
"Una muralla te rodea incluso después del final de tu vida, la cual es la gracia viviente de Dios, Oh Gregorio".
El día 20 Gregorio fue convocado a los cielos.
San Gregorio nació alrededor de los años 780-790 en Irinópolis de Decápolis, en Asia Menor. Sus padres se llamaban Sergio y María. Sería su madre María, quien con su viva fe en Cristo, educaría y nutriría a su hijo de acuerdo con las recetas del Evangelio.
Gregorio realizó sus primeros estudios de manera notable. Ayudaba a los pobres, asistía a la iglesia, estudiaba constantemente las Santas Escrituras.
Un día sus padres le instaron a contraer matrimonio, presentándole a una joven mujer. Pero Gregorio, teniendo otros objetivos en su interior y acostumbrado a llevar una vida en soledad, abandonó el hogar en secreto y huyó a las montañas. Allí se encontró con un obispo fugitivo de la Decápolis, que estaba siendo perseguido por los iconoclastas. Éste le envió a un monasterio cercano, donde recibió la tonsura monástica.
Debido
a la herejía iconoclasta, pasó toda su vida vagando: estuvo en Constantinopla
para denunciar la iconoclasia, en Roma y en todo el oeste donde predicó y obró
milagros, regresó a Constantinopla y desde allí vivió como asceta.
Estuvo en el Monte Olimpo por un tiempo, donde solo fue reconocido por su voz debido a su ascetismo extremo. Gregorio predicó la palabra de Dios en todas partes, denunciando la herejía iconoclasta y fortaleciendo la fe y la fortaleza de los ortodoxos, a quienes los herejes oprimían, torturaban y encarcelaban en aquellos tiempos.
A través de su esfuerzo ascético extremo, trabajo arduo, autocontrol y oración constante, Gregorio logró los dones de la profecía y de realizar milagros.
Estuvo en el Monte Olimpo por un tiempo, donde solo fue reconocido por su voz debido a su ascetismo extremo. Gregorio predicó la palabra de Dios en todas partes, denunciando la herejía iconoclasta y fortaleciendo la fe y la fortaleza de los ortodoxos, a quienes los herejes oprimían, torturaban y encarcelaban en aquellos tiempos.
A través de su esfuerzo ascético extremo, trabajo arduo, autocontrol y oración constante, Gregorio logró los dones de la profecía y de realizar milagros.
Después de superar las pasiones y alcanzar el apogeo de la
virtud, le fue concedido escuchar cantos angelicales en alabanza a la Santísima
Trinidad. Desde el Monte Olimpo, Gregorio fue a Tesalónica, al
Monasterio de San Menas cerca de la ciudad, donde trabajó durante
mucho tiempo. Luego se dirigió nuevamente a Constantinopla para combatir la herejía
iconoclasta. En la capital, encontró a Simeón el Confesor y Portador de Dios,
quien fue encarcelado debido a su veneración de los iconos. Simeón mandó un a carta a Gregorio, pidiéndole que fuera a verle. Aún estando muy enfermo, Gregorio tomó a su aprendiz y discípulo y marcharon hacia Constantinopla. Al llegar allí, se encontraron con el ya liberado Simeón. San Gregorio murió doce días después de su llegada a Constantinopla, como ya le había sido divinamente revelado con anterioridad, el 20 de Noviembre del año 842.
Monasterio Bistritsa, Rumanía (vídeo)
Himno de despedida. Tono 3 (rumano)
Himno de despedida. Tono 4 (San Proclo y San Gregorio, en griego)
Λυχνία ὡς δίπυρσος τῶν θεϊκῶν δωρεῶν, ἀκτῖσι τῆς χάριτος φωταγωγοῦσιν ἡμᾶς πατέρες οἱ ἔνθεοι, Πρόκλος τοῦ Βυζαντίου, ὁ σοφὸς ποιμενάρχης, Γρηγόριος ὁ θεόφρων, Δεκαπόλεως γόνος· διὸ μετὰ προθυμίας τούτοις προσέλθωμεν.
![]() |
Reliquias milagrosas del Santo, conservadas en estado incorrupto en el Monasterio de Bistritsa, Valcea, Rumanía |
Lo que más particularmente caracterizó a Gregorio fue el cultivo del autodominio, continencia y ayuno para consigo mismo.
La consideraba necesaria para la limpieza del nous y para el dominio moral sobre la carne. A los que le preguntaban que por qué daba tanta importancia a esta virtud, respondía con el eterno logos de la Santa Escritura: "¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible." (I Cor. 9,24-26). Es decir que cada uno que lucha se abstiene de todo, incluso de la comida, incluso de la bebida. Los atletas del mundo hacen autodominio, continencia y ayuno, para obtener una corona que se marchita. Nosotros sin embargo, los atletas de Cristo, luchamos por una corona inmarchitable.
![]() |
Monasterio de Bistritsa, Valcea, Rumanía |
San Gregorio fue enterrado en un monasterio de la Ciudad, y muchos milagros tuvieron lugar en su tumba. Como resultado, los monjes retiraron las santas reliquias de San Gregorio y las consagraron en la iglesia donde los fieles pudiesen venerarlas. Su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinación debido a los muchos milagros ocurridos con tan sólo tocar su lápida. Un monje llamado Pedro, habiendo caído en manos de los árabes y estando cercano a su ejecución, rezó a San Gregorio por su liberación. Éste se le apareció en su sueño, prometiéndole que no moriría. Y así sucedió.
Cuando Constantinopla cayó en manos los turcos en 1453, las reliquias de San Gregorio fueron llevadas a la región del Danubio por un funcionario turco.
Cuando Constantinopla cayó en manos los turcos en 1453, las reliquias de San Gregorio fueron llevadas a la región del Danubio por un funcionario turco.
En 1498, un noble llamado Barbu Craiovescu, del Principado de Valaquia (sur de Rumanía actual) escuchó sobre los milagros realizados por las santas reliquias y las compró por una considerable suma de dinero.
![]() |
Venerable Gregorio el Decapolita. Menologio de Basilio II, s.X. |
Barbu Craiovescu colocó las reliquias en la iglesia principal del monasterio de Bistritsa, en el Condado de Valcea, que él mismo fundó tras haberse convertido en monje, recibiendo el nombre de Pacomio. Las reliquias permanecen allí al día de hoy. Se encuentran en un relicario dorado donado por el vovoida Constantino Serban Basarab de Valaquia en 1656.
El pueblo rumano veneró las reliquias de San Gregorio de tal manera que que hay algunas iglesias con su nombre en la región.
El pueblo rumano veneró las reliquias de San Gregorio de tal manera que que hay algunas iglesias con su nombre en la región.
La abadesa Olga Gologan, quien durmió en el Señor en 1972, escribió un pequeño
libro que describe los milagros y las curaciones realizadas por san Gregorio el Decapolita en Rumanía.
Monasterio Bistritsa, Rumanía (vídeo)
Himno de despedida. Tono 3 (rumano)
Himno de despedida. Tono 4 (San Proclo y San Gregorio, en griego)
Ἀπολυτίκιον Ἦχος δ’. Ταχὺ προκατάλαβε. (Κατέβασμα)
Λυχνία ὡς δίπυρσος τῶν θεϊκῶν δωρεῶν, ἀκτῖσι τῆς χάριτος φωταγωγοῦσιν ἡμᾶς πατέρες οἱ ἔνθεοι, Πρόκλος τοῦ Βυζαντίου, ὁ σοφὸς ποιμενάρχης, Γρηγόριος ὁ θεόφρων, Δεκαπόλεως γόνος· διὸ μετὰ προθυμίας τούτοις προσέλθωμεν.
Himno de despedida tono 3º
Te hiciste icono de la abstinencia e iluminaste tu alrededor con el Espíritu divino.
Has luchado por la fe verdadera, has iluminado al mundo a través de tus enseñanzas y has rechazado los pensamientos de los malos creyentes. Bendito padre Gregorio, ¡ruega a Cristo que nos de su gran misericordia!
Fuentes consultdas: *saint.gr, *"La Vie de Saint Gregoire le Decapolite et les Slaves macédoniens au IXe siècle", París: Institut d'etudes slaves,1926, * pregntasantoral.com *johnsanidopoulos.com, *youtube.com *synaxarion.gr