El día veinte, Hilarión sometió poderosamente su destino a la espada.
San Hilarión nació de los piadosos cristianos ortodoxos, Francisco y Katerine, en la ciudad de Heraklion en Creta, y tuvo cuatro hermanos: dos hermanos llamados Polyzoes y Yiorgos, y dos hermanas cuyos nombres no conocemos. El nombre de nacimiento de Hilarión era Ioannis.
Cuando era joven, Ioannis se fue a vivir con su tío a Constantinopla, con el entendimiento de que su tío se ocuparía de su educación profesional. Pero aunque Ioannis vivió con su tío durante diez años, su tío descuidó por completo su educación. En cambio, Ioannis tomó un trabajo como empleado de un comerciante.
Un día, el comerciante se fue a su tierra natal en la isla de Quíos y dejó a Ioannis con otro empleado cristiano a cargo del negocio. Sin embargo, desafortunadamente para Ioannis, el comerciante nunca hizo un inventario.
A su regreso, el comerciante pensó que había sido engañado, alegando que el dinero recaudado durante su ausencia no equivalía al precio de los bienes vendidos. A los empleados les faltaban treinta "grosia" (moneda turca de entonces), pero debido a que el otro empleado había estado con el comerciante durante muchos años, fue Ioannis quien fue acusado de tomar el dinero. Además, fue amenazado de que si no devolvía el dinero, habría consecuencias nefastas.
Aunque Ioannhs era inocente de lo que le acusaba su empleador, corrió hacia su tío para buscar su ayuda. Pero su tío se negó a verlo. Decepcionado y desesperado, fue al palacio del sultán para buscar ayuda de la madre del sultán. Allí se encontró con un eunuco etíope, Mertzan Aga, que estaba a cargo de esa parte del palacio. Ioannis lo conocía y se sentía cómodo contándole su historia y le pidió consejo sobre lo que debía hacer. El aga (agareno, musulmán) etíope aconsejó a Juan que se hiciera musulmán y, por lo tanto, se volviera inmune a cualquier castigo. Ioannis aceptó esta propuesta.
Ioannis fue circuncidado de inmediato, se le dio nueva ropa musulmana, recibió regalos y se le asignó un "hodja" para instruirlo sobre los principios de la fe islámica. Pero después de tres días, Juan se dio cuenta de la enormidad de su pecado al abandonar su fe en Cristo y buscó una oportunidad para escapar de su situación. Doce días después logró escapar del palacio y abordó un barco para Crimea, donde permaneció durante diez meses.
Santo nuevo mártir Hilarión el nuevo de Creta. 20 Sept.
Mientras estaba en Crimea, Ioannis sintió mucho remordimiento por su apostasía, y comprendió que la única forma de pagar su pecado era confesar su fe donde la negaba y morir como mártir. Por lo tanto, regresó a Constantinopla y consultó con un conocido padre espiritual llamado Padre Simeón y un asceta llamado Jeremías. Aconsejaron a Ioannis que fuera al monte Athos y entrara en el monasterio de Iviron. Ioannis obedeció su consejo.
Mientras estaba en el monasterio de Iviron, los padres lo enviaron al Skete de Santa Ana para colocarlo bajo la dirección espiritual del yérontas Besarion, quien un año antes acompañó a San Lucas el Neomártir (23 de marzo) a Mitilene, donde enfrentó el martirio. Después de someterse a un estricto ascetismo y ayuno, Ioannis fue tonsurado como monje y tomó el nombre de Hilarión. Poco después, Hilarión le dijo a su anciano que estaba listo para regresar a Constantinopla y confesar a Cristo. El yérontas Besarion le dio su bendición, le dio de comulgar y lo acompañó a Constantinopla.
Cuando Hilarión llegó a Constantinopla, se presentó en el palacio donde se convirtió al Islam. Allí le dijo al aga etíope responsable de su apostasía que había regresado a la luz de la verdad y ahora anatematizaba el Islam. Dicho esto, Hilarión se quitó el turbante musulmán, lo tiró al suelo y se puso la gorra monástica que tenía debajo del abrigo. Esto enfureció al aga e hizo que golpeara a Hilarión y lo torturara sin piedad, hasta el punto en que sus huesos se hicieron visibles. Al ver que Ioannis permanecía firme en su fe en Cristo, el Santo fue condenado a la decapitación, por lo que recibió dos coronas, una por ascetismo y otra por martirio, el 20 de septiembre de 1804.
Después de la decapitación del Santo Mártir, el yérontas Besarion con otros cristianos le dio un entierro cristiano y tomó parte de su sangre como reliquia. Un día, Besarion fue invitado a un hogar cristiano y llevaron a los niños ante él para recibir su bendición. Una de ellas, una niña de unos ocho años, estaba poseída por un demonio escondido y mostraba signos de su posesión. Se oscureció, hizo varios movimientos físicos y cayó como si estuviera muerta. El Anciano sacó un poco de la sangre de San Hilarión para ungir a la niña, pero antes de que él siquiera la tocara, el demonio se fue y la niña se levantó y volvió a la normalidad. Una parte de las reliquias del santo se puede encontrar hoy en el monasterio de Kykkos en Chipre.
Apolytikion en el cuarto tono
Con vida ascética sometiste al adversario, con luchas glorificaste divinamente a Cristo dador de vida, por eso Venerable Mártir Hilarión, te rogamos que ores a Dios por aquellos que te honran, , por su perdón y sanación de cuerpo y alma.
Kontakion en el tercer tono
Con lágrimas de arrepentimiento fuiste reconciliado con el Señor. En la arena del martirio derrotaste al que te hirió. Se distinguió plenamente por los dolores de la abstinencia y valientemente aceptó el martirio por Cristo. Y por esto, Hilarión, eras digno de pura gloria.
Megalynarion
Alégrate, divina descendencia de Heraklion, participante de Venerables Mártires. Resplandeciste en ascetismo y lucha, y aceptaste la corona incorruptible del Señor.
