Por Spyro Symeon
En cada monasterio, cuando se construye, es costumbre en el patio interior del monasterio cerca del katholikon colocar el llamado ciprés fundador, símbolo de la eternidad y la longevidad, pero también un memorial del fundador del monasterio.
Lo mismo sucedió en el Monasterio de San Hieroteos en Derveni de Mégara. Junto al katholikon del monasterio cerca de la tumba de San Hieroteos había un enorme ciprés, el llamado "ktitoriko".
Allí, en el siglo XV, los entonces veinte monjes habitantes se acercaron con un icono de la Panayía o Santísima Madre de Diios y Siempre Virgen María con la última esperanza de salvarse cuando los piratas habían rodeado el monasterio y empezado a escalar sus murallas.
En efecto, como un milagro que luego lo atribuyeron a la Panayía, a la que tenían a su lado y suplicaban fervientemente desde dentro de las ramas del ciprés, no los encontraron. Los piratas corrían de aquí a allí por todo el monasterio para saquearlo, pero también para masacrarlo para que no quedara nada como evidencia de su vandalismo.
Mientras buscaban adquirir todo lo que fuera útil del monasterio, y aunque habían escuchado las voces de los monjes antes de invadir el monasterio, no pudieron encontrarlos, ya que las oraciones de los monjes a la Santísima Theotokos fueron escuchadas y con su mano cubrió todo el ciprés bajo su protección.
En este punto, tras este milagro, los monjes construyeron un pequeño santuario donde en su cúpula pintaron la Panayía, a la que llamaron Kyparissiotissa en recuerdo de su milagro, mientras que junto a ella representaron al santo patrón del monasterio, San Hieroteos y su discípulo San Dionisio el Areopagita en postura de oración.
Este santuario recordaba a los monjes el evento milagroso que vivieron, siendo un recordatorio de este evento pero también para recordar a cada persona que pasa frente a él que nuestra esperanza siempre debe ser nuestra Panayía, nuestra Madre, la Madre del Salvador y Redentor del género humano, Cristo.
Este milagro es especialmente honrado en el Monasterio el 27 de octubre donde se rinde culto y todo tipo de honores religiosos a la Panayía Kyparissiótissa.
En los últimos años el monasterio se ha transformado en convento y hoy tiene una hermandad muy hospitalaria con la primera abadesa Isidora Agierotheitissa, quien es conocida por el carisma que le dio la Panayía de ser himnógrafa.
Fuentes consultadas: johnsanidopoulos.com, gr.pravoslavie.ru, romfea.gr