San Jorge era sacerdote y procedía de la ciudad de Neápolis (Nev-Sechir en turco), en la región de Pisidia de Asia Menor. Sobresalió en su oficio en el Templo Sagrado de la Dormición de la Madre de Dios, actuando con justicia y santidad, como un verdadero servidor del Altísimo.
Dotado de las cualidades del amor y de la mansedumbre, el amor fraternal y la paciencia, humilde e inmaculado fue su apoyo y consuelo de los cristianos griegos que luego vivieron bajo el yugo de los turcos. Como un ángel en la tierra, el divino Jorge sirvió voluntariamente a sus semejantes cultivando los dones divinos y complaciendo a Dios. Era "justo delante de Dios, y andaba irreprensible en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor."(Lucas,1, 6).
En el año 1797 fue invitado a la aldea de Malakotí (del gr. "Μαλακωτή"), ubicada a seis horas de Neapolis, para servir en una gran fiesta y para bendecir a sus piadosos cristianos, porque su sacerdote estaba enfermo o, en opinión de otros, se estaba escondiendo de la furia de los agarenos*.
Dotado de las cualidades del amor y de la mansedumbre, el amor fraternal y la paciencia, humilde e inmaculado fue su apoyo y consuelo de los cristianos griegos que luego vivieron bajo el yugo de los turcos. Como un ángel en la tierra, el divino Jorge sirvió voluntariamente a sus semejantes cultivando los dones divinos y complaciendo a Dios. Era "justo delante de Dios, y andaba irreprensible en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor."(Lucas,1, 6).
En el año 1797 fue invitado a la aldea de Malakotí (del gr. "Μαλακωτή"), ubicada a seis horas de Neapolis, para servir en una gran fiesta y para bendecir a sus piadosos cristianos, porque su sacerdote estaba enfermo o, en opinión de otros, se estaba escondiendo de la furia de los agarenos*.
Montando su burro en mal estado, el Padre Jorge aceptó agradecido y partió hacia el pueblo. Sin embargo de repente, cerca de un lugar llamado Kóbia-Deré (del gr. "Κόμπια-Ντερέ", traducido como ), fue atacado por unos embrutecidos pastores turcos, que cayeron sobre él con una furia indescriptible. Le robaron, le desnudaron, le torturaron y finalmente le decapitaron. Dejaron su cuerpo, desnudo y ensangrentado, con la cabeza en un barranco adyacente, pero su alma voló cerca de su Señor para ser contada entre los Venerables y los Hieromártires.
Pasó un tiempo, hasta que una noche, el Santo Hieromártir se le apareció en una visión a una viuda piadosa , explicándola lo que sucedió e instándola a informar al alcalde para buscar el lugar donde fue enterrado. La mujer no le dio importancia, pero cuando después de unos días se repitió a visión, tuvo miedo e hizo lo que el Santo le pidió.
Allí vinieron muchos, locales y extranjeros, para venerar al
Santo y recibir la bendición de su venerables reliquias. Los milagros
comenzaron a ocurrir. Los enfermos y los discapacitados fueron sanados, las
parejas sin hijos tuvieron hijos, las enfermedades espirituales desaparecieron
y, además, durante la sequía, los ciudadanos de Neápolis acudieron al Santo, y poco después vieron
caer la bendita lluvia. ¡Todos confesaron cuán milagroso mostró ser San Jorge!
NOTAS:
Pasaron cuatro días desde lo sucedido, y los ciudadanos de Neápolis, preocupados, fueron a buscarlo. Encontraron su santo cuerpo y su venerable cabeza, y lamentándose, lloraron por su horrible muerte. Un pastor lo enterró apresuradamente, temiendo la furia de agarenos. Sobre su tumba, pusieron una piedra con la simple inscripción: "El sacerdote Jorge".
Santo Templo de San Eustaquio. Urna con el santo cuerpo del joven Hieromártir San Jorge de Neapolis |
Sin demora, los piadosos ciudadanos de Neápolis, liderados por un sacerdote llamado Neófito, hijo del sacerdote Basilio, compañero párroco del Santo, se apresuraron y destaparon esa tumba poco profunda excavada rápidamente. La reliquia del Santo permaneció íntegra e incorrupta, difundiendo una fragancia y una gracia celestiales.
Después de venerarlo con reverencia y admiración, fue puesto
en un ataúd de madera y lo llevaron a la casa del p. Neófito, según el deseo
del propio Santo, y lo mantuvo en una celda.
Santas Reliquias de San Jorge actualmente en Ática, en excelente estado de conservación |
Cuando el p. Neófito murió, se trasladaron al templo central de Neápolis. Allí lo reverenciaron los memorables Metropolitanos de Cesarea Paísios, Cleópoulos y Ioannis, que regularmente ejercían en Neápolis, quienes describían la Gracia recibida por Dios y los milagros que se realizaban.
En 1924, con el intercambio de poblaciones, el entonces sacerdote de la Iglesia de la Dormición de Theotokos y Archimandrita de Neápolis Ignacio, fue el responsable de transferir con seguridad la reliquia milagrosa e incorrupta de San Jorge, trayéndola de la costa de Mersinis en un barco de vapor a Ática. Durante el mar estaba muy agitados, pero fueron calmados por unn milagro del Santo.
En Ática la reliquia sagrada fue entregada a los ciudadanos de Neápolis, quienes la colocaron con reverencia en la Iglesia de San Eustaquio (del gr. "Ευσταθίος", [Efstácios]), en Nueva Neápolis de Perissós, donde se conservan actualmente, en un estado excelente. Desde entonces, son innumerables los milagros y las curaciones que San Jorge obra para quienes invocan su nombre con fe.
NOTAS: