Hay dos fuentes distintas para la vida de san Nicasio, una que sitúa su muerte en el año 407 con la invasión de los vándalos, y la otra en el año 451 con la invasión de los hunos.
Vándalos
Fuentes que sitúan su muerte en 407 le atribuyen el mérito de haber profetizado la invasión de Francia por los vándalos. Notificó a su gente de esta visión y les dijo que se prepararan. Cuando se le preguntó si la gente debería luchar o no, Nicasio respondió: "Permanezcamos en la misericordia de Dios y oremos por nuestros enemigos. Estoy dispuesto a entregarme por mi gente". Más tarde, cuando los bárbaros estaban a las puertas de la ciudad, decidió intentar frenarlos para que la mayoría de su gente pudiera escapar. Fue asesinado por los vándalos en su iglesia. Fue asesinado con Jucundus, su lector, Florentius, su diácono y Eutropia, su hermana virgen.
Después del asesinato de Nicasio y sus colegas, se dice que los vándalos se alejaron asustados de la zona, según algunas fuentes, incluso dejando el tesoro que ya habían reunido.
Los relatos de su martirio lo acreditan por estar entre los cefalóforos ("portadores de cabezas") como San Denís de París. Se dice que Nicasio estaba recitando el Salmo 119: 5, luego fue decapitado cuando llegó al verso "Mi alma está unida al polvo" y luego continuó recitando "Avívame, Señor, con tus palabras" incluso después de que su cabeza cayera al suelo. A veces se le representaba en el arte caminando con la cabeza y la mitra en la mano.
Hunos
Las fuentes que sitúan su muerte en el 451 registran actos similares pero relacionados con los hunos más que con los vándalos. Estas fuentes, pero no las relativas a los Vándalos, relatan además que Nicasio sobrevivió a un brote de viruela, lo que sugiere que este legado suyo puede haber sido una invención posterior. Sin embargo, la supuesta duda de esta afirmación se ha hecho más creíble gracias a investigaciones que muestran una larga historia de viruela en Egipto, sugerencias de que se extendió por el Imperio Romano y la identificación de brotes de la enfermedad en el siglo VI.
Legado
Desde su supuesta supervivencia de la viruela, Nicasio se convirtió en el santo patrón de las víctimas de la viruela. Una oración dejó:
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que el Señor proteja a estas personas y que la obra de estas vírgenes proteja contra la viruela. San Nicasio tenía la viruela y le pidió al Señor [que preservara] a quien llevara inscrito su nombre. ¡Oh San Nicasio! Ilustre obispo y mártir, ruega por mí, pecador, y defiéndeme con tu intercesión de esta enfermedad. Amén.
Una abadía benedictina en Reims fue nombrada más tarde en su honor
Fuentes consultadas: oca.org, johnsanidopoulos.com