Versos:
"Germán se regocijó de dejar la tierra y su trono terrenal, la tierra ve como el trono del Creador y se regocija".
Nuestro Santo Padre Germán (del gr. "Γερμανός", [Guermanós]) vivió durante el reinado del emperador Anastasio II (713-715) y floreció también bajo León el Isaurio (717-741) e iconoclasta. Era hijo de Justiniano el Patricio, un hombre famoso y muy comentado debido a sus virtudes, ya que durante el reinado del emperador Heraclio (641), entregó gran parte de su propiedad al público.
"Germán se regocijó de dejar la tierra y su trono terrenal, la tierra ve como el trono del Creador y se regocija".
Nuestro Santo Padre Germán (del gr. "Γερμανός", [Guermanós]) vivió durante el reinado del emperador Anastasio II (713-715) y floreció también bajo León el Isaurio (717-741) e iconoclasta. Era hijo de Justiniano el Patricio, un hombre famoso y muy comentado debido a sus virtudes, ya que durante el reinado del emperador Heraclio (641), entregó gran parte de su propiedad al público.
Por lo tanto, sorprendió a los líderes imperiales por su piedad y virtud. Fue ejecutado y asesinado por Constantino el Barbado, el sobrino de Heraclio, diciendo que trató de levantarse contra su gobierno. Así, San Germán, su hijo, se convirtió en eunuco y figuraba entre el clero de la santísima Iglesia. El Santo se ocupó del hecho de que se hizo eunuco al considerarlo algo rentable para sí mismo, por lo tanto, se entregó al estudio y la contemplación de las Santas Escrituras. Así, el renombrado llegó a una gran altura del conocimiento divino debido a su naturaleza aguda y su constante trabajo y búsqueda.
Considerado como un buen hombre en la vida, primero fue ordenado Obispo de Cízico en el año 714, no convertíendose en diácono, luego en sacerdote y luego en obispo en un día, sino sucesivamente y con tiempo para darle el tiempo suficiente para pasar cada etapa. Debido a que la Iglesia de Cristo en ese momento necesitaba el cuidado y la administración de un hombre sensato y culto, hombre de discurso y acción, como este Santo, por esta razón fue elevado de Cízico al trono de Constantinopla. Mediante sus muchas enseñanzas, el bendito restauró al pueblo del Señor e interpretó los significados profundos y ocultos de las Escrituras. Y decoró las iglesias de los fieles, con discursos panegíricos y encomios. Los endulzó con melodías, canciones e himnos profundos para las vigilias festivas.
León III el Isaurio, en lugar de ser solo emperador y monarca, también se convirtió en un tirano duro, y comenzó un asalto contra Dios: porque el rebelde se esforzó por rechazar los iconos sagrados, que representan al Hijo de Dios en la carne, y ni las enseñanzas ni las pruebas de las Escritura le convencieron de que los iconos sagrados deben ser honrados y venerados. No solo hizo esto, sino que el impío también quemó los libros escritos por San Germán, en los que defendía el poder y la autoridad de la Ortodoxia, y reprendió la cacodoxia de los herejes e impíos iconoclastas. Cuando sucedieron estas cosas, entonces San Germán consideró que al enseñarle no estaba haciendo nada más que hablar con un hombre sordo, tonto y borracho debido a su impiedad, y con alguien que no deseaba volver a sus cabales y ser corregido.
Por esta razón, se quitó su omoforio y lo colocó en el Santo Altar, y se retiró del Patriarcado para ir a la casa de su familia llamada Platanias, donde vivió en silencio. Por lo tanto, llegando a la edad de noventa años, es decir, una profunda y buena vejez, el bendito completó su vida y se fue al Señor. Sus santas reliquias, no solo cuando fueron enterradas, sino también después de ello, liberaron a muchos de sus diversas enfermedades, y todos los días realiza curaciones hacia quienes se acercan con fe. Fue enterrado en el Santo Monasterio de Cora. Su Sínaxis y Fiesta se celebra en la santísima Gran Iglesia.
Ἀπολυτίκιον Ἦχος α’. Τῆς ἐρήμου πολίτης.
Τοὺς διττοὺς ὑποφήτας τῆς ἄναρχου θεότητας, τῶν θεοτυπώτων δογμάτων, τοὺς πανσόφους ἐκφάντορας, σὺν τῷ Ἐπιφανίῳ τῷ κλεινῷ, ὑμνήσωμεν τὸν θεῖον Γερμανῶν ὡς λαμπροὶ γὰρ τῶν ἀρρήτων μυσταγωγοί, πυρσεύουσι τοὺς κράζοντας δόξα τῷ στεφανώσαντι ὑμᾶς, δόξα τῷ μεγαλύναντι, δόξα τῷ βεβαιούντι δι' ὑμῶν, πίστιν τὴν Ὀρθόδοξον.
Apolitiquio tono 1º
Honremos las dos trompetas divinas de la Iglesia, al Jerarca Germán y al reconocido Epifanio; uno censuró a León en defensa del icono de Cristo, el otro fue un flagelo de herejías. Interceded los dos siempre por nosotros.
Κοντάκιον Ἦχος δ’ . Ὁ ὑψωθείς.
Ἱεραρχῶν τὴν θαυμαστὴν ξυνωρίδα, ἀνευφημήσωμεν πιστοὶ κατὰ χρέος, σὺν Γερμανῷ τὸν θεῖον Ἐπιφάνιoν, οὖτοι γὰρ κατέφλεξαν, τῶν ἀθέων τὰς γλώσσας, δόγματα σοφώτατα, διαθέμενοι πᾶσι, τοῖς ὀρθοδόξως μέλπουσιν ἀεί, τῆς εὐσεβείας τὸ μέγα μυστήριoν.
Condaquio tono 4º
Alabemos los fieles con alegría a los dos Jerarcas, los santos Epifanio y Germán; quemaron las lenguas de los impíos y predicaron la verdadera doctrina para todos los que con fe cantan los grandes misterios.
Fuentes consultadas: saint.gr, synaarion.gr, https://books.google.gr/