Finalmente, uno de los grandes Padres y Maestros ortodoxos que vivieron en el siglo XIX fue glorificado como santo, Filaret (Humilevsky), arzobispo de Chernihiv (cuya fiesta será el 22 de agosto).
San Filaret pertenecía al "grupo de los tres Santos Filaret" de esa época, que incluía a San Filaret Metropolitano de Kiev y San Filaret Metropolitano de Moscú.
Nacido como Dmitry Hrihorievich Humilevsky en 1805 como hijo de un sacerdote, recibió su apellido (en realidad, su apellido real era “Konobeiv”) en el seminario como un juego de la palabra “humildad” debido a su baja estatura y carácter humilde. Habiendo completado sus estudios de seminario con las más altas aclamaciones académicas posibles, fue tonsurado monje como “Filaret” y fue nombrado profesor de Teología e Historia. Como leía mucho, podía enseñar numerosos temas teológicos y seculares y no solo era un historiador consumado sino también un arqueólogo.
Fundó la revista académica Los escritos de los santos padres: traducidos de las lenguas antiguas. En 1841 fue consagrado obispo de Riga en Letonia.
Mientras estuvo en los países bálticos, simpatizó con el deseo de los letones y estonios de tener literatura espiritual a su disposición en sus propios idiomas nacionales. Filaret, el erudito, regresó a su estudio y pronto dominó esos idiomas él mismo. También esperaba que los sacerdotes ortodoxos que trabajaban en Letonia y Estonia dominaran los tres idiomas bálticos y comenzaran a traducir y publicar literatura religiosa para su rebaño báltico.
En 1848, San Filaret fue trasladado a Kharkiv en Ucrania y en 1857 fue consagrado como arzobispo y asignado a Chernihiv, donde continuó mejorando la educación teológica y cultural y el desarrollo de su rebaño.
Fue en Chernihiv donde el Santo Jerarca Filaret produjo su Teología dogmática ortodoxa y su Historia de la Iglesia de Rus, así como un volumen sobre literatura.
San Filaret, gran practicante de la Oración de Jesús y lector de la Sagrada Escritura, fue un asceta en las mejores tradiciones de la espiritualidad patrística ortodoxa. Su gran devoción por el estudio le valió el respeto de los eruditos religiosos y seculares de su época. Y llegó con su nuevo apellido con bastante naturalidad.
Su espiritualidad y humildad profundamente conmovedoras se pueden ver en sus ojos en las imágenes de él que existen. Cubierto con las túnicas de su alta oficina arzobispal con cruces y panaghias (icono de la Madre de Dios recubierto de piedras preciosas) colgando de sus hombros con muchos libros y papeles en sus manos, la piedad "desgarradora" de San Filaret causó una gran impresión espiritual en su rebaño en toda Europa del Este.
No es de extrañar que decenas de miles se alinearan en las calles y caminos para presentar sus últimos respetos a su gran pastor durante su funeral y comenzar su veneración local que ha continuado hasta el día de hoy, culminando con su Glorificación formal como nuevo Jerarca-Santo de nuestra Iglesia el 25 octubre del año de 2009.
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Fuentes consultadas: johnsanidopoulos.com, en.wikipedia.org.
