domingo, 3 de noviembre de 2024

San Jorge el Nuevo, Hieromártir de Neápolis (+1797)

San Jorge era sacerdote y procedía de la ciudad de Neápolis (Nev-Sechir en turco), en la región de Pisidia de Asia Menor. Sobresalió en su oficio en el Templo Sagrado de la Dormición de la Madre de Dios, actuando con justicia y santidad, como un verdadero servidor del Altísimo. 


Dotado de las cualidades del amor y de la mansedumbre, el amor fraternal y la paciencia, humilde e inmaculado fue su apoyo y consuelo de los cristianos griegos que luego vivieron bajo el yugo de los turcos. Como un ángel en la tierra, el divino Jorge sirvió voluntariamente a sus semejantes cultivando los dones divinos y complaciendo a Dios. Era "justo delante de Dios, y andaba irreprensible en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor."(Lucas,1, 6).
En el año 1797 fue invitado a la aldea de Malakotí (del gr. "Μαλακωτή"), ubicada a seis horas de Neapolis, para servir en una gran fiesta y para bendecir a sus piadosos cristianos, porque su sacerdote estaba enfermo o, en opinión de otros, se estaba escondiendo de la furia de los agarenos*. 
 
 






 
 
Montando su burro en mal estado, el Padre Jorge aceptó agradecido y partió hacia el pueblo. Sin embargo de repente, cerca de un lugar llamado Kóbia-Deré (del gr. "Κόμπια-Ντερέ", traducido como ), fue atacado por unos embrutecidos pastores turcos, que cayeron sobre él con una furia indescriptible. Le robaron, le desnudaron, le torturaron y finalmente le decapitaron. Dejaron su cuerpo, desnudo y ensangrentado, con la cabeza en un barranco adyacente, pero su alma voló cerca de su Señor para ser contada entre los Venerables y los Hieromártires.
Pasaron cuatro días desde lo sucedido, y los ciudadanos de Neápolis, preocupados, fueron a buscarlo. Encontraron su santo cuerpo y su venerable cabeza, y lamentándose, lloraron por su horrible muerte. Un pastor lo enterró apresuradamente, temiendo la furia de agarenos. Sobre su tumba, pusieron una  piedra con la simple inscripción: "El sacerdote Jorge".
 Pasó un tiempo, hasta que una noche, el Santo Hieromártir se le apareció en una visión a una viuda piadosa ,  explicándola lo que sucedió e instándola a informar al alcalde para buscar el lugar donde fue enterrado. La mujer no le dio importancia, pero cuando después de unos días se repitió a visión, tuvo miedo e hizo lo que el Santo le pidió. 
 



Santo Templo de San Eustaquio. Urna con el santo
cuerpo del joven Hieromártir San Jorge de Neapolis
  


 
Sin demora, los piadosos ciudadanos de Neápolis, liderados por un sacerdote llamado Neófito, hijo del sacerdote Basilio, compañero párroco del Santo, se apresuraron y destaparon esa tumba poco profunda excavada rápidamente. La reliquia del Santo permaneció íntegra e incorrupta, difundiendo una fragancia y una gracia celestiales.
Después de venerarlo con reverencia y admiración, fue puesto en un ataúd de madera y lo llevaron a la casa del p. Neófito, según el deseo del propio Santo, y lo mantuvo en una celda.
 Allí vinieron muchos, locales y extranjeros, para venerar al Santo y recibir la bendición de su venerables reliquias. Los milagros comenzaron a ocurrir. Los enfermos y los discapacitados fueron sanados, las parejas sin hijos tuvieron hijos, las enfermedades espirituales desaparecieron y, además, durante la sequía, los ciudadanos de Neápolis  acudieron al Santo, y poco después vieron caer la bendita lluvia. ¡Todos confesaron cuán milagroso mostró ser San Jorge!
 
             



Santas Reliquias de San Jorge actualmente en Ática, 
en excelente estado de conservación




Cuando el p. Neófito murió, se trasladaron al templo central de Neápolis. Allí lo reverenciaron los memorables Metropolitanos de Cesarea Paísios, Cleópoulos y Ioannis, que regularmente ejercían en Neápolis, quienes describían la Gracia recibida por Dios y los milagros que se realizaban.
En 1924, con el intercambio de poblaciones, el entonces sacerdote de la Iglesia de la Dormición de Theotokos y  Archimandrita de Neápolis Ignacio, fue el responsable de transferir con seguridad la reliquia milagrosa e incorrupta de San Jorge,  trayéndola de la costa de Mersinis en un barco de vapor a Ática. Durante el mar estaba  muy agitados, pero fueron calmados por unn milagro del Santo.
En Ática la reliquia sagrada fue entregada a los ciudadanos de Neápolis, quienes la colocaron con reverencia en la Iglesia de San Eustaquio (del gr. "Ευσταθίος", [Efstácios]), en Nueva Neápolis de Perissós, donde se conservan actualmente, en un estado excelente. Desde entonces, son innumerables los milagros y las curaciones que San Jorge obra para quienes invocan su nombre con fe.


NOTAS: 

* Según otros sinaxarios, este otro sacerdote local había sido secuestrado por los agarenos (turcos musulmanes).





Fuente: saint.gr, synaxarion.gr, diakonima.gr

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