miércoles, 15 de mayo de 2024

Venerable Pacomio el Grande (+348)

Versos:
"Pacomio adelgazó la robustez de su carne, reuniendo fuerza en su alma antes de su partida".
El día 15 Pacomio fue llevado al otro lado.

Osio o Venerable Pacomio nació en el año 292 d.C. en la región de Kato Zibaida (del gr. "Κάτω Θηβαΐδα", Bajo Zibaida) en Egipto. Hijo de padres idólatras, vivió durante la época del emperador Constantino el Grande (306-337 d.C.). En el ejército, en el cual ingresó a los 20 años, conoció a soldados cristianos y aprendió de ellos la fe cristiana.
Cuando salió del ejército, abandonó el mundo, y yendo a Alta Zibaida (Ανω Θηβαΐδα), fue bautizado y se hizo monje.

Buscando una mayor tranquilidad y mayor dedicación al ascetismo, se marchó al desierto y se puso bajo las órdenes espirituales del conocido hesicasta Palámonos (del gr. "Παλάμονος" , celebra el 12 de Agosto), de quien llegó a ser un perfecto imitador.
 
Tras la dormición de su guía, sobre el 320 d.C., se refugió en una isla desierta del río Nilo, Tavenni de Alta Tebaida, donde ayudado por el solitario monje el hermano Juan, construyó un pequeño monasterio.  
 
La fama de su santidad y de su prudencia hizo que se acercaran muchos monjes, con lo que el monasterio fue creciendo, hasta el punto de hospedar a 14.000 monjes. De este modo, Osio Pacomio llegó a ser un gran asceta eremita y colonizador del desierto.
 
Osios Pacomios está considerado como el fundador de la organización cenobítica de los ascetas.
 
 
 




Un Angel del Señor entregándole la Regla Monástica








Como se recoge en la Historia Lausiaca, libro que escribió el filósofo Paladio por el año 420 d.C., los monjes compañeros de Pacomio, conocidos como Tavenisiótes ("Ταβεννησιώτες", por la isla de Tavenni ), vivían de tres en tres en pequeñas casas. Osios Pacomios puso la norma de oración en común mañana y noche. Aparte de esto, claro, cada día, los monjes rezaban 12 veces por la mañana y 12 veces por la noche, según la regla del monasterio. Trabajo en común, ingresos y gastos compartidos, comida común y misma ropa.  Su comida vegetariana y queso. Durante todo esto los monjes no hablaban entre ellos, se comunicaban con gestos.
 
Se cubrían la cara de tal modo que sólo podían ver la mesa. Su ropa estaba formada por: una túnica de lino, ("λεβιτωνάριο", lebitonario) , que llegaba hasta algo más abajo de las rodillas y se sujetaba con un cinto, chaqueta larga de lana blanca ("μηλωτή", milotí), también con cinto, que llegaba hasta las rodillas y tenía la lana por la parte de fuera, una capucha cónica, que por la parte de atrás llegaba hasta los hombros, y una pequeña chaqueta que cubría el cuello y los hombros. Calzado raramente utilizaban.
Los monjes Tavenisiotes dormían sentados y comulgaban los Inmaculados Misterios cada Sábado y cada Domingo.
 
 
 
 




Mosaico de San Pacomio el Grande






 
Se distribuían en 27 órdenes, cada una de las cuales se representaba por una letra del alfabeto, dependiendo del estado y del modo de comportamiento de aquellos que la llevaban.
Con gran espíritu de organización y orientación en la gestión de personas y cosas, logró mantener entre la multitud de hermanos la disciplina y el amor, velando como un padre cariñoso por sus necesidades espirituales y materiales. Con sus sabios consejos y su propio ejemplo los animaba en la lucha por la santidad.
 
Debido a su amor y a su divino temor, Osios Pacomios realizó muchos milagros.
En el año 348 d.C., atendiendo a los monjes que estaban enfermos por contagio de una enfermedad porcina, enfermó también él y después de poco tiempo murió. Cedió su puesto como abad a Osio Teodoro el Santificado ( "Όσιος Θεόδωρος ο Ηγιασμένος", [Osios Zeodoros o Iyiasménos]), quien celebra el 16 de Mayo.













 
 
 
Nuestro Santo Padre Pacomio era de Egipto en la Baja Tebaida y vivió durante el reinado de Constantino el Grande (306-337). Era hijo de padres impíos que veneraban ídolos. Una vez el santo fue con ellos a un templo de ídolos, y oyó al guardián del templo decir a sus padres, mientras ofrecían un sacrificio a los ídolos: "Levanten al enemigo de los ídolos y váyanse de aquí"; hablaba acerca de Pacomio. Al parecer el demonio que habitaba en el templo estaba asustado de las futuras virtudes del santo. Porque cuando el santo bebió del vino ofrecido al demonio, inmediatamente lo regurgitó.

Cuando el santo alcanzó la mayoría de edad, fue incluido entre los soldados imperiales, pero poco después dejó su cargo militar y se dirigió a la Alta Tebaida, donde inmediatamente recibió el Santo Bautismo. Luego fue vestido con el esquema monástico y se apresuró a internarse en el desierto. Mientras se dirigía hacia el lugar llamado Tabennisi, le llegó una voz celestial que le reveló que el lugar en el que se encontraba era apto para construir un monasterio y que debía reunir numerosos monjes. Así el santo estableció allí un monasterio. 
Con el paso del tiempo, muchos hermanos acudieron allí y se hicieron monjes. 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
Entre ellos se encontraba su discípulo Teodoro el Santificado, que fue un celoso imitador de la vida y virtudes del Venerable Pacomio. A través de la eliminación de pasiones fue purificado hasta tal punto y alcanzó tal altura de contemplación divina, que podía ver las almas puras de los santos cuando eran elevadas al Cielo, y veío como de cerca las cosas que sucedieron a lo lejos, y predecía en el presente lo que sucedería en el futuro.
 
Antes de su dormición, San Pacomio contó los monjes que acudieron a él en el desierto; su número era de mil cuatrocientos monjes. Ante tal multitud se deduce  que Pacomio era verdaderamente un hombre divino e inaccesible en virtud, y muchos lo siguieron, no por una vida tranquila, ni por un desapego a la carne, que trae alegría y dulzura a las personas, por lo que dejan casas y parientes, sino más bien lo seguían, porque estaban asombrados de su dominio de sí mismo y de sus trabajos ascéticos, y deseaban imitar tanto como pudieran su vida incorpórea y angelical. De esta manera pasó su vida el célebre, y reposando en paz, fue sepultado en su monasterio.*
 
 
 
 
 
La revelación angelical de la regla cenobítica a San Pacomio el Grande

Por Paladio, obispo de Helenópolis

(Historia Lausiaca, capítulo 33)


 
En la tierra de Tebas, y en su distrito llamado Tabenna,** había un hombre bienaventurado cuyo nombre era Pacomio, y este hombre llevó una hermosa vida de excelencia ascética, y fue coronado con el amor de Dios y de hombre. Ahora pues, mientras este hombre estaba sentado en su celda, se le apareció un ángel que le dijo: “Ya que has completado tu discipulado, no es necesario que habites aquí; sino ven, ve y reúne contigo a los que están extraviados, y habita con ellos, y establece para ellos las leyes que yo te diré; y el ángel le dio un libro (o tablilla) donde estaba escrito el siguiente:

I. Que cada uno coma y beba cuando quiera, y según las fuerzas de los que comen y beban, imponga trabajo; y no les impedirás comer ni ayunar. Además, a los fuertes impondrás trabajos severos; y a los de fuerza inferior y a los que ayunan impondréis trabajos ligeros.

II. Y les harás una celda, y habitarán juntos de tres en tres.

III. Y participarán de la comida todos juntos en una cámara (o casa).

IV. Y no dormirán acostados, sino que les harás asientos para que cuando se sienten puedan sostener su cabeza.

V. Por la noche se vestirán vestidos sin mangas, y se ceñirán sus lomos, y se les proveerán solideos; y participarán de la Ofrenda en el día de reposo y en el primer día de la semana, llevando solideos sin pelusa, y cada solideo tendrá delante una cruz de púrpura.

VI. Y establecerás a los monjes en veinticuatro grados, y a cada grado darás una letra del alfabeto griego del Alfa a la Omega; cada grado una letra.

Y el bienaventurado Pacomio hizo y cumplió estas cosas según le había ordenado el ángel; y cuando el jefe del monasterio le preguntó al que estaba a su lado acerca de los asuntos de los hermanos, el hombre le dijo: “La voz de Alfa y la voz de Beta saludan al jefe del monasterio”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Así, a toda aquella asamblea de hermanos se les asignaron letras del alfabeto, según la designación de las veinticuatro letras. A los que eran rectos y sencillos les asignó la letra Iota (es decir, la "ι"), y a los que eran difíciles y perversos les asignó la letra Ksi (es decir, la "ξ"), y así según las disposiciones y según los hábitos y reglas de vida. De las órdenes de los monjes les asignó letras.

Y él (es decir, el ángel) ordenó que “un monje que fuera extraño y que tuviera un atuendo diferente al de ellos no entrara con ellos a la mesa; el hombre que buscaba ser aceptado como monje en ese monasterio era obligado a trabajar allí durante tres años, después de lo cual debía recibir la tonsura. Cuando los monjes comían juntos, debían cubrirse la cara con el velo para no verse comiendo, no conversar sobre la mesa y no mirar de un lado a otro. " Y ordenó que durante cada día repitieran doce secciones del Salterio, [y durante cada tarde doce secciones del Salterio], y durante cada noche doce secciones del Salterio, y que cuando vinieran a comer repitieran el Gran Salmo.
 
Y el bienaventurado Pacomio dijo al ángel: "Las secciones del Salterio que nos has designado son muy pocas"; y el ángel le dijo: "Las secciones del Salterio que he designado son realmente pocas, de modo que incluso los monjes débiles pueden cumplir la regla y no verse angustiados por ello, porque a los perfectos no se les ha impuesto ley alguna, porque su nus está ocupada en todo momento con Dios, excepto esta ley que yo he establecido. 
 
 
 
 
 
 
 
 

 


 
 
 
 
Para aquellos que no tienen un nus perfecta, se ha establecido para ellos, de modo que, aunque cumplan sólo lo prescrito por la regla, puedan adquirir franqueza de rostro. Ahora muchas monjas se aferran a esta ley y regla.

Y vivían en aquella montaña unos siete mil hermanos, y en el monasterio en el que vivía el bienaventurado Pacomio vivían mil trescientos hermanos; y además de estos había también otros monasterios, cada uno de los cuales contenía alrededor de trescientos, doscientos o cien monjes, que vivían juntos; y todas trabajaban con sus manos y de ello vivían, y con todo lo que tenían que les sobraba abastecían los conventos que allí había. Cada día aquellos cuya semana de servicio era se levantaban y atendían a su trabajo; y otros se ocupaban de cocinar, y otros disponían las mesas y ponían sobre ellas pan, y queso, y atendió vasijas de vinagre y agua. Y había algunos monjes que entraban a comer a la hora tercera del día, y otros a la hora sexta, y otros a la hora novena, y otros por la tarde, y otros que comían sólo una vez al día; y había algunos que comían sólo una vez por semana; y según cada uno de ellos conocía la carta que le había sido impuesta, así era su trabajo. Algunos trabajaban en el paraíso (es decir, el huerto), y algunos en los jardines, y algunos en la herrería, y algunos en la panadería, y algunos en la carpintería, y algunos en el lavandero, y algunos tejían cestas y Esteras de hojas de palma, y uno que hacía redes, y otro que hacía sandalias, y otro que era escriba; ahora todos estos hombres, mientras hacían su trabajo, repetían los Salmos y las Escrituras en orden.
 
 
 
 
 
 
 
Los santos David y Pacomio, s.XVI-XVII d.C. Monasterio de San Dionisio, Monte Atos

 



NOTAS:

*
Pacomio fue abad de los cenobitas durante unos cuarenta años. Durante una epidemia (probablemente una plaga), Pacomio estuvo con los monjes, fortaleció su fe y nombró a su sucesor. Pacomio durmió el 9 de mayo de 348 d.C. En aquel momento, ocho monasterios y varios cientos de monjes siguieron su guía. En una generación, las prácticas cenobíticas se extendieron desde Egipto hasta Palestina y el desierto de Judea, Siria, el norte de África y, finalmente, Europa occidental. El número de monjes de sus monasterios pudo haber llegado a 7.000. 
 
** Tabenna (Tabennae, Tabennisi) se considera el primer monasterio cenobítico. Era una comunidad fundada por Pacomio en una isla del Nilo en el Alto Egipto.
 


 














 
 
Ἀπολυτίκιον  (Κατέβασμα) Ἦχος πλ. α’. Τὸν συνάναρχον Λόγον.
 
Ἀγελάρχης ἐδείχθης τοῦ Ἀρχιποιμένος, Μοναστῶν τᾶς ἀγέλας Πάτερ Παχώμιε, πρὸς τὴν μάνδραν ὁδηγῶν τὴν ἐπουράνιον, καὶ τὸ πρέπον ἀσκηταίς, ἐκεῖθεν σχῆμα μυηθεῖς, καὶ τοῦτο πάλιν μυήσας, νῦν δὲ σὺν τούτοις ἀγάλλη, καὶ συγχορεύεις ἐν οὐρανίαις σκηναίς.

Apolitiquio tono pl. del 1º

Como pastor del Pastor Principal, guiaste a los rebaños de monjes a su majestad celestial iluminado, instruiste a otros con respecto al Hábito y la Regla. Y ahora te regocijas con ellos en las mansiones celestiales.
 
 
 
Έτερον Ἀπολυτίκιον Ἦχος πλ. δ’.
 
Ταῖς τῶν δακρύων σου ῥοαῖς, τῆς ἐρήμου τὸ ἄγονον ἐγεώργησας· καὶ τοῖς ἐκ βάθους στεναγμοῖς, εἰς ἑκατὸν τοὺς πόνους ἐκαρποφόρησας· καὶ γέγονας φωστὴρ τῇ οἰκουμένῃ, λάμπων τοῖς θαύμασιν, Παχώμιε Πατὴρ ἡμῶν ὅσιε, πρέσβευε Χριστῷ τῷ Θεῷ, σωθῆναι τὰς ψυχὰς ἡμῶν.
 


Κοντάκιον Ἦχος β’. Τὴν ἐν πρεσβείαις 
 
Τὴν τῶν Ἀγγέλων ἐν στόματι πολιτείαν, ἐπιδεξάμενος Παχώμιε θεοφόρε, τούτων καὶ τῆς εὐκλείας ἠξίωσαι, τῷ τοῦ Δεσπότου θρόνῳ, σὺν αὐτοῖς παριστάμενος, καὶ πᾶσι πρεσβεύων θείαν ἄφεσιν.

Condaquio tono 2º

Oh, Pacomio portador de Dios, después de vivir la vida de los Ángeles en tu cuerpo, se te concedió su gloria. Ahora estás de pie con ellos ante el trono de Dios, y oras para que todos podamos ser perdonados.
 
 
 
 
Έτερον Κοντάκιον Ἦχος β’. Τὰ ἄνω ζητῶν.
 
Φωστὴρ φαεινός, ἐδείχθης ἐν τοὶς πέρασι τὴν ἔρημον δέ, ἐπόλισας τοὶς πλήθεσι, σεαυτὸν ἐσταύρωσας, τὸν σταυρόν σου ἐπ’ ὤμων ἀράμενος, καὶ ἀσκήσει τὸ σῶμα, κατέτηξας, πρεσβεύων ἀπαύστως ὑπὲρ πάντων ἠμῶν.



Μεγαλυνάριον
 
Χαίροις εὐσεβείας ὑπογραμμός, καὶ τῶν μοναζόντων, Ἀγελάρχης θεοειδής. Χαίροις τῆς Αἰγύπτου, κανὼν καὶ τύπος μέγας, Παχώμιε θεόφρον, Πατέρων καύχημα.
 
 
 





Fuente: saint.gr, synaxarion.gr

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