Versos:
A Crónides, Leoncio y Serapión: "El mar y la tumba eran una competencia para Serapion, Crónides y Leoncio".
A Gordiano y Seleuco: "Las bestias enfurecidas dieron, a Gordiano y Seleuco a las bestias".
A Macrobius: "Lo que Macrobio deseaba durante mucho tiempo en su vida, acortó su vida por los dientes de las bestias".
A Valeriano: "Por el anhelo de los mártires, Valeriano murió, en nombre de los mártires en su tumba".
A Estrato: "El Mártir Estrato está atado a dos cedros, su cuerpo se muestra en dos partes".
A Luciano y Zótico: "Luciano y Zótico fueron coronados por su eros, la espada haciendo y coronando su eros".
Hacia Elías: "Antes de que Elías pasara por esta triste vida, ahora Elías el mártir muere de alegría por la espada".
El trece de este mes [septiembre], conmemoramos a los santos mártires Crónides, Leoncio y Serapión de Alejandría, Seleuco de Galacia, Estrato de Bitinia, Elías, Zótico, Luciano, Valeriano, Macrobio y Gordiano. *
De estos santos, Leoncio y Serapión se convirtieron en discípulos de Crónides, quien brilló enormemente en el oficio de diácono en la ciudad de Alejandría. Debido a que aprendieron la piedad de él, los incrédulos se apoderaron de ellos junto con su maestro Crónides. Después de ser muy examinados y sufrir diversas torturas, finalmente fueron atados de manos y pies y arrojados al mar, y así completaron su martirio. Los ángeles llevaron sus honorables reliquias a la costa y, mediante visiones a los cristianos, les indicaron que las enterraran.
Seleuco, Gordiano el Capadocio y Macrobio el Paflogoniano, después de sufrir diversas torturas en la región de Galacia, que incluyeron fuego y las articulaciones de sus cuerpos torcidas fuera de lugar, finalmente fueron arrojados como alimento a las fieras. De esta manera entregaron sus almas en manos de Cristo. Su amigo Valeriano, que era como un alma con ellos, lamentó y lloró sobre las tumbas de sus amados mártires, y en su anhelo por ellos se fue al Señor.
El maravilloso Straton de Bitinia fue apresado por el gobernador allí, y después de ser atormentado con diversas torturas, le ataron las manos a las ramas de dos cedros, que se doblaron a la fuerza el uno hacia el otro. Al dejar que los árboles volvieran a su posición natural, el Santo se dividió en dos, y así entregó su alma en manos de Dios.
Zoticus, Elías y Lucian, en la ciudad de Tomi ** por orden del gobernador Máximo, primero sufrieron diversas torturas y luego fueron decapitados.
Todos los mártires mencionados recibieron un final mártir durante el reinado del tirano Licinio, en el año 315.
NOTAS:
* Las fuentes de estos santos están muy confusas en cuanto a cuándo sufrieron el martirio y cómo se relacionaron entre sí. El relato aquí es del Sinaxario de Constantinopla, que los ubica a todos durante el reinado de Licinio.
** Constanza de hoy en Rumanía.
Fuentes consultadas: mystagogyresourcecenter.com, el.wikipedia.org