lunes, 4 de diciembre de 2023

San Juan el Taumaturgo, obispo de Polibotos (+princ. s. VIII)

Versos: 
"Ya no estás en tu diócesis terrenal Juan, pero siempre te deleitas en la visión de Aquel que lo supervisa todo".

Desde muy joven este santo odió los manjares y placeres del cuerpo. Así su vida estuvo aún más adornada de ayuno y prudencia. Por ello fue ordenado obispo de Poliboto, habiendo ascendido previamente los grados eclesiásticos, convirtiéndose en Lector, Subdiácono, Diácono y Presbítero. Por tanto, habiendo sido confiado con la protección del pueblo, el tres veces bendecido puesto ante sí mismo lucha sobre las luchas anteriores, y trabaja sobre labores.

Debido a a que León el Isauriano, cuando llegó a ser emperador en el año 716, se empeñó en blasfemar contra los santos iconos y rechazó su veneración, este sagrado Juan reprendió en voz alta su impiedad. Por lo tanto, enseñó y ayudó a su rebaño a comprender la fe verdadera y ortodoxa de la Iglesia de Cristo. Y comprobó que tanto en esta vida como después de la muerte, él mismo permaneció en esta fe.

Recibió de Dios tal poder milagroso, enmendó con correctivo divino a los Agarenos que habitaban alrededor de Amorium de Frigia, y los persuadió de que devolvieran a los cristianos que habían tomado como esclavos. Así, el Padre divino vivió una vida que agradable a Dios y partió al Señor.

Su honorables reliquias permanecieron incorruptas e íntegras  después de su muerte hasta el día de hoy. Los cristianos que están allí las levantan (exponen para veneración)  el día de Pentecostés. Y lo visten con sus vestiduras jerárquicas, mientras él se apoya en posición vertical junto al Santo Altar. Luego lo colocan en el asiento sagrado dentro del altar (synthronon), y durante la Divina Liturgia asisten dos sacerdotes.

En cuanto a los milagros realizados por el Santo todos los días después de su muerte, expulsa demonios de los poseídos y cura diversas enfermedades, las cuales son imposibles de narrar.






Otra versión de su vida:

San Juan vivió a finales del siglo VII y principios del VIII. De niño permaneció limpio y sin tacha durante toda su vida. También era templado, compasivo, benevolente y conocedor de las Sagradas Escrituras.

Así que al principio se convirtió en lector, luego en subdiácono, luego en diácono y luego en presbítero. En este oficio se distinguió por la predicación sistemática del logos divino y por la practicidad de sus discursos.

Más tarde, con la opinión común del pueblo y del clero, se convirtió en obispo de Polyvotos (antigua ciudad de Asia Menor en Frigia Saloutaria, cerca de Synnades. Sus ruinas se conservan en la actual Bulvadin, cerca de Afyon Kara Hisar). Desde esta posición, Juan era un pastor celoso y vigilante.

En el momento en que el rey León Isauro libró la guerra contra los iconos sagrados, el obispo Juan se distinguió por su sabiduría ortodoxa y su valentía, a pesar de los abusos que recibió de los órganos reales.

Cuando una vez en Amorion de Frigia los Agarines secuestraron a varios prisioneros de su rebaño, Juan no dudó en ir a su campamento y preguntar por los prisioneros.

Ellos no aceptaron, pero graves enfermedades comenzaron a caer en el campamento y luego con su oración Juan logró detener el mal y así los agarinos a cambio, liberaron el rebaño del obispo Juan.

El final de este digno Jerarca fue tranquilo y pacífico. Sus veneradas  reliquias se convirtieron en la causa de muchos milagros.




Fuentes consultadas: synaxarion.gr, saint.gr, diakonima.gr

“Yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”. (Isaías 56,7).