Esta Santa es la única figura femenina local canonizada, aunque desconocemos sus orígenes. Es muy importante que a pesar de la falta de datos históricos, la memoria de la Santa se mantenga en la conciencia de la gente, y su veneración ha sido ininterrumpida a través de los siglos.
A pesar de ello, la incertidumbre sobre el origen etimológico de su nombre ha llevado a cuestionar la existencia histórica de la Santa, que finalmente se confirmó en 1972/73 con la publicación de un manuscrito del siglo XV (Códice parisino n.° 1362) con versos escritos en su honor.
Iakovos Zarraftis cita evidencias de que en el año 1018 un ermitaño construyó un monasterio junto a la Iglesia de Santa Melo, y allí vivió y curó a muchos fieles indicándoles las aguas terapéuticas. De hecho, las ruinas de la celda de este asceta se encuentran a unos 50 metros por encima de la capilla, al sur.
Los arqueólogos extranjeros que visitaron la iglesia en el año 1933, expresaron la opinión de que se remonta a los primeros tiempos cristianos.
La poca información que tenemos sobre la vida de la Santo proviene de los himnos compuestos por el Metropolitano Metrophanis. Según un estudio del profesor Zacharias Tsirpanlis, su autor poseía el trono jerárquico de la Metrópoli de Rodas, en el período de la ocupación de los Caballeros en el Dodecaneso, y tenía bajo su responsabilidad pastoral a Cos, ya que los caballeros no permitían la ordenación de prelados en las otras islas. La reciente tesis del metropolitano Nathaniel de Cos y Nisyros, que publicó la inscripción de esta iglesia, confirma estos hallazgos y da la fecha "1483 del mes de julio".
De los versos del Metropolitano Metrophanis vemos que antes de su salida del mundo, para emprender la vida de ascetismo, la Santa distribuyó sus pertenencias a todos los necesitados. Inmediatamente después se fue a un lugar montañoso donde, careciendo incluso de las necesidades de la vida, se dedicó al ascetismo. En condiciones de frío a causa de la altitud, logró dominar su cuerpo y las pasiones. Al elegir aislarse en las escarpadas montañas de Vourrina, el Metropolitano Metrophanis la compara con un pelícano solitario, que se aísla de los demás para poder comunicarse con Dios.
Interesante es su observación de que dado que, por su gran humildad, dormía entre las rocas, el lugar se convirtió en un lugar de peregrinaje para los peregrinos que les llevó a construir una iglesia ("santuario") a la Santa. Este comentario se adapta al terreno de la zona donde se construyó la capilla. En el lado sur hay una roca, sobre la que se monta el muro sur de la iglesia. Esta roca se identifica con su vivienda, así como con el lugar donde falleció y fue enterrada. En la capilla se conservan frescos.
La Santa se aparece a menudo a la gente de Cos, cerca de su iglesia, entre rosas, lo que indica su sensibilidad y pureza. La presencia de Santa Melo es una bendición especial para la isla y su nombre se da cada vez más a los niños y su veneración es cada vez más conocida.
La Santa Metrópoli de Cos y Nisyros designó que la memoria de la Santa se celebrará cada año en el primer sábado de julio.
Apolytikion tono plagal del 1º
La doncella que amó el desierto, honremos con himnos, Venerable Melo, la jactancia de Cos, tu sufrimiento te hizo brillante, y recibiste la gracia de arriba; Tú haces brillar la Iglesia de Cristo, y para los fieles que se acercan a ti, con las fragantes curaciones que derramas, suplica la paz de todos y la gran misericordia.
Fuentes consultadas: saint.gr, johnsanidopoulos.com
