Libro de Oraciones para Ocasiones Especiales: ENFERMEDADES INFECCIOSAS (EPIDEMIAS)

Libro de Oraciones para Ocasiones Especiales, por el padre Dionysios Tabakis Nauplio, Grecia.

Un libro de oraciones sobre las diversas circunstancias y dificultades de la vida diaria, especialmente el hombre moderno, tan angustiado por su alejamiento de los caminos de la fe. Basado en la tradición del Teoforo (Portador de Dios) Venerable Arsenio de Capadocia.
La emoción y la profunda impresión nacen en nuestras almas al ver la agapi (~amor) cristiano y el genuino interés paterno que el Santo de Dios Arsenio de Capadocia tenía por las personas que sufrían, ya fueran cristianos o musulmanes, o griegos o turcos, armenios o kurdos. Según el gérontas Paísio: "Es cierto que el Padre, por donde pasaba y le traían personas enfermas para que les leyera oraciones, nunca cuestionó si el enfermo era cristiano o turco, sino de qué enfermedad estaba sufriendo, para encontrar la oración correspondiente". (San Arsenio de Capadocia, Santo Hesicasterio de San Juan el Teólogo, en Souroti).

Para San Arsenio de Capadocia, cada problema de la gente era importante y respetado. Y debido a que había tantos problemas, él, como sacerdote, leía, para los casos que no estaban en la lista del Eucologio o libro de oraciones, Salmos en lugar de las oraciones para cada necesidad.
Teniendo esto en cuenta, el autor ha tratado de clasificar los Salmos de acuerdo con las diferentes circunstancias, así como las necesidades modernas y los problemas emergentes que enfrentamos en nuestra vida diaria: depresión, riesgos de pantalla, drogas, desempleo, epidemias, divorcio y muchos más. 
Guía en este camino de oración es, a través de las páginas del libro, el Salterio y el Evangelio, la riqueza himnográfica de la Iglesia y  la oración del corazón (Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador). Una ayuda espiritual útil para aquellos fieles, que en cada situación de su vida, desear dirigirse de la manera correcta a Dios . (Fragmentos del prólogo del libro).

Para quien lo desee, el libro se puede adquirir aquí.





ENFERMEDADES INFECCIOSAS (EPIDEMIAS), PARA CURACIÓN

+En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 
+Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal: ten piedad de nosotros. (3 veces) 
+Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
+Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados. Maestro, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias por tu Nombre.
+Señor, ten piedad. (3 veces) 
+Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén
+Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
+Por las oraciones de nuestros santos padres, oh Señor Jesucristo, Dios nuestro: ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.
+¡Oh! Theotokos y virgen, alegrate llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre las mujeres y bendito es el fruto de vientre, porque has dado a luz al Salvador de nuestras almas. (3 prostraciones)
+ Oh Bautista de Cristo, a todos nosotros recuérdanos,  para que seamos liberados de nuestras iniquidades, pues a ti te es dada la gracia de interceder por nosotros. (Apolitiquio -tono 5- San Juan Precursor y Bautisa)
+Tu vida piadosa bien vivida, como una vasija del Espíritu, honorable, brillabas, Arsenio inspirado por Dios. Dotado de la gracia de los milagros, rápidamente envías ayuda a todos. Suplica, Bendito Padre, a Cristo nuestro Dios, que nos conceda Su gran misericordia. (Apolitiquio -tono 3- San Arsenio de Capadocia)
Venid, adoremos y postrémonos ante Dios, nuestro Rey. Venid, adoremos y postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios. Venid, adoremos y postrémonos ante el mismo Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios. 

Salmo 35 (Septuaginta) 

1. El malvado habla para pecar dentro de sí, no hay temor de Dios delante de sus ojos. Porque simuló ante su propia faz, para no ver su maldad y aborrecerla. Las palabras de su boca son iniquidad y dolo, no quiso entender para obrar bien. En su lecho meditó iniquidad, se llegó a todo camino no bueno y la maldad no odió. 5. Señor, Tu misericordia está en el cielo y Tu verdad hasta las nubes y Tu justicia es cual los montes de Dios. Tus juicios son cual vasto abismo, hombres y bestias salvarás, oh Señor. ¡Cómo has multiplicado Tu misericordia, oh Dios! Los hijos de los hombres esperarán al abrigo de Tus alas, se embriagarán con la opulencia de Tu casa y con el torrente de Tus delicias los abrevarás. 10. Porque contigo está la fuente de vida, en Tu luz veremos la luz. Extiende Tu misericordia ante los que Te conocen y Tú justicia ante los rectos de corazón. Que no venga contra mí el pie de soberbia y la mano de pecadores no me mueva. Allí cayeron todos los que obran la iniquidad: expelidos fueron y no pudieron, no, tenerse.


Evangelio (Marcos 1, 40-45)

Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio. Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego, y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos. Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.


Komposkini (cordón de oración)

"Señor Jesucristo, ten piedad de mí" y "San Arsenio, intercede por nosotros"


Apolitiquio. Al Profeta Elías. 

El Angel encarnado y los Profetas se regocijan en el segundo predecesor de la venida de Cristo nuestro Dios, Elías, el glorioso, quien envió desde el cielo su gracia sobre Eliseo, que aleje nuestras enfermedades y que también sane a los leprosos, y que sobre todos aquellos que lo honran, derrame ríos de curaciones.


Apolitiquio. A los Santos Anárguiros (Inmercenarios)

Habeis recibido la gracia de la curación: da salud y fortaleza a los necesitados, oh médicos gloriosos y obradores de milagros. Cuidando de nosotros, someted a nuestros enemigos y curad al mundo a través de vuestros milagros.


Apolitiquio. San Panteleimon. 

Oh santo portador del trofeo y médico sanador Panteleimon, intercede ante Dios Misericordioso, que otorgue a nuestras almas el perdón de las transgresiones.


+Por las oraciones de nuestros santos padres, oh Señor Jesucristo, Dios nuestro: ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.



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