SEGUNDA EPÍSTOLA A LOS CORINTIOS

INTRODUCCIÓN (por P. Trempelas)

La primera epístola a los Corintios fue llevada a Corinto por Tito junto con algún otro hermano, de cuyo nombre no nos hace referencia el divino Pablo. Tras haber organizado Tito en Corinto la contribución para los cristianos pobres de Jerusalén, regresó a Efeso. Mientras tanto vino también Timoteo a Corintio y percibió una situación no agradable, porque la autoridad del apóstol Pablo fue de nuevo seriamente puesta en duda y el cisma que hubo dividido la Iglesia de Corinto continuaba estando presente.

Se ve obligado entonces el apóstol a enviar a los corintios una segunda severa epístola, la cual fue llevada a ellos por Tito, y la cual se perdió. Mientras tanto la estancia de Pablo en Efeso fue muy peligrosa, y por eso el Apóstol se va de allí y se dirije a Troada, esperando encontrar allí a Tito, el cual le comunicaría las noticias sobre los cristianos de Corinto. Pero como no lo encontró allí, lleno de intranquilidad se va a Troada, apresurándose a encontrar a Tito. Este encuentro finalmente tuvo lugar en Macedonia. Las noticias que le transmitió Tito sobre la situación en Corinto eran alentadoras y agradables. Escribe Pablo entonces esta segunda epístola suya y se la envía de nuevo a los corintios mediante Tito, quien visita ahora Corinto por tercera vez.

El tiempo en que fue escrita esta epístola no dista mucho del tiempo en que fue escrita la primera, porque los acontecimientos a los que se refiere la segunda epístola a los Efesios podrían haber sido escritos en un espacio de tiempo de 7 u 8 meses. Entonces si la primera Epístola fue escrita a finales del año 54 y principio del 55 d.C., la segunda fue escrita lrededor del otoño del año 55 d.C.





SEGUNDA EPÍSTOLA A LOS CORINTIOS


CAPITULO 1

Saludo y agradecimiento

Pablo, apóstol de Jesús Cristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, y a todos los santos que están en toda Acaya;


2. la gracia sea con vosotros y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús Cristo.


3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús Cristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,


4. el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios.


5. Porque de la manera en que abunda en nosotros la participación en los padecimientos de Cristo, así también abunda la consolación que recibimos por medio de Cristo.


6. Pero si somos atribulados, esto es para vuestra consolación y salvación, la cual actúa mediante la paciencia ante los mismos padecimientos, los cuales nosotros también soportamos. 

  

7. Si somos consolados, esto es para vuestro consuelo y salvación, y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en los padecimientos, también lo sois en la consolación.


8. Porque no queremos que ignoréis hermanos, la tribulación que nos sobrevino en Asia. El peso era mucho mayor que nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida.


9. De hecho nos parecía que habíamos recibido sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos;


10. De un peligro de muerte tan grande Dios nos salvó, y nos salva; en él tenemos la esperanza de que de nuevo nos salvará,


11. cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.*

* De modo que la vida que nos regalará Dios sea reconocida como don suyo por muchas personas, es decir por nosotros y por vosotros. Y así con muchos agradecimientos sea expresado a Dios el agradecimiento de todos nosotros por nuestra salvación. (P. Trempelas)



Los verdaderos alicientes de Pablo

12. Nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con divina rectitud y sinceridad, no con sabiduría mundana, sino con la gracia de Dios, nos hemos comportado ante la gente, y mucho ante vosotros.


13. No os escribimos nada distinto de lo que leéis y entendéis, y espero que entendáis bien,


14. como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el Día del Señor Jesús.



El aplazamiento de su visita

15. Con este convencimiento quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia,*

* para que tuviéseis el doble de gracia y de consuelo y de beneficio espiritual por estas dos visitas mías. (P. Trempelas)


16. y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea.


17. Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso de modo mundano, para que dependa de mí si el "sí" será "sí" y el "no", "no"?

* Esto entonces, estaba planeando y decidiendo, pero las circunstancias no me ayudaron a llevarlo a cabo. ¿Tal vez sale de esto la conclusión, como me acusan mis enemigos, de que pienso muy a la ligera o que lo que pienso y decido, lo hago como una persona carnal y quiero de modo egoista esto, que en lo que diga sí  sea sí y en lo que diga no, sea no? (Pero yo no decido como hombre mundano, sino como hombre que somete las decisiones al Espíritu Santo, con cuyas decisiones el Espíritu puede agradar a unos y frustrar a otros). (P. Trempelas)


18. Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.*

* Nuestra predicación hacia vosotros no es dudosa (imgap.gr)


19. Porque el Hijo de Dios, Jesús Cristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, es decir por mí, por Silvano y por Timoteo, no ha sido Sí y No, sino que en él ha sido sólo el Sí.*

no ha sido probado por vuestra experiencia "sí" y "no", es decir incierto e inestable, sino que ha sido probado cierto e inamovible en todo lo referente a Cristo. (P. Trempelas)

 

20. Porque todas las promesas de Dios en la Persona de Cristo se hacen realidad; y en él decimos el Amén a Dios para su gloria. 


21. Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,


22. el cual también nos ha sellado, y nos ha dado en nuestros corazones el Espíritu como comprometimiento.


23. Invocamos como testigo mío a Dios, que para no entristeceros, no he pasado todavía a Corinto.


24. No porque queramos enseñorearnos en cuestiones de vuestra fe, sino que  colaboramos para vuestro gozo, porque estáis firmes en la fe.

 



CAPITULO 2

1. Decidí no haceros otra visita desagradable.*

* Y lo decidí también para mí. Es decir hallé que sería mejor para mí no ir de nuevo a vosotros forzado yo también para no disgustaros con mi control, pero también vosotros disgustarme con los desórdenes que veré entre vosotros. (P. Trempelas) 


2. Si yo os causo disgusto, ¿quién entonces será luego el que me cause alegría, sino aquel a quien yo hago disgustarse?


3. Y esto mismo os escribí, para que cuando llegue no me disguste frente a los  que debería alegrarme, porque tengo respecto a vosotros el convencimiento de que mi gozo es el gozo de todos vosotros.


4. Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que os disgustáseis, sino para que supieseis cuán grande es el amor que tengo por vosotros. 


Quien tenga la culpa, si se arrepiente, será admitido de nuevo.

5. Pero si alguno me ha causado disgusto, no me la ha causado solo a mí, sino en parte (por no parecer exagerado) a todos vosotros.


6. Esta reprensión hecha por la mayoría es suficiente para tal persona;


7. así que, al contrario, vosotros más bien debéis ahora perdonarle y consolarle, para que no se llene de gran tristeza.


8. Por lo cual os ruego que le mostréis amor.


9. Porque también para este fin os escribí, para probaros y ver si sois obedientes en todo.


10. Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque yo también al que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho ante Cristo,


11. para no ser vencidos por Satanás, pues no ignoramos sus planes.



Pruebas y triunfos del evangelio

12. Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor,


13. no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado allí a mi hermano Tito. Entonces me despedí de ellos y partí para Macedonia.


14. Mas gloria sea dada a Dios, que nos hace siempre triunfar en Cristo, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.


15. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;


16. a éstos ciertamente olor de muerte para muerte,* y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es capaz?

* porque no quieren aceptar la verdad salvadora; para los demás, la bienintencionada, una fragancia vivificante que da vida. ¿Y quién es capaz de realizar estas grandes obras por su cuenta? (imgap.gr)


17. Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, enviados por Dios, hablamos en Cristo delante de Dios.

 



CAPITULO 3

Los prosélitos de Pablo

1. ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tal vez tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros?


2. Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;


3. sois, manifiestamente, cartas de Cristo, que es fruto de nuestros servicios, escritas no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en placas de piedra, sino en placas de carne del corazón.


4. Y tal convicción tenemos mediante Cristo para con Dios,


5. no que seamos capaces por nosotros mismos para pensar que algo provino de nosotros, sino que nuestra capacidad proviene de Dios,


6. el cual asimismo nos hizo capaces de convertirnos en servidores del nuevo pacto, no de la ley escrita sino del Espíritu; porque la ley escrita condena a muerte, mentras que el Espíritu vivifica.


7. Pero si lo que produce muerte, la ley escrita, grabada en piedras, fue inaugurada con brillantez, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del resplandor de su rostro, la cual sin embargo  había de perecer,*

* Y si la antigua Ley, que conduce a la muerte, y que había sido escrita en letras, fue dada con tanta gloria, que los israelitas no podían mirar el rostro de Moisés, a causa de la gloria y el esplendor que le había dado, aunque era temporal y se aboliría, (imgap.gr)


8. ¿no tendrá mayor gloria lo que es producido por el Espíritu?*

* ¿Cómo no puede el ministerio del Nuevo Testamento, que otorga al pueblo el Espíritu Santo, tener mayor gloria y majestad? (imgap.gr)


9. Porque si lo que produce condena tuvo gloria, mucho mayor será la gloria de aquel que ofrecece justificación.

* Porque si ese ministerio de la ley antigua, que tuvo como consecuencia la condenación del hombre, fue glorioso, mucho más el ministerio del Nuevo Testamento, que da la justificación y la salvación, tiene con mucha mayor riqueza la gloria. (imgap.gr)


10. Y en este caso, aquello que alguna vez tuvo gloria, ha perdido su gloria a causa de una mucho mayor. 

* Porque la antigua Ley glorificada nunca ha adquirido tanta gloria, en comparación con el Nuevo Testamento, debido a la grandísima e inconcebible gloria que tiene este Nuevo Testamento. (imgap.gr)



11. Porque si lo que iba a pasar, se mostró con gloria, cuánto más glorioso será lo que permanece.


12. Entonces dado que tenemos tal esperanza, nos comportamos con mucha franqueza;


13. no como Moisés, que colocaba un velo en su rostro, para que los israelitas no vieran el final de aquello que iba a pasar. 


14. Pero sus intelectos se embotaron. Porque hasta el día de hoy el mismo velo queda durante la lectura del Antiguo Testamento, y no es quitado, porque por Cristo es eliminado.


15. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, hay un velo puesto en su intelecto;


16. pero en cuanto regrese alguien al Señor, el velo es quitado.


17. "Señor" aquí significa el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.


18. Todos nosotros, con rostro descubierto, reflejando la gloria del Señor, somos transformados en semejanza a él de gloria en gloria; esto procede del Señor, el Espíritu.  




CAPITULO 4

La predicación del Evangelio

1. Por lo cual, debido a que tenemos este servicio con la misericordia de Dios, no perdemos nuestro coraje,


2. antes bien renunciamos las acciones que los hombres ocultan por vergüenza, y no nos comportamos con deslealtad ni adulteramos el logos de Dios, sino que manifestando la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana delante de Dios.


3. Si está encubierto nuestro evangelio, lo está por aquellos por los que se pierden;*

* Entonces si nuestro Evangelio está encubierto y es incomprensible, lo es para aquellos que debido a su cegada voluntad permanecen en la perdición. (P. Trempelas)


4. El dios de este mundo cegó el nous* de los incrédulos, para que no vean la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

* Nous ≈ ojo espiritual del alma.

5. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesús Cristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos para la gloria de Jesús.


6. Porque Dios, que mandó resplandeciese la luz de las tinieblas, es el que resplandeció en nuestros corazones, para traer a la luz el conocimiento de la gloria de Dios en la Persona* de Jesús Cristo. 

* Persona, del gr. "Πρόσωπο", se refiere al Logos de Dios, a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad e Hijo Ungénito de Dios, Jesús Cristo. Erróneamente se traduce este término como rostro, faz, cara...  



La debilidad del apóstol y el poder de Dios

7. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para mostrar que este gran poder  es de Dios y no proviene de nosotros,


8. somos presionados en todos los sentidos, pero no llegamos a un callejón sin salida, somos avergonzados pero no desesperamos, 


9. perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;


10. Siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús Cristo, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos mortales.


11. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.


12. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.


13. Pero debido a que tenemos el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: "Creí, por lo cual hablé", nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,


14. porque sabemos que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará ante él juntamente con vosotros.


15. Porque todas estas cosas padecemos por favor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.



Tribulación momentánea y eterna gloria

16. Por tanto, no perdemos nuestro coraje; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.


17. Porque esta leve tribulación momentánea nos prepara para un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;


18. no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son momentáneas, pero las que no se ven son eternas.

 




CAPITULO 5

1. Porque sabemos que si nuestra casa terrestre, el cuerpo, perece y es disuelto,  tenemos de Dios una construcción, una casa eterna, no creada por manos, la cual está en los cielos.


2. En este cuerpo realmente gemimos y deseamos ser revestidos de nuestra morada celestial,


3. pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.*

* E incluso si como vestido recibimos el nuevo cuerpo, cuando nos pongamos este vestido, no estaremos desnudos, sin un cuerpo. (P. Trempelas)


4. Porque realmente nosotros que estamos en este cuerpo, gemimos bajo su peso, no porque queramos desecharlo, sino para ser revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.


5. El que nos hizo precisamente para esto es Dios, quien también nos ha dado por compromiso el Espíritu.


6. Entonces tenemos siempre coraje. Sabemos que, mientras permanezcamos en el cuerpo, estamos lejos del Señor, en tierra extranjera;


7. -porque vivimos ahora por la fe y no por la vista-; 


8. tenemos entonces coraje y deseamos más bien marcharnos del cuerpo y permanecer cerca del Señor.  


9. Por tanto procuramos también, ya sea permaneciendo en el cuerpo, ya sea ausentes de él, serle agradables.


10. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo



La agapi de Cristo motivación y poder

11. Conociendo, pues, el temor del Señor, intentamos convencer a los hombres, pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también hayamos sido manifiestos* a vuestras conciencias.

* Es decir, quiénes somos.


12. No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las personas y no en el corazón.


13. Porque si estamos fuera de sí, lo hacemos por Dios; y si somos cuerdos, es para vuestro beneficio.


14. Porque la agapi de Cristo nos mantiene*; hemos acabado en la conclusión de que si uno murió por todos, entonces todos murieron;

* Fuertemente unidos. (imgap.gr)


15. y murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió por ellos y resucitó por ellos.




Nueva vida en Cristo

16. De manera que nosotros de aquí en adelante no conocemos a nadie en cuanto a lo exterior. Si entonces conocimos así en cuanto a lo exterior a Cristo,*  ya no lo conocemos así, sino como el Dios-hombre redentor.

* en la humillación e insignificancia de su carne humana. (imgap.gr) 


17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas.


18. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Jesús Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación.


19. Es decir, que Dios en Cristo reconcilió consigo al mundo, sin tenerles en cuenta a sus pecados, y nos encargó a nosotros el anunciamiento de la reconciliación.


20. Así que, somos embajadores de Cristo. Es como si Dios os exhortase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo, reconciliaos con Dios, 


21. porque por nosotros hizo pecado el que no conoció pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.*


* Y es fácil el reconciliaros, porque a Cristo, quien no tenía experiencia del pecado, le dejó Dios ser condenado como pecador para bien nuestro, de modo que nosotros, con nuestra unión con Cristo, ser justificados mediante su gracia y convertirnos en participantes de la justicia de Dios. (P. Trempelas) 


 


CAPITULO 6  

1. Como colaboradores suyos os instamos que no recibáis en vano la gracia de Dios.


2. Porque dice: "En el tiempo adecuado te he oído, y en día de salvación te he socorrido. El tiempo aceptable es ahora, el día de salvación es ahora".


3. No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que no sea vituperado nuestro ministerio,


4. sino que como servidores de Dios nos recomendamos en todo, con mucha paciencia en las tribulaciones, en tormentos, en carencias,


5. en azotes, en encarcelamientos, en altercados, en fatigas, en desvelo y hambre;


6. en pureza, en sensatez, en longanimidad y bondad, con Espíritu Santo, con agapi sin hipocresía,

* en limpieza ante todo pecado, en conocimiento de la verdad, en tolerancia, en amabilidad, en santificación y con los carismas del Espíritu Santo, con agapi real y libre de hipocresía. 


7. con la predicación de la verdad y con el poder de Dios, con las armas de la justicia, las de ataque y de defensa,  


8. por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores de gentes, pero veraces,


9. como desconocidos pero bien conocidos; como si muriésemos pero vivimos, como sentenciados, mas no muertos;


10. como entristecidos, mas siempre alegres; como pobres, mas haciendo ricos a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.



Νo estrechas relaciones con los idólatras

11. Os hablamos libremente, oh corintios, os hemos abierto nuestro corazón.


12. No existen limitaciones por nuestra parte: la limitación está en vuestros sentimientos. 


13. Habéis correspondido con lo mismo, nos habéis abierto también vosotros vuestro corazón (como a mis hijos os hablo).


14. No os unáis con los incrédulos, que no os convienen como  compañeros. Porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la iniquidad? ¿O qué comunión puede tener la luz con las tinieblas?


15. ¿Puede existir acuerdo entre Cristo y Belial? ¿O qué tiene en común el fiel con el infiel? 


16. ¿Puede existir acuerdo entre el templo de Dios y el los ídolos? Porque vosotros sois templos del Dios viviente, como Dios dijo: "Habitaré en ellos y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 


17. Por lo cual, "marchaos de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, no toquéis lo inmundo, y yo os recibiré,


18. y seré vuestro Padre, y vosotros seréis mis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.





CAPITULO 7

1. Así que, puesto que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.


Preocupaciones y consuelo de Pablo

2. Haced sitio en vuestros corazones para nosotros, a nadie hemos cometido injusticia, a nadie hemos corrompido, de nadie nos hemos aprovechado.


3. No lo digo para condenaros, pues ya he dicho antes que estáis en nuestro corazón, para morir y para vivir juntamente.


4. Mucha franqueza tengo con vosotros; grande es mi orgullo por vosotros. Estoy  lleno de consolación. Estoy desbordado de alegría a pesar de todas nuestras tribulaciones.


5. Porque de cierto, cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que en todo fuimos atribulados. De fuera, conflictos; de dentro, temores.


6. Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito.


7. Y no sólo con su venida, sino también con la consolación que recibió con  vosotros. Nos anunció vuestro gran anhelo, vuestro llanto, vuestra solicitud por mí, de manera que me regocijé aun más,


8. porque aunque os enristecí con mi carta, no me arrepiento, aunque entonces me arrepentí; porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó.


9. Ahora me gozo, no porque os hayáis entristecido, sino porque vuestra tristeza concluyó en arrepentimiento. Porque os habéis entristecido como quiere Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte.


10. Porque la tristeza, como la quiere Dios, produce arrepentimiento, el cual lleva a la salvación, de la cual nunca nadie se arrepiente. Pero la tristeza mundana produce muerte.


11. Porque he aquí, esto mismo de que os hayáis entristecido según Dios, ¡cuánta solicitud ha producido dentro de vosotros, cuánta necesidad de apología, cuánta  indignación, cuánto temor, cuánto deseo, cuánto entusiasmo y cuánta apetencia de castigo del mal. En todo os habéis mostrado limpios en el asunto.


12. Así que, aunque os he escrito, no lo he hecho por causa del que cometió la injusticia, ni por causa del que la padeció, sino para que se os hiciese manifiesto entre vosotros, delante de Dios, el interés que tenéis por nosotros.


13. Este es el motivo por el que hemos sido consolados. Pero aparte de vuestra consolación, mucho más nos gozamos por el gozo de Tito, porque ha sido confortado su espíritu por todos vosotros.


14. Pues si de algo me he gloriado con él respecto de vosotros, no he sido avergonzado, sino que así como en todo os hemos hablado con verdad, también el gloriarnos con Tito resultó verdadero.


15. Y el afecto de su corazón para con vosotros es aun más abundante, cuando recuerda la obediencia de todos vosotros, con cuánto temor y estremecimiento lo recibisteis.


16. Me gozo de que tengo absoluta confianza en vosotros.





CAPITULO 8

Contribución para los jóvenes de Jerusalén 

1. Asimismo, hermanos, os hacemos saber el don de la caridad que Dios ha dado a las iglesias de Macedonia.


2. Porque dentro de una gran prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.


3. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas,


4. y nos pidieron con muchas súplicas que les hiciéramos el favor de participar en este servicio hacia los santos.  


5. Y no sólo actuaron tal como lo esperamos, sino que primeramente se dieron al Señor a sí mismos, y luego a nosotros por la voluntad de Dios,


6. de manera que rogamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de caridad.


7. Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud, y en la agapi que tenéis hacia nosotros, abundad también en esta obra de caridad. 



El ejemplo de Jesús Cristo

8. No hablo como quien manda, sino que pruebo por medio de la diligencia de otros y de la pureza de vuestra agapi,


9. porque conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesús Cristo que, por favor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.


10. Y en esto os doy mi opinión. Os conviene a vosotros, que comenzasteis antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado.*


* Por lo tanto, solo estoy dando mi opinión sobre este tema, porque les conviene ofrecer generosamente. Después de todo, empezaron el año pasado, antes de que les urgiera, no solo a recaudar fondos el uno para el otro, sino también a ser los primeros en expresar su voluntad por este buen trabajo. (imgap.gr)


11. Ahora llevad a cabo vuestra obra, para que como estuvisteis dispuestos a quererlo, así también lo estéis en cumplirlo conforme a lo que tengáis.


12. Porque si existe buena disposición, será aceptada según lo que uno tiene, no según lo que no tiene.


13. No digo esto, desde luego, para alivio de otros y privación vuestra,


14. sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia actual vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla un día la necesidad vuestra, para que haya igualdad,


15. tal como está escrito: "El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos".*

* "Al que recogió mucho maná no le sobró nada, y al que recogió poco no le faltó ni tuvo menos". Esto entonces que necesariamente les sucedió a los israelitas por milagro de Dios, hacedlo vosotros hoy con vuestra libre disposición y generosidad. (P. Trempelas)



La misión de Tito y de los otros

16. Pero gracias sean dadas a Dios, quien ofrece la misma solicitud por vosotros mediante el corazón de Tito,


17. porque no sólo recibió nuestra petición, sino que debido a que tiene gran fervor, va a vosotros por su propia voluntad.


18. Y enviamos juntamente con él al hermano, que es alabado por todas las iglesias por su obra por el evangelio.


19. Y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias como compañero en este servicio que ofrecemos para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra disposición;


20. Y así evitamos que nadie nos censure en cuanto al modo en que administramos esta ofrenda abundante,


21. procurando hacer las cosas honradamente, no sólo ante el Señor sino también ante los hombres.


22. Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya diligencia hemos comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora mucho más dispuesto debido la mucha confianza que tiene en vosotros.


23. En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador en esta obra para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, ellos son enviados de las iglesias, y gloria de Cristo.


24. Mostradles entonces a ellos vuestro amor y de nuestro gloriarnos respecto de vosotros ante las iglesias.





CAPITULO 9

1. En lo que respecta al servicio para los santos, es por demás que yo os escriba,


2. porque conozco vuestra buena disposición, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya desde el año pasado está preparada y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.


3. Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que estéis, como les decía, preparados;


4. no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.*

* y resulte en vano esta nuestra jactancia en vuestra generosidad. (imgap.gr)


5. Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra ofrenda antes prometida, para que esté lista como de propia generosidad, y no como de exigencia nuestra.



Cómo ha de tener lugar la ofrenda

6. Tened esto en cuenta: que el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.


7. Cada uno dé como le diga su corazón: no con tristeza o por obligación, porque Dios ama al dador alegre.


8. Y poderoso es Dios para concederos toda gracia en abundancia, de modo que, teniendo siempre autosuficiencia en todo, abundéis para toda buena obra


9. tal como está escrito: "Repartió, dio a los pobres, su buena obra permanece para siempre."


10. Y el que provee semilla al sembrador y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra semilla y aumentará los frutos de vuestras buenas obras, 


11. para que enriquecidos en todo podáis llevar a cabo todo tipo de generosidad, la cual produce por medio de nosotros agradecimientos a Dios.


12. Porque la realización de este servicio, no solamente cubre las necesidades de los santos, sino que también abunda en agradecimientos a Dios.


13. Por las experiencias que tedrán de este servicio, glorificarán a Dios por  vuestro sometimiento a la confesión del evangelio de Cristo por la generosidad de vuestra contribución para ellos y para todos.


14. Y en la oración suya por vosotros sentirán fuerte anhelo debido a la superabundante gracia que Dios os dio.


15. Gracias sean dadas a Dios por su don inenarrable.

 



CAPITULO 10

Pablo defiende que su autoridad procede de Cristo.

1. Yo el mismo Pablo, os ruego por la mansedumbre y condescendencia de Cristo, yo, quien ante vosotros soy humilde, pero cuando estoy lejos soy osado para con vosotros;


2. ruego no verme obligado a parecer osado cuando esté presente, cuando esté entre vosotros, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos de modo mundano.


3. Pues aunque vivimos en el mundo, no luchamos de modo mundano. 


4. Porque las armas de nuestra lucha no son mundanas, sino que tienen poder divino para la destrucción de fortificaciones.


5. Derribamos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento para hacerle que obedezca a Cristo,


6. y estamos preparados para prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.


7. Vosotros veis las cosas superficialmente. Si alguno está convencido de que es de Cristo, esto también piense por sí mismo esto: que así como él es de Cristo, también nosotros somos de Cristo.


8. Porque si de hecho me glorío algo más de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para vuestraedificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré;


9. no quiero que parezca que os quiero atemorizar por cartas.


10. Porque dicen, "las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable".


11. El que dice esto, que piense, que así como somos en la palabra por cartas, estando ausentes, lo seremos también con las obras, estando presentes.


12. Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son sensatos.  


13. Pero nosotros no nos gloriaremos más allá de nuestros límites, sino dentro de los marcos que Dios nos determinó, es decir que lleguemos también hasta vosotros.


14. Porque no nos extendemos más allá de nuestra esfera, como si no hubiésemos llegado a vosotros, pero realmente llegamos también hasta vosotros con la predicación de Cristo,*

* Con la predicación del Evangelio de Cristo. (P. Trempelas)


15. y no nos gloriamos más allá de nuestros límites en fatigas ajenas, sino que tenemos la esperanza, según aumenta vuestra fe, de que sea aumentada todavía más, dentro de nuestras esferas, 


16. predicando el Evangelio en lugares más allá de vosotros, y no gloriarnos en la obra que ya ha tenido lugar por parte de otro.


17. El que se gloría, gloríese en el Señor. 


18. Porque no es aprobado el que se recomienda  a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda.

  


CAPITULO 11

Su derecho como apóstol

1. Ojalá me mostráseis tolerancia en una pequeña estupidez, pero ya me estais soportando. 

2. Porque os envidio con divino celo, pues os he desposado con un hombre, para presentaros como una virgen pura a Cristo.


3. Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, así vuestro juicio sea desviado de la dedicación sincera hacia Cristo.


4. Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís un espíritu distinto del que recibísteis, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleraréis;


5. Pienso que no me quedé atrás en nada respecto a aquellos excelentes apóstoles.


6. Pues aunque sea inexperto como orador, no lo soy en el conocimiento; de cada manera y en todas las situaciones os lo hemos demostrado claramente.


7. ¿O pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios gratuitamente?*

* ¿O quizás cometí pecado, cuando busqué con mi trabajo cubrir los gastos de mi mantenimiento, humillándome así a mí mismo, para que vosotros fueseis liberados del engaño de la idolatría y elevaros espiritualmente? ¿Pequé al predicaros el Evangelio de Dios gratis?  (P. Trempelas)


8. He despojado a otras iglesias, tomando lo necesario con el objetivo de serviros,


9. y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidades, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia; y en todo me guardé y me guardaré de ser carga en nada para vosotros.


10. Tal como es cierto que la verdad de Cristo está en mí, así esta jactancia mía en las regiones de Acaya no me será impedida.*

La verdad de Cristo está en mí y siempre les digo la verdad. Les digo, entonces, que esta jactancia mía, de que no me convertí en una carga para ustedes, no se pronunciará y nunca se detendrá, en la medida en que dependa de mí, en las partes de Acaya. *(imgap.gr)


11. ¿Por qué? ¿Porque no os amo? Dios sabe que os amo.



12. Mas esto que hago, continuaré haciéndolo, para quitar la ocasión a aquellos que persiguen la oportunidad de que parezca que son como nosotros en la obra, de lo cual se jactan.


13. Tales hombres son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo.


14. Y no esto algo extraño, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel luminoso.


15. Y no es entonces gran cosa, si también sus servidores se disfrazan de servidores de justicia, cuyo fin será conforme a sus obras.



Comparaciones de Pablo con sus contrarios

16. Repito, que nadie me tenga por necio; o de otra manera, recibidme como a necio, para que yo también tenga mi pequeña jactancia.


17. Lo que digo, no lo digo por orden del Señor, sino como necio en cuanto al tema este de la jactancia. 


18. Puesto que muchos se jactan por cosas mundanas, me jactaré yo también. 


19. Porque de buena gana toleráis a los necios, vosotros que sois prudentes. 


20. Mostráis paciencia, si alguno os esclaviza, o os devora, o se aprovecha de vosotros, o se os enaltece, o os golpea en el rostro. 



Peligros y tormentos de Pablo

21. Para vergüenza mía lo digo, como si nosotros hubiésemos parecido débiles. Pero en cualquier otra cosa que se atreva alguien a jactarse -hablo como necio-, yo también me atreveré.


22. ¿Son ellos hebreos? También yo lo soy. ¿Son israelitas? También yo. ¿Son descendientes de Abraham? También yo.


23. ¿Servidores de Cristo son? Como si estuviera ido hablo, yo los saco ventaja; en fatigas mucho más, en azotes en mayor número, muchas veces peligrando de ser asesinado. 


24. De los judíos, cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno,


25. tres veces fui golpeado con varas, una vez me apedrearon, tres veces he padecido naufragio, todo un día con su noche he estado siendo arrastrado por el mar.


26. En largos caminos muchas veces, en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación*, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en regiones desiertas, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;

* Es decir, hebreos.


27. en esfuerzos y fatigas, muchas veces sin dormir, con hambre y sed, muchas veces en ayunos, en el frío sin ropa suficiente. 


28. Y además de otras cosas, mi preocupación de cada día, el cuidado por todas las iglesias.


29. ¿Quién enferma, y no enfermo también yo? ¿Quién cae,y yo no me aflijo?


30. Si he de jactarme, me jactaré por cosas que muestran mi debilidad.*

* Me jactaré de mi enfermedad y debilidad en medio de la tentación y la persecución. (imgap.gr)


31. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesús Cristo, que es eternamente bendito, sabe que no miento.


32. En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas custodiaba la ciudad de los damascenos para prenderme,


33. pero me descolgaron del muro en un canasto por una ventana, y escapé de sus manos.

 




CAPITULO 12

Altas visiones y humillantes debilidades

1. El jactarme no es de mi interés, pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.


2. Conozco a un hombre cristiano que hace catorce años - si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe -  fue arrebatado hasta el tercer cielo.*

* Fue arrebatado y elevado hasta el tercer cielo, donde se encuentran los poderes angélicos celestiales. Pero no sé si era en su cuerpo en aquel momento o estaba en éxtasis, fuera de él. Dios sabe.  


3. Y sé que aquel hombre - si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios sabe, 


4. fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.


5. De tal hombre me jactaré, pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades.


6. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.


7. Y para no vanagloriarme por las muchas revelaciones, me fue dado un aguijón en el cuerpo, un ángel de Satanás que me abofetee, para que no me vanaglorie. 


8. Tres veces le he rogado al Señor, para que se vaya de mí.


9. Y me ha dicho: "Te es suficiente mi gracia, porque mi poder se muestra perfecto allí donde existe debilidad". Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo.


10. Por lo cual me siento agradecido con las debilidades, los insultos, los tormentos, las persecuciones y las privaciones por la gracia de Dios, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.



Pablo analiza su jactancia

11. Me he hecho un necio al jactarme. Vosotros me habéis obligado. Deberíais  haberme recomendado vosotros, porque en nada he sido menos que los excelentes apóstoles, aunque nada soy.


12. Las características de un verdadero apóstol han sido hechas realidad  entre vosotros con toda paciencia, con señales, con prodigios y con milagros.


13. ¿En qué entonces habéis sido inferiores a las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga?* Perdonadme esta injusticia

* sino en que yo no os he sobrecargado con los gastos de mi mantenimiento? (P. Trempelas)


14. He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros y no os seré carga, porque no busco vuestros bienes materiales, sino a vosotros mismos, pues no deben los hijos atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.


15. Yo muy agradecido prestaré lo mío, y aun yo mismo me prestaré por vuestras almas. Porque, aunque os amo más, soy menos amado por vosotros.


16. Pero admitiendo esto, que yo no os he sido carga, sino que como soy astuto, os prendí por engaño,*

+Sin embargo, no os fui carga, sino que, como dicen mis calumniadores, por ser astuto, os atrapé con engaño y os traje a mi lugar. (imgap.gr)


17. ¿Acaso me he aprovechado de vosotros mediante alguno de los que os envié?


18. Rogué a Tito que viniese y envié con él al hermano. ¿Acaso se aprovechó de vosotros Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu? ¿No hemos seguido  las mismas pisadas?


19. ¿Pensáis aún que nos disculpamos ante vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; y todo, muy amados, para vuestra edificación.


20. Pues me temo que quizás, cuando llegue, no os halle tales como quiero, y vosotros no me halléis como queréis; tal haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes,


21. tal vez, que cuando vaya de nuevo, me humille Dios frente a vosotros y tenga que llorar por muchos de los que antes pecaron, y no se arrepentieron de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido.

 




CAPITULO 13  

1. Por tercera vez voy a vosotros; por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto.


2. He dicho antes, y ahora digo otra vez como si estuviera presente, y ahora ausente lo escribo a los que antes pecaron, y a todos los demás, que si voy otra vez, no seré indulgente;


3. pues buscáis una prueba de que habla Cristo en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros.


4. Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios cuando estemos entre vosotros.


5. Examinaos a vosotros mismos, si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no conocéis que Jesús Cristo está en vosotros? A menos que estéis reprobados.


6. Espero que entendaís que nosotros no estamos reprobados.


7. Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis, no para que no parezcamos nosotros reprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros parezcamos reprobados.


8. Porque no podemos hacer nada en contra de la verdad, sino sólo a favor de la verdad.


9. Por lo cual nos alegramos de que seamos nosotros débiles, y que vosotros estéis fuertes. Y esto deseamos, vuestro perfeccionamiento.


10. Por esto os escribo esto no estando entre vosotros, para no comportarme con severidad cuando esté presente, conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.



Epílogo

11. Entonces, hermanos, alegraos, progresad en el perfeccionamiento, consolaos los unos a los otros, tened el mismo espíritu, tened paz; y el Dios de la agapi y de la paz estará con vosotros. 


12. Saludaos entre vosotros unos a otros con beso santo. Os saludan todos los santos.


13. La gracia del Señor Jesús Cristo, la agapi de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.