A Aretas: "Decapitado, Aretas el Mártir corrió hacia Dios,y muchos mártires también fueron decapitados".
En el vigésimo cuarto Aretas y los que estaban con él fueron decapitados.
A la mujer y al niño: "La madre llevada al fuego es quemada silenciosamente hasta las cenizas, mientras el niño habla con sonidos inarticulados".
Aretas o Haritha (en gr. "Αρέθας", [Aréthas]) era el prefecto de la ciudad cristiana de Najrán en Arabia (actual Yemen) en la época del emperador bizantino Justino I (518-527d.C.). El rey árabe Dulaan, quien era judío, decidió eliminar a todos los cristianos del pueblo. El emitió un edicto en el que comunicaba que todos los seguidores de Cristo iban a ser asesinados.
Como los habitantes de Najrán seguían creyendo en el Señor, Dunán vino con un gran ejército para destruir la ciudad. En las paredes de Najrán el Heraldo del rey anunció que Dunaan sólo dejaría vivir a los que renunciasen a Cristo y se refirieran a la Cruz de Cristo como un signo de maldición. No atreviéndose a asaltar la ciudad cristiana por fuerza, Dunaan recurrió a una trampa. Prometió que no forzaría a los cristianos al judaísmo pero sólo iba a recoger un tributo de Najrán. Él se había convertido al cristianismo y se distinguió por su dedicación y trabajo entre los pobres. A su lado había conformado un grupo de hombres y mujeres que diariamente enseñaban la palabra de Dios.Los habitantes de la ciudad no escucharon el consejo de San Aretas.
Martirio de San Aretas y de los que estaban con él |
Martirio por decapitación de San Aretas y sus compañeros |
El santo, ya de edad avanzada, fue presionado para que renegase de su fe en Cristo, entonces el Santo respondió: “Durante toda mi vida cometí muchos pecados, pero Jesucristo me limpió de ellos, con su sacrificio, y de hombre perdido me hizo heredero de la luz y la vida eterna, ahora también me ofrece otra responsabilidad, me da la posibilidad, ahora que soy anciano, de probar mi fe, la fuerza y el poder del Espíritu Santo”. Esta respuesta enfureció aun más a los verdugos y decapitaron al santo Mártir y a sus compañeros.
Los mártires cristianos de NajranEl cristianismo debe haberse introducido en Najran, así como en el resto de Arabia del Sur, en el siglo V d.C. o tal vez un siglo antes. Según el historiador árabe musulmán Ibn Isḥāq, Najran fue el primer lugar donde el cristianismo echó raíces en Arabia del Sur. Según las fuentes contemporáneas, después de tomar el trono de los himyaritas, sobre el 518 o 523, Dhū Nuwās, un converso al judaísmo, atacó la guarnición aksumita (principalmente cristiana etíope) en Zafar, los capturó y quemó sus iglesias. Luego se movió contra Najrān, una fortaleza cristiana y aksumita. Después de aceptar la capitulación de la ciudad, masacró a aquellos habitantes que no renunciarían al cristianismo. Las estimaciones del número de muertos por este evento varían hasta 20.000 en algunas fuentes. Una carta sobreviviente (donde se llama Dimnon) escrita por Symeon, el obispo de Beth Arsham en el año 524 d.C., relata la persecución de Dhū Nuwās en Najrān (moderno al-Ukhdūd en Arabia Saudita). Aparentemente, la persecución se describe y condena en el Corán (Surat al-Buruj 85: 4–8). En su carta del año 524 d.C. que describe las persecuciones de Najran en detalle, el polemista sirio-occidental Symeon, obispo de Beth Arsham, describe cómo las mártires femeninas se apresuraron a unirse a "nuestros padres y hermanos y hermanas que murieron por Cristo nuestro Señor".
Santo Mártir Aretas |
La segunda carta de Symeon de Beth Arsham conserva otro episodio memorablemente espantoso. Después de ver a sus parientes cristianos quemados vivos, Ruhm, una gran mujer noble de Najran, lleva a su hija ante el rey himyarita y le dice: "Córtanos la cabeza, para que podamos unirnos a nuestros hermanos y al padre de mi hija". Los verdugos cumplen, matan a su hija y nieta ante los ojos de Ruhm y la obligan a beber su sangre. Entonces el rey pregunta: "¿Cómo te sabe la sangre de tu hija? El mártir responde: "Como una ofrenda pura e impecable: este es su sabor en mi boca y en mi alma".Bajo el reinado del califa Umar, la comunidad cristiana de Najrān fue deportada a Mesopotamia, alegando que no había musulmanes que vivieran en la Península Arábiga.
El niño mártir de cinco años que estaba con San Aretas
Del libro "Niños héroes y mártires", Sto. Monasterio de Panayía Barnákoba, Ed."Δωρίδα", 2011
"Morir por Cristo es encontrar vida.”
Alrededor del año 253 d.C., cuando en Bizancio reinaba el devoto Justino, en Etiopía reinaba el "muy cristiano" Elesbaán.
El primer prefecto de la ciudad de Najrán fue el posterior santo mártir Aretas. Los habitantes eran cristianos. Un hebreo, Dunaan que en aquel tiempo gobernaba la "próspera Arabia", porque odiaba a los cristianos, comenzó la guerra contra ellos. Invadió su país, con el objetivo de hecerles negar a Cristo amenazándoles con la muerte si no lo hacían.
Entonces apareció la grandeza de sus almas. El prefecto Aretas les fortaleció y les instó a mostrarse valientes e inamovibles en su fe. El primero dio el ejemplo del sacrificio.
Entre los cristianos mártires, vio a una madre con su hijo de cinco años a su lado. Debido a que ella permaneció firme en si confesión, el hebreo la condenó a muerte. Entonces el niño corrió y cayó llorando a los pies del tirano, rogándole por su madre. Aquel, viendo al hermoso infante y escuchando su dulce voz, se apiadó y lo subió a sus rodillas, preguntándole: ¿a quién amas más en este mundo?
El niño le respondió: - A mi madre, y por eso te pido que la dejes que me lleve con ella al martirio.
- ¿Y qué martirio es ese? Preguntó el rey.
Entonces, iluminado por Dios, el niño le dijo: -"Morir por Cristo es encontrar vida.”
En aquel momento vio el pequeño mártir a su madre, que le llevaba hacia el martirio. Entonces dice el niño, "permíteme ir con ella".
El otro respondió: - ¿Por qué la has dejado y has venido a mí? Quédate con nosotros y te daré hermosas y dulces frutas.
El radiante infante le dijo: - Yo pensaba que eras cristiano, y quería pedirte por mi madre, pero teniendo como enemigo a Cristo no quiero quedarme ni quiero nada de ti. Déjame ir a mi madre.
Y mientras que el rey pensaba enviarlo a la reina, cuando el niño vio que arrojaban a su madre a las llamas, su alma le dolió, y mordiendo al tirano en la pierna, le obligó a soltarle. Consiguió también escapar de las manos de los guardias, y corrió incontenible hacia su madre y se lanzó a las llamas.
Allí se abrazó a su heroica cristiana madre, dejando su alma en las manos de los santos ángeles, para llevarla junto con el alma de su madre, ante el trono de Dios, a la interminable dicha del cielo.
Los bárbaros que se encontraban se emocionaron ante el gran amor del niño y de su madre, ante el gran amor de los mártires cristianos por el Salvador Cristo.
Ojalá Dios nos otorgue a nosotros los cristianos actuales la preciosa virtud de la valentía.
Himno de despedida tono 1Ἀπολυτίκιον. Ἦχος α’. Τῆς ἐρήμου πολίτης.
Εὐσεβείᾳ ἐμπρέπων τῇ ἀθλήσει δεδόξασαι, τὴν τῶν Χριστοκτόνων κακίαν καθελὼν τῇ ἐνστάσει σου· διὸ καὶ προσενήνοχας Χριστῷ, Μαρτύρων ἀρραγῆ συνασπισμόν, ὥσπερ θεῖος παιδοτρίβης καὶ ὁδηγός, Ἀρέθα παμμακάριστε. Δόξα τῷ δεδωκότι σοι ἰσχύν, δόξα τῷ σὲ στεφανώσαντι, δόξα τῷ ἐνεργοῦντι διὰ σοῦ, πᾶσιν ἰάματα.
Himno de despedida tono 1ºFuiste glorificado magníficamente por tu lucha por la piedad, y a través de tu firmeza depusiste el mal de los asesinos de Cristo, y por lo tanto ofreciste a Cristo filas inamovibles de Mártires, como un maestro divino y guía, oh bendito Aretas. Gloria a Aquel que te dio fuerza, gloria a Aquel que te coronó, gloria a Aquel que otorga a través de ti sanidades para todos. Κοντάκιον. Ἦχος δ’. Ἐπεφάνης σήμερον.Εὐφροσύνης πρόξενος ἡμῖν ἐπέστη, ἡ φωσφόρος σήμερον, τῶν Ἀθλοφόρων ἑορτή· ἣv ἐκτελοῦντες δοξάζομεv, τὸν ἐv ὑψίστοις ὑπάρχοντα Κύριον.
Condaquio tono 4ºLa fiesta de los portadores de pasión se nos ha presentado hoy como el presagio de la alegría; y celebrándolo, glorificamos al Señor que vive en las alturas.Fuentes consultadas: saint.gr, mystagogyresourcecenter.com, synaxarion.gr