lunes, 14 de octubre de 2024

San Silvano, Hieromártir de Gaza

Versos:
A Silvano: "Silvano se acercó para que le cortaran el cuello con la espada. Así, se vio que Silvano cortaba el error".
A los cuarenta mártires: "Dos veces veinte mártires soportaron la espada, soportada por Egipto y Palestina".

Era un hombre manso y humilde –pero cuando lo torturaron por su fe, descubrieron que debajo de ese aspecto gentil poseía un corazón de acero.
Para entender lo que San Silvano y los otros Santos Mártires de Palestina soportaron por causa de sus creencias Cristianas, uno debe imaginarse los sufrimientos de los esclavos en una mina subterránea de cobre. Fue ahí que –en las lóbregas minas de Phaeno en Palestina– en primer lugar, los idólatras maltrataron a Silvano hasta el punto de la muerte, para luego decapitarlo.
Ellos destruyeron su cuerpo, sí; pero no pudieron destruir su espíritu, que lo mantuvo predicando el Evangelio de Jesucristo.
Fue un santo obispo que guió a su rebaño en y alrededor de la ciudad portuaria de Gaza (posteriormente llamada “Constancia” por el Emperador Romano Constantino) durante los primeros años del Siglo Cuarto. El Hieromártir Silvano fue con toda seguridad el más notable y valiente del grupo de discípulos que llegaron a ser conocidos como los “50 Mártires de Palestina”. Muchos de aquellos 50 fueron, primeramente, privados de la vista y luego forzados a trabajar hasta su muerte en las minas.

 



"ΜΑΡΤΎΡΙΟΝ ΤΟΥ ΑΓΊΟΥ ΙΕΡΟΜΆΡΤΥΡΟΣ ΣΥΛΒΑΝΟΥ"
[Martírion tu Ayíou Ieromártiros Silbanu]
MARTIRIO DEL SANTO HIEROMARTIR SILVANO




 
Nacido y criado en Gaza, San Silvano fue durante su juventud un soldado, para luego llevar una vida ejemplar de piedad y rectitud. Como recompensa por su honesto carácter, en sus últimos años, fue ordenado presbítero de la Iglesia Cristiana de Gaza.
San Silvano fue un hombre silencioso y sumamente humilde – sin embargo ello no significaba que permanecía en silencio frente al error. Y cuando notaba la idolatría entre los no creyentes de la cercana Cesaréa, dando un paso adelante, se trenzaba en la lucha con los ciudadanos del pueblo por su impiedad. Como se ha de suponer los no creyentes no respondían de manera gentil a la censura hecha por el anciano obispo.
Enojados, golpearon sin misericordia a San Silvano y luego hicieron que se una a los desafortunados Palestinos que habían sido sentenciados a trabajar como esclavos en las húmedas y viscosas minas de cobre. 
Anciano y enfermo, este valeroso mártir se debilitó rápidamente por el aplastante trabajo de las minas, pero nunca dejó de alentar a sus compañeros creyentes, recordándoles la gran recompensa que recibirían en la próxima vida, si no en la presente. Un hombre alegre aún en la adversidad, nunca se desesperó pues jamás perdió la esperanza en la Salvación prometida a cada uno de nosotros por nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  
 
 



Icono del Hieromártir de Gaza San Silvano, manuscrito
en Biblioteca Morgan, Nueva York (mystagogyresourcecenter.com)




 
Como uno de los primeros sacerdotes en emerger de la región de Gaza en Tierra Santa, el Santo Hieromártir Silvano murió víctima de una brutal violencia alrededor del año 311, según afirman la mayoría de historiadores de ese período. No obstante tuvo un gran éxito convirtiendo a muchos paganos durante una vida  incomparable por su valentía y fidelidad. 
La historia del valor de Silvano frente a un poderoso enemigo que buscaba destruir su fe, ha inspirado a santos y mártires Cristianos por más de un milenio. Su difícil, pero hermosa vida, nos recuerda que Dios siempre nos enviará la fortaleza que necesitamos para soportar cualquier prueba que asumamos en Su Santo Nombre. 

Apolitiquio tono 4º

Como partícipe y sucesor del trono de los Apóstoles, Oh inspirado por Dios, encontraste en la disciplina un camino para llegar a la visión beatífica. Por eso, habiendo vivido rectamente la Palabra de la Verdad, también luchaste por tu fe aún a costa de tu propia sangre, Oh Hieromártir Silvano. Intercede ante Cristo nuestro Dios para que se salven nuestras almas.

Condaquio tono 4º

Habiendo vivido piadosamente la vida de un jerarca, y habiendo caminado la senda del martirio, extinguiste a los adoradores de ídolos y defendiste a tú rebaño con la sabiduría divina. Por eso te veneramos y clamamos desde nuestros corazones: que a través de tus oraciones nos veamos libres del peligro, Oh Silvano, padre nuestro.
 





Texto publicado con autorización y bendición del autor, su Santidad Obispo de Jableh, Siria, Demetri Khoury. Otras fuentes consultadas: saint.gr, johnsanidopoulos.com, Sinaxario de los doce meses del año de de San Nicodemo el Athonita. 

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