San Beato de Liébana (c.798)

Hacia fines del siglo VIII gobernó la diócesis de Toledo el obispo Elipando, quien había caído bajo la influencia del sutil resurgimiento de la herejía nestoriana, que sostenía que Cristo era sólo Hijo adoptivo de Dios Padre. 

Elipando propagó mucho esta doctrina, predicándola abiertamente. Pero Dios mandó un nuevo David contra aquel Goliat, en la persona de un sacerdote llamado Beato, monje del convento asturiano de Liébana. Al enterarse de los errores de Elipando, Beato determinó contrarrestar el mal que hacía el obispo y le combatió de palabra y por escrito. En esta tarea le ayudó Eterio, quien fue más tarde obispo de Osma de Cataluña. Los defensores de la fe tuvieron gran éxito y atrajeron a la ortodoxia a grandes multitudes. Esto llegó pronto a oídos del obispo, quien montó en cólera y escribió una violenta carta al abad Fidel, dignatario de gran importancia en Asturias. 

 

 

 

 

 

Fuente

 

 

 

 

 

En dicha carta acusaba a Beato de no ser más que un campesino errante (y otras cosas peores), que osaba oponerse al arzobispo de Toledo y a la misma Iglesia. Euterio, según él, era un jovenzuelo que se había dejado engañar por la vana elocuencia de Beato. El arzobispo daba orden de hacer caer a Beato en la cuenta de sus errores y de castigarle, si no se corregía. El abad mostró la carta a Beato, quien para responder, escribió un libro con Eterio, en el que ambos se esforzaron por exponer, sin gran claridad, la doctrina ortodoxa. Alcuino, que había ejercido cierta influencia sobre Beato, dijo de él que era "un erudito de vida tan santa como su nombre".

 

 

 

 

 

 

San Beato fue un monje del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, (inicialmente llamado de San San Martín de Turieno), en la comarca de Liébana, Cantabria, España. Actualmente residen en él monjes franciscanos.

 

 

 

 

Diez años antes de publicar el "Liber adversus Elipandum", en 776, San Beato había escrito un Comentario sobre el Apocalipsis, del que se conservan varios manuscritos de gran interés artístico. Es probable que San Beato haya sido también el autor de algunos himnos de la liturgia mozárabe. Nuestro santo ha sido confundido con el San Beato que fue sepultado en Valcavado. El monasterio en que vivió en Liébana, cerca de Santander, fue probablemente el de San Martín, que más tarde se llamó de Santo Toribio.

Fuentes consultadas: Vidas de los Santos de A. Butler. Vol. 1.

 

 

 

Los manuscritos de Beato

Los manuscritos de Beato es el nombre que recibe una serie de códices datados en los siglos X, XI y XII, que incluyen los comentarios al Apocalipsis de Beato, monje que vivió en Liébana (Asturias) en la segunda mitad del siglo VIII. Luego se añadieron otros textos a estos comentarios sobre el Apocalipsis, considerado un modelo de ortodoxia cristiana. Estos incluyen, en particular, los Comentarios de San Jerónimo sobre el Libro de Daniel y un extracto de 'La Ciudad de Dios' de San Agustín sobre el Anticristo y sus nombres. Este conjunto de obras doctrinales adquirió una gran trascendencia entre el siglo X y principios del XII, tiempo durante el cual se realizaron doce ejemplares en España y dos en el extranjero. 

 

 

 

Los cuatro jinetes en un ejemplar de 1047 de los Comentarios al Apocalipsis

 

 

 

La tradición se renovó en la segunda mitad del siglo XII, a raíz de lo cual se produjeron nueve ejemplares más. A este conjunto de 23 ejemplares conservados se pueden sumar muchos otros códices que se sabe que existieron, lo que convierte a este en un auténtico 'best-seller' medieval, que cobró su impulso inicial por la proximidad del año 1000 y el temor de que el mundo fuera a punto de llegar a su fin. 

 

 

 

 

 

 

 

El Códice de Fernando I y Sancha, que se conserva en la Biblioteca Nacional de España, es el único que parece -dada la riqueza de su decoración- no copiado para un monasterio sino para estos Reyes en particular, cuyos nombres y retratos aparecen en diferentes partes del libro. 

Fuente consultada.  Ver también Comentario al Apocalipsis de San Beato de Liébana