sábado, 11 de mayo de 2024

SABADO DE PASCUA

 Semana de Renovación (del gr. “Διακαινήσιμος Ἑβδομάς”), Semana Brillante (del ing. “Bright Week”), o Semana de Pascua o Pascual o es el nombre utilizado por la Iglesia Católica y Apostólica Ortodoxa* para el período de siete días que comienza en Pascua y continúa hasta (sin incluir) el domingo siguiente, que se conoce como Domingo de Tomás.



Reflexión para el Sábado de Pascua 

Por San Teófano el Recluso
 
Tenemos dos vidas, carnal y espiritual. Nuestro espíritu está como enterrado en nuestra carne. Una vez que comienza a salirse, cobrando vida por la gracia de Dios, de su entrelazamiento con la carne y a aparecer en su pureza espiritual, entonces resucitará, o se resucitará a sí mismo parte por parte. Cuando se arranca por completo de esta atadura, entonces sale como de una tumba, en una vida renovada. De esta manera el espíritu se vuelve separado, vivo y activo; mientras que la tumba de la carne está separada, muerta e inactiva, aunque ambos están en la misma persona. Este es el misterio de lo que dice el apóstol: "Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (II Cor. 3:17). Esta es la libertad de la corrupción, que rodea nuestro espíritu incorruptible; o de las pasiones, corrompiendo nuestra naturaleza. Este espíritu, entrando en la libertad de los hijos de Dios, es como una mariposa de hermosos colores, revoloteando lejos de su capullo. He aquí sus colores de arcoíris: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22). ¿Es posible que tal belleza de perfección no despierte en nosotros el deseo de emularla?


NOTA: 

* Utilizan la misma denominación otras incalculables ramificaciones existentes hoy en día, erróneamente autodenominadas “iglesias”, como las “católicas ortodoxas orientales”, las de “rito bizantino”, la “católica siro malabar” y “siro malankara”, la “greco-católica ucraniana y greco-católica rumana”, uniatas en general, y tantas otras sometidas a la gran ramera de Bablonia (v. Roma), con la cual "fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución" (Ap. 17,2), a la cual le queda cada vez menos tiempo para su caída y condena.

Sólo los bautizados en la Una y Santa Iglesia Católica y Apostólica Ortodoxa continúan la revelación realizada por Jesús Cristo a los apóstoles.
 
 
 
 

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