sábado, 26 de octubre de 2024

Santos mártires Luciano y Marciano

Los Santos Mártires Luciano y Marciano, viviendo en las tinieblas de la idolatría, se aplicaron al vano estudio de las artes negras; pero se convirtieron a la fe de Cristo al encontrar que sus encantos perdían su poder sobre una virgen cristiana, y los espíritus malignos eran derrotados por la señal de la cruz.


Sus ojos se abrieron así, quemaron sus libros mágicos en medio de la ciudad de Nicomedia y, cuando hubieron borrado sus crímenes por el bautismo, distribuyeron sus posesiones entre los pobres, y se retiraron juntos a la soledad, que al ejercitarse en mortificación y oración, podrían someter sus pasiones y fortalecer en sus almas en la gracia que acababan de recibir, y que no podían exponerse con seguridad a peligros, y ocasiones de tentaciones en el mundo hasta que fue cercado por hábitos arraigados de todas las virtudes, y ascética ejercicios.

Después de un tiempo considerable en silencio, hicieron frecuentes excursiones al extranjero para predicar a Cristo a los gentiles, y ganar almas para el reino de su amor.

Con los edictos de Decio que se publicaron en Bitinia en 250 contra los cristianos, fueron detenidos y llevados ante el procónsul Sabino, quien le preguntó a Luciano con qué autoridad presumía predicar a Jesucristo.

 





«Todo ser humano está autorizado a tratar de apartar del error a sus hermanos». También Marciano se glorió en el poder de Jesucristo. Cuando el juez los condenó a la tortura, los mártires le hicieron notar que, en la época en que adoraban a los ídolos y practicaban la magia abiertamente, no habían incurrido en ningún castigo, en cambio ahora que eran buenos ciudadanos se los condenaba a la tortura. Sabino los amenazó entonces con nuevos tormentos. Marciano replicó: «Estamos prontos a sufrirlos, pero de ningún modo abjuraremos del verdadero Dios, pues con ello mereceríamos ser enviados al fuego que no se extingue». Entonces, Sabino los condenó a perecer quemados en vida. Los mártires se dirigieron con gran gozo al sitio de la ejecución, y cantando himnos alabanza y de agradecimiento a Dios, expiraron en medio de las llamas.

Así sufrieron en Nicomedia en 250 y ganaron las coronas de martirio.




Durante el siglo XIV la veneración de los santos mártires Santos Luciano y Marciano recibió un impulso considerable en Vic de Barcelona. 

Este sarcófago (representado arriba) contenía sus reliquias, que eran veneradas en la antigua ermita de Sant Sadurní (luego absorbida por la iglesia de La Pietat). El frente contiene la representación de tres episodios de sus vidas. Así, la primera escena (izquierda) nos presenta a Luciano y Marciano usando las artes diabólicas para tentar, insistente e infructuosamente, a una doncella pura y casta. La segunda escena (centro) muestra el momento en que Luciano y Marciano, ahora convertidos al cristianismo, son conducidos ante el pretor Sabinus, por quien son 

interrogados y condenados. En la tercera escena (derecha) vemos la escena de su martirio, en la que encontramos un retrato temprano de la fórmula iconográfica que eventualmente se impondría en la representación de los santos mártires: atados a una columna rodeada de llamas.



Fuentes consultadas: daimonologia.org, Vidas de Santos de A.Butler, es.wikipedia.org

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