domingo, 4 de mayo de 2025

Domingo de las mujeres "miróforas". Evangelio y homilía.

† 4-5-2025. DOMINGO DE LAS MUJERES "MIRÓFORAS"

Evangelio del día: Según San Marcos 15, (43-47) 16, (1-8). Tono 2.



 
 
EVANGELIO DE MAITINES 4. (Lucas 24, 1-12). 


CAPITULO 24

Vers. 1-12. Las mujeres "Miroforas" en el sepulcro. El mensaje de los ángeles sobre la Resurrección del Señor. Pedro en el sepulcro.

1. Mas el primer día de la semana en lo profundo del alba, vinieron las mujeres al sepulcro trayendo los aromas que habían preparado. Junto con ellas vinieron algunas más.

2. Hallaron entonces la piedra que sellaba el monumento, rodada lejos de él.

3. Y cuando entraron al sepulcro, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús.

4. Y mientras estaban perplejas ante este acontecimiento, de repente se presentaron dos ángeles volviéndose ellas como hombres con vestimentas que brillaban como relámpagos.

5. Y estando ellas aterrorizadas e inclinando los rostros hacia la tierra por respeto y debido a que no aguantaban el brillo de los ángeles, éstos dijeron a ellas: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que ahora está ya vivo?

6. No está aquí, sino resucitó. Recordad cómo os habló, y qué os dijo cuando todavía estaba en Galilea,

7. diciendo que según el preestablecido plan de Dios, el hijo del hombre será entregado en manos de hombres pecadores, y será crucificado, y al tercer día a partir de su muerte, resucitará.
















8. Entonces las mujeres "miroforas" recordaron las palabras del Señor.

9. Y regresando del sepulcro, anunciaron todo esto a los once discípulos, y a todos los demás que estaban con los apóstoles.

10. Las mujeres que decían esto eran: María Magdalena, Juana y María la de Santiago y el resto que estaban con ellas.

11. Sin embargo estas palabras suyas les parecieron a los discípulos charloteo e invención de su imaginación. Y no las creyeron.

12. Pero a pesar de todo esto, Pedro se levantó y fue corriendo al monumento. E inclinándose ante la puerta, ve solamente los lienzos mortuorios bajo el sepulcro, sin el cuerpo. Entonces reresó a la casa donde vivía, lleno de duda y sorpresa por todo lo acontecido.










HECHOS DE LOS APÓSTOLES (6, 1-7).

CAPITULO 6.

Vers. 1-7. La elección de los siete diáconos.

En aquellos días, mientras aumentaba el número de fieles, los hebreos cristianos que eran de lugares extranjeros y que por ello hablaban la lengua griega, comenzaron a quejarse en contra de los hebreos cristianos autóctonos, que hablaban la lengua aramea. Estas quejas surgieron, porque las viudas de los hebreos cristianos que hablaban griego que no eran autóctonos eran desatendidas en el servicio diario de cuidado y distribución de alimentos y limosnas.

2. Entonces después de esto los doce apóstoles convocaron a la multitud de los discípulos que creían en Cristo y dijeron: No nos parece correcto que nosotros dejemos la predicación de la palabra de Dios, para servir en las mesas de las comidas.

3. Entonces examinad atentamente, hermanos, y elegid de entre vosotros mismos a siete varones, que tengan buen testimonio por todos y que estén llenos del Espíritu Santo y de juicio y prudencia. A éstos estableceremos para que realicen este servicio necesario.

4. Y nosotros nos dedicaremos exclusivamente a la oración y en el servicio de la predicación.










5. Esta propuesta de los apóstoles le pareció grata a toda la multitud de la Iglesia. Y eligieron a Esteban, varón lleno de fe en Cristo y de los carismas del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás de Antioquía, el cual había sido anteriormente idólatra, y antes de creer en Cristo había llegado al judaísmo.

6. A estos siete presentaron ante los apóstoles. Y los apóstoles, habiendo orado, pusieron sus manos sobre las cabezas de los siete, para que les fuese transmitida la gracia divina, la cual les era necesaria para la realización de su servicio.

7. De este modo la predicación del logos de Dios progresaba y se repartía. Y el número de los discípulos en Jerusalén se multiplicaba grandemente, y gran cantidad de los sacerdotes de los judíos recibían y admitían las verdades y se sometían a ellas.










EVANGELIO (Marcos 15, 43 - 16, 8)

CAP. 15. Vers. 42-47. José entierra al Redentor

43. vino José, que procedía de la ciudad de Arimatea, y era un respetado y oficial miembro del concilio de los judíos, el cual también había creído en la predicación de Jesús sobre el reino de Dios y esperaba este reino sin que su esperanza hubiese sido perturbada ante la muerte de Jesús; éste entonces se atrevió a presentarse ante Pilato y pedir el cuerpo de Jesús.

44. Pilato se quedó sorprendido y se preguntaba cómo podía haber muerto tan rápido Jesús. Y haciendo venir al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.

45. Y cuando se enteró por el centurión de que efectivamente murió Jesús, dio el cuerpo a José.

46. Y éste, habiendo comprado una sábana nueva y sin usar, y bajando a Jesús de la cruz, envolvió su cuerpo en la sábana y lo puso bajo un sepulcro, el cual estaba cavado en una peña; e hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del del sepulcro.

47. Mientras tanto María Magdalena y María de José observaban atentamente y con mucho interés dónde fue colocado el cuerpo de Jesús.


CAP. 16. Vers.1-8. Las "Mirroforas" en el sepulcro. Mensaje angelical sobre la resurrección del Señor.

1. Habiendo pasado el Sábado, María Magdalena y María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron la noche del Sábado aromas, para venir por la mañana al sepulcro y ungir el cuerpo de Jesús.

2. Y muy de mañana el primer día de la semana, vinieron al sepulcro cuando el sol comenzaba a dispersar la oscuridad matinal, a punto de aparecer el sol por el horizonte.













3. Y decían entre ellas: ¿Quién nos removerá la piedra lejos de la entrada del sepulcro?

4. Pero en cuanto volvieron sus ojos hacia allí, vieron removida la piedra lejos del sepulcro. Y habían dicho esto entre ellas, porque esta piedra era muy grande y no era fácil moverla.

5. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho del seplcro y estaba vestido con ropa blanca, y se llenaron de temor y sorpresa.


6. Mas él les dijo: No os asustéis, y no tengáis miedo. Sé a quién buscáis. Buscáis a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado. No está aquí. Mirad, está vacío el lugar en donde le pusieron.

7. Pero id y decid a sus discípulos, y particularmente a Pedro, que tiene necesidad de consolación y de comprobar que ha sido perdonado por su negación, que él va delante de vosotros a Galilea y que os espera allí. Allí le veréis, como os dijo antes de ser crucificado.

8. Y ellas entonces salieron y se fueron del sepulcro. Porque estaban llenas de terror y de asombro. No dijeron sin embargo nada a nadie, porque estaban atemorizadas.










HOMILÍA. DOMINGO DE LAS MUJERES "MIRROFORAS" (Mc. 16, 1-8).

Las "Mirroforas" en el Sepulcro. "Explosión de luz, alegría y triunfo"


HABÍA PASADO EL SÁBADO AQUEL EN QUE EL SEÑOR JESÚS CRISTO se encontraba dentro del Sepulcro. Y amaneciendo el siguiente, María Magdalena junto con María la madre de Jacabo (Santiago) y Salomé, se pusieron de camino hacia el Sepulcro para ungir el cuerpo muerto de su adorado Maestro con aromas y mirra.
Caminaban, mientras más allá en el horizonte había emepzado a desaparecer la profunda oscuridad y a extenderse la primera dulceza del amanecer.
Caminaban, y empezaron a preguntarse: ¿quién nos ayudará a mover la pesada piedra que cierra la entrada al monumento?. ¿Cómo podrían desplazar esta gran y pesada piedra estas pobres mujeres?
Pero no se echaron atrás. Avanzaban...
Hasta que en un determinado momento levantaron su mirada y... ¿¡ qué vieron!? La piedra estaba quitada. Abierto el sepulcro escarbado en la roca.
Entraron dentro, y otra sorpresa les esperaba.

La figura sobrenatural de un joven hermoso, lleno de luz y glorioso, con el rostro radiante, vestiduras blancas, dentro del sepulcro. ¡Un ángel!
Las mujeres, pasmadas del asombro, quedaron absortas.

- No temáis, se adelantó él. Sé que buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Mirad el sitio donde le pusieron.

Escuchaban ellas...

- Regresad. Corred a informar a los discípulos, junto con Pedro, que os espera en Galilea, como os dijo. Allí le váis a ver Resucitado.

Entonces las mujeres salieron fuera y apresuradas tomaron el camino de vuelta. Temblaban de la sorpresa, de la felicidad y de la emoción. Con alas en los pies y sin conversación entre ellas, se dirigían a llevar el mensaje a los alumnos melancólicos.













"Ha resucitado"


En esta explosión de luz, de alegría y de triunfo, vamos amigos míos a estar juntos con las mirroforas.
Todo ahí es nuevo, lleno de luz, alegría y gloria. El jardín vestido de primavera, el sepulcro renovado, dentro del cual nadie más había entrado excepto Cristo, el Angel joven y hermoso lleno de luz, el olor de la Resurrección de la vida, de la frescura y de la juventud. El mismo Señor Resucitado, el Sol que ilumina el universo y rellena todo de Su gloria.
Tu solo has de poner la voluntad, levantarte del sueño y del letargo, lavar tu rostro. Limpiar tu corazón. Correr con ganas la noche del Gran Sábado y del Domingo. Y todo lo demás, la sorpresa, el alivio, la renovación de tu vida, te lo regalará Él, el Resucitado.


Para eso ha resucitado. Para eliminar la melancolía, la niebla, las arrugas del alma, y para regalar la flor, la felicidad, la juventud.

Junto con Él todo lo nuevo, vivo e iluminado. Porque Él es el Sol que ha amanecido de dentro del sepulcro para regalar vida al universo.
A esta explosión de luz, de alegría y de triunfo, ven también tú, amigo mío, y yo, par encontrarnos con las Mirroforas.
Allí, en el Sepulcro abierto.


Κυριακή των Μυροφόρων - G.I.Kakoulidis



 

NOTAS:


* Del griego "Μυροφόρες", [Mirofóres], portadoras de mirra (del perfume elaborado con mirra)

Textos evangélicos de la Biblia LXX, breve interpretación P. Trempelas. Homilía del libro "Háblame, Cristo. Mensajes para jóvenes de los Evangelios de los Domingos" Archim. Apóstolos J. Tsoláki. Ed. Sotir. Traducido del griego al español por el equipo de La Ortodoxia es la Verdad.



 

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