viernes, 13 de octubre de 2023

Santo Mártir Florencio de Tesalónica

 Versos:
"Oh Mártir Florencio, singularmente valiente, corriste hacia la llama como si fuera agua refrescante".

El Santo Mártir Florencio era de la ciudad de Tesalónica, y como era un cristiano celoso de la fe y la virtud, insultó y blasfemó contra todos los dioses de los griegos, y apoyó a los cristianos en su fe en Cristo, guiándolos en cultivar las virtudes y guardar los mandamientos de Cristo. Por esta razón fue arrestado por el gobernador de Tesalónica, y luego de ser interrogado por él, Florencio confesó audazmente que Dios es el Creador pre-eterno de todas las cosas, y despreció a los dioses de los griegos, que son ídolos sin vida y sin sentido hechos de madera, oro y plata. 






Habiendo dicho estas cosas, fue golpeado, luego atado a una madera y desollado vivo; luego fue arrojado a un horno en llamas. Sufrió todo esto mientras se regocijaba, oraba y agradecía a Dios, y a través de estas luchas el bendito fue perfeccionado y recibió la corona del martirio. 





Un servicio fue compuesto en su honor por Hieromonje Gerasimos el Athonita, que era de Naxos. Lo compuso el 12 de septiembre de 1912, mientras vivía en el Monasterio de Ivyron, donde se guarda el manuscrito.


Apolitiquio tono 1º

Atleta del Señor y campeón de la Fe, alarde de atletas y Ángeles, de los que eres conciudadano Florencio, no ceses de suplicar fervientemente, al único Dios que está más allá del bien, en nombre de los que celebran con reverencia, tu memoria clamando: Gloria a Cristo que te fortaleció, gloria a Aquel que te coronó, gloria a Aquel que obra a través de ti toda clase de curaciones.

Condaquio tono 4º

Como el sol brillas sobre la ecumene, y tu augusto recuerdo ha surgido hoy para los fieles, iluminando a los que te claman: Alégrate Florencio, jactancia de los mártires.

Megalinario

Alégrate, la belleza de los mártires, y la alegría, oh Campeón, de los ortodoxos. Alégrate, conciudadano del divino Demetrio. Alégrate, Florencio, el alarde de Tesalónica.

 

 


Fuentes consultadas: saint.gr, johnsanidopoulos.com, synaxarion.gr

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