"Con seis compañeros atletas que eran amigos de la verdad, Cesario fue decapitado por los amigos de la mentira".
Estos santos fueron aprehendidos en la ciudad de Damasco, y luego de ser castigados con diversas torturas para hacerles negar a Cristo, permanecieron firmes e incapaces de ser persuadidos, por lo que fueron decapitados. De esta manera los bienaventurados recibieron coronas de martirio.