAS:
* Antes
del Gran Cisma y del anatema al Catolicismo Romano, los Papas eran en
Occidente lo que los Patriarcas en Oriente, con la misma validez.
Apolitiquio tono 4º (PROSOMOIO-MODELO: “Ταχύ προκατάλαβε” [Tají
prokatálabe], “Se adelantó rápidamente”)
Ἀπολυτίκιον Ἦχος δ’. Ταχὺ προκατάλαβε.
Ὡς θεῖος διδάσκαλος καὶ ἱεράρχης σοφός, δογμάτων ἀκρίβειαν μυσταγωγεῖς τοὺς πιστούς, Ἀμβρόσιε ὅσιε· λύεις αἱρετιζόντων τὴν ἀχλὺν τοῖς σοῖς λόγοις· φαίνεις τῆς εὐσεβείας τὴν θεόσδοτον χάριν· ἐν ᾗ τούς σὲ γεραίροντας συντήρει ἀπήμονας.
Apolitiquio tono 4º. Se adelantó rápidamente.
Como divino maestro y sabio jerarca, instruyes a los fieles en doctrinas precisas, oh Ambrosio; disuelves la inmundicia de los herejes con tus palabras; muestras la gracia de la piedad; mientras los mantienes con la paciencia.
Otro apolitiquio tono 1º
Oh Ambrosio, hacedor de maravillas y defensor de la Iglesia, Jerarca que lleva a Dios: hiciste milagros por tu fe y amor por Dios; por eso nosotros, los nacidos en la tierra, te glorificamos y clamamos: Gloria a Aquel que te ha glorificado; Gloria Al que te ha coronado; Gloria a Aquel que por medio de ti obra sanaciones para todos.
Θείοις δόγμασι περιαστράπτων, ἀπημαύρωσας Ἀρείου πλάνην, Ἱερομύστα καὶ ποιμὴν Ἀμβρόσιε· θαυματουργῶν δὲ δυνάμει τοῦ Πνεύματος, πάθη ποικίλα σαφῶς ἐθεράπευσας. Πάτερ Ὅσιε, Xριστὸν τὸν Θεὸν ἱκέτευε, δωρήσασθαι ἡμῖν τὸ μέγα ἔλεος.
Condaquio tono 3º
Brillaste con la doctrina divina y ennegreciste el error de Arrio; obrando milagros en el poder del Espíritu, sanaste varias pasiones. Oh Ambrosio, pastor y maestro, reza a Cristo nuestro Dios para que nos conceda su gran misericordia.
Fuentes consultadas: saint.gr, holytrinitymission.org, optiko.net, orthodoxwiki.org, oodegr.com, Αγίου Νικοδήμου Αγιορείτου Συναξαριστής των δώδεκα μηνών του ενιαυτού. Τόμος Α´. Εκδόσεις Δόμος, 2005