Ella era una sacerdotisa persa del Templo de Artemisa, que tenía una hermana que era cristiana. Después de ver a un ángel de Dios en un sueño, quien le mostró y le enseñó los Misterios cristianos, se despertó asustada y narró lo que le sucedió a su hermana. Después se dirigió con su hermana al obispo, por quien fue bautizada.
Cuando los griegos* se enteraron de esto, se enfurecieron y fue apedreada hasta la muerte, mientras que la bendita todavía vestía las ropas brillantes del Santo Bautismo.
Después de esto, fue arrojada a un pozo profundo, del cual los cristianos recuperaron su santa reliquia.
Entonces el obispo fue al rey de los persas y recibió de él la autoridad para demoler el templo de Artemisa, con el fin de construir una iglesia dedicada a la santa mártir Mamelchtha. Al hacer esto, atesoró dentro de la iglesia recién construida su honorable reliquia.
NOTA:
* San Nicodemo del Monte Athos cuando habla de griegos en su Sinaxario de los doce meses del año, se refiere a paganos o idólatras. El mismo significado tiene en el Nuevo Testamento.
Fuentes consultadas: Johnsanidopoulos.com, saint.gr