El 17 de mayo la Iglesia de Jerusalén conmemora como una Sinaxis (congregación para la conmemoración en un lugar concreto) litúrgica en la Iglesia de la Resurrección, o Santo Sepulcro, la terrible catástrofe que sobrevino a la Ciudad Santa de Jerusalén a manos de los persas en el año 614.
Es decir, su caída e incendio. En esta fiesta se cantó un servicio especial, del que han sobrevivido Sticheras (versículos cantados) y un Canon hasta la séptima Oda. Los detalles sobre la captura de Jerusalén por los persas se registraron en el relato de un testigo ocular del monje llamado Eustratios, también conocido como Antíoco Strategos, un monje del monasterio de San Sabas que sobrevivió a la masacre que tuvo lugar el 16 de mayo del año 614 al haber huido de Jerusalén. Aunque lo escribió en griego, solo sobreviven las traducciones al árabe y al georgiano.
El ataque persa de su rey Shah Khosrau II contra Jerusalén comenzó el 15 de abril. Los enemigos invadieron la ciudad, como fieras en busca de presas. Se destruyeron los muros utilizando ballestas.
Según Antíoco, poco después de que el ejército persa entrara en Jerusalén, tuvo lugar un "saqueo y sacrilegio sin precedentes". En sus palabras, "iglesia tras iglesia fue incendiada junto con los innumerables artefactos cristianos, que fueron robados o dañados por el incendio provocado". Los cristianos se refugiaron en lugares como cuevas, acequias e iglesias para salvar sus vidas. Los conquistadores no mostraron piedad. No se respetó a hombres, mujeres, niños, bebés, jóvenes, ancianos, monjes, ni a clérigos. Antíoco Strategos afirmó además que los cristianos cautivos se reunieron cerca del embalse de Mamilla y 20.000 judíos se ofrecieron a ayudarlos a escapar de la muerte si "se convertían en judíos y negaban a Cristo". Los cristianos cautivos se negaron, y los judíos, enojados, compraron a los cristianos de los persas y los masacraron en el acto.
Antíoco escribió:
"Entonces los judíos ... como antaño compraron al Señor de los judíos con plata, entonces compraron cristianos cautivos; porque dieron plata a los persas, y compraron a un cristiano y lo mataron como a un cordero".
Algunas versiones de los manuscritos de Antíoco registran un número total de muertos cristianos de hasta 66.509. Otras copias informan aproximadamente la mitad de este número. El mayor número se encontró en Mamilla con 24.518 cadáveres; muchos más de los que se encontraron en cualquier otro lugar de la ciudad. Otras copias de los manuscritos de Strategos informan que se encontraron menos cadáveres en Mamilla, 4.518 o 4.618 cadáveres.
Luego, el Patriarca de Jerusalén y la Santa Cruz fueron trasladados a Persia. Pero con la partida de Cosroes I, parece que el yugo persa no siguió siendo cruel, porque el obispo Modestos, que reemplazó temporalmente al Patriarca, logró construir incluso innecesariamente la Iglesia de la Anastasis y otras iglesias.
Fuentes consultadas: synaxarion.gr, johnsanidopoulos.com, saint.gr