miércoles, 8 de mayo de 2024

MIERCOLES DE PASCUA

 Semana de Renovación (del gr. “Διακαινήσιμος Ἑβδομάς”), Semana Brillante (del ing. “Bright Week”), o Semana de Pascua o Pascual o es el nombre utilizado por la Iglesia Católica y Apostólica Ortodoxa* para el período de siete días que comienza en Pascua y continúa hasta (sin incluir) el domingo siguiente, que se conoce como Domingo de Tomás.



Reflexión para el Miércoles Brillante 

Por San Teófano el Recluso
 

El intelecto puede probar la verdad de la Resurrección a través de la razón basada en las Escrituras, y un no creyente no puede dejar de admitir el poder de sus argumentos, mientras el sentido de la verdad aún no esté muerto en él. Un creyente no necesita pruebas, porque la Iglesia de Dios está llena de la luz de la Resurrección. Ambos indicadores de la verdad son fieles y convincentes. Pero el contra-razonamiento puede brotar y contradecir la razón de la mente, y la fe puede ser pisoteada y sacudida por perplejidades y dudas, viniendo desde afuera y surgiendo desde adentro. 

 

 











¿No hay un muro invencible alrededor de la verdad de la Resurrección? Lo hay. Ocurrirá cuando el poder de la Resurrección, recibido ya en el bautismo, comience a revelarse activamente al purgar la corrupción del alma y del cuerpo, y establecer en ellos el comienzo de una nueva vida. El que experimente esto caminará a la luz de la Resurrección, y cualquiera que hable contra la verdad de la Resurrección le parecerá un loco, como una persona que dice durante el día que es de noche.



NOTA: 

* Utilizan la misma denominación otras incalculables ramificaciones existentes hoy en día, erróneamente autodenominadas “iglesias”, como las “católicas ortodoxas orientales”, las de “rito bizantino”, la “católica siro malabar” y “siro malankara”, la “greco-católica ucraniana y greco-católica rumana”, uniatas en general, y tantas otras sometidas a la gran ramera de Bablonia (v. Roma), con la cual "fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución" (Ap. 17,2), a la cual le queda cada vez menos tiempo para su caída y condena.

Sólo los bautizados en la Una y Santa Iglesia Católica y Apostólica Ortodoxa continúan la revelación realizada por Jesús Cristo a los apóstoles.