domingo, 27 de julio de 2025

DOMINGO VII DE MATEO

”La curación de los dos ciegos” (Mt.9, 27-35).

Tono plagal del 2º. Evangelio de Maitines 7.

 

APOSTOLES. Epístola a los Romanos (15, 1-7)


Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. 3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. 4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. 5 Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, 6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.


7 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.

 

 


 



EVANGELIO. Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 27 -35 )


27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! 28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. 30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.


32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado. 33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. 34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios. 


35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.


 

 

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ1spdd8yorJNrBYrn4Xanai5YorWlz3V6UEamksw4rejv90M7cjtr2ewMEkmOA9PQ5H5RDaQS2U3mw8On2B9q0K81q-e9XsMlZ-JYN2cWNdl23G-fI9_mzJqVme2u8dv3IO7TYtbGMlM/s320/dyo_tyfloi_1+%25281%2529.jpg

 

 



HOMILIA. 

La curación de los dos ciegos. "Amor (cristiano) en oculto"



¡CUIDAD QUE NADIE SEPA EL MILAGRO QUE OS HE HECHO!

La alegre mirada del Señor Jesús cambió de repente. Su santo rostro
adoptó una epresión particularmente seria. Y con su mirada fijada en
los ojos de ellos y una particular elevación en el tono de su voz les
hizo esta severa advertencia: "Mirad que nadie lo sepa"
Se les había encontrado en su recorrido, mentras caminaba. Eran los
dos ciegos. Y en cuanto se enteraron de que por allí pasaría Jesús,
fueron tras él casi corriendo y cayéndose cada poco, y con fuerte voz
rogándole: " ¡Ten piedad de nosotros y cúranos glorioso descendiente
de David!". Seguían y voceaban.
¡Qué extraño, sin embargo! Cristo parecía no ateder a sus insistentes
ruegos.
Ellos voceaban y Cristo avanzaba. Y así pasó un tiempo, hasta que
llegó a una casa y entró dentro. Y junto a él los ciegos. Aquí ahora,
solo el Señor con los dos afligidos homres, que finalmente
consiguieron encontrarse con él, les pregunta:
- ¿Ceéis que puedo curaros?
- Sí, Señor, le responden ellos.

 

 

 

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGKohWHAaKsdEtDFkIRTpI_lI7se_TsOCTaCtsGIhPPH5A1B5Ywt-GLErYaVDlv-N1U_v46QY2LEs8ybzGALZwpZgVQ0-morbkfkFK-3BSCVJCNEv9cb8BvoXorNOpMiMWndMV5AXDMBc/s320/596.jpg

 




- Entonces, que sea según vuestra fe, les dice, mientras que al mismo
tiempo apoya sus dedos en sus ojos.

No hizo falta nada más. En ese mismo momento los ojos de los ciegos
se abrieron. Y entonces fue cuando el Señor les dijo aquellas palabras
severamente. Como si quisiera adelantarse a algo.... a lo que
finalmente no se adelantó, porque los dos anteriores ciegos, repletos
de agradecimiento por la obra buena obra que habían recibido, salieron
en aquel momento de la casa y contaron por toda la región el milagro
que les había hecho Cristo. Seguramente creyeron que la orden que
les hubo dado, se la dio por humildad, para que no se reconociese su
buena obra. Este sentimiento les llevó mucho más a anunciarle por
todas partes como milagroso y Mesías.

"Mirad que nadie lo sepa"

 
Ahora podemos entender algo más: por qué Cristo pareció no mostrar
interés por los insistentes ruegos de los dos ciegos en el camino. No
quería realizar el milagro delante de la multitud. Aunque otras veces
ya había hecho milagros delante de muchas personas, ahora quería
enseñar un majestuoso misterio: el amor y la predilección por pasar
desapercibido.

 

 

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq0VAKkQIdvh0TfwTBVnoBHjfZ9TbIbN3imGgY4Sy9LbhyphenhyphenuOT9xKU1BjrWYiKK_q0E2wjTUN7zSUF66wwp5-26a0B-BjIoetEfFRIR9pC-qi-e5-rugX3CXnp8hN0w5N9aW9Kvz32Otw0/s320/%25CE%259A%25CF%2585%25CF%2581.-%25CE%2596-%25CE%259C%25CE%25B1%25CF%2584%25CE%25B8%25CE%25B1%25CE%25AF%25CE%25BF%25CF%2585.jpg

 

 


Para un momento y observa que las cosas más preciosas y hermosas
en el mundo se encuentran normalmente ocultas. El fondo invisible del
universo, las piedras preciosas de la tierra, las hermosas perlas del
océano...cuanto más oculto está el tesoro, máyor valor tiene.
Lo mismo sucede en la vida espiritual. Cuanto mayor mérito (gracia)
tiene alguien, más quiere ocultarla. Los santos -lo más precioso
mantenido sobre la tierra - es lo más difícil de encontrar. No porque o
existan, sino porque no se notan. Nada llamativo exhiben en ellos los
santos; nada ruidoso. Todo simple, tranquilo, discreto.

Estas verdades el mundo actual no puede entenderlas ni admitirlas. Lo
que gobierna hoy en día en la sociedad es exactamente lo contrario: la
proyección, la exhibición, la publicidad. Todos los medios actuales de
tecnología están dedicadas al servicio de la publicidad: la televisión,
internet, el márketing actual. ¡Qué no hace el hombre actual para
formar su "perfil"!

 

 

 


 

Dentro de esta actual atmósfera de ciega vanagloria, amigo mío, estás
llamado a hacer una revolución invisible. Una revolución para que
cortes las ataduras con las cuales ata a sus exclavos, con la tiranía de
la apariencia.
Los cristianos o son personas privadas de cosas. Son inteligentes.
Conocen dónde buscar para encontrar la gloria verdadera. No en los
vanos halagos y lo smomentáneos aplausos de los hombres, sino en la
alabanza y la gloria que regala el único verdadero Dios.



Del libro "Háblame, Cristo. Mensajes para jóvenes de los Evangelios de los Domingos" Archim. Apóstolos J. Tsoláki. Ed.Sotir. Lecturas evangélicas: RVR1960

 

 

Homilías sobre el Evangelio de San Mateo de San Juan Crisóstomo (v. Homilía 32. pág. 441)

 

 

 


Translate