El santo Jerarca Hilario nació de padres paganos en la Galia, y fue formado en filosofía y retórica y en un alto nivel de griego. En un momento en que el paganismo todavía era fuerte en la Galia, San Hilario entendió la falsedad del politeísmo después de estudiar los escritos del Antiguo y del Nuevo Testamento, con el resultado de que abandonó su neoplatonismo por el cristianismo, y con su esposa y su hija (tradicionalmente nombrada San Abra), fue bautizado y recibido en la Iglesia.
Alrededor del año 350 fue ordenado obispo de Poitiers, cuando Arles y Milán estaban en manos de los arrianos y el arriano Constancio era el único emperador. Al igual que su contemporáneo San Atanasio, el episcopado de San Hilario fue una larga lucha contra los arrianos. Como obispo de Poitiers, San Hilario previó la futura grandeza de San Martín (12 de noviembre) y lo unió a sí mismo. En 355, cuando se le pidió que aceptara la condena de San Atanasio aprobada por el Sínodo de Milán, Hilario escribió una epístola al emperador Constancio condenando los errores cometidos por los arrianos y solicitando, entre otras cosas, la restauración de los obispos Ortodoxos, incluido Atanasio. Por esto, Hilario fue desterrado a Asia Menor, donde escribió su mejor trabajo, "Sobre la Trinidad".
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Hilario asistió a varios sínodos durante su tiempo en el exilio, incluido el sínodo en Seleucia (359), que vio el triunfo de la consubstancialidad entre el Padre y el Hijo y la prohibición de toda discusión sobre la esencia divina. En 360, Hilario intentó sin éxito asegurar una audiencia personal con Constancio, así como abordar el sínodo que se reunió en Constantinopla en 360. Cuando este sínodo ratificó las decisiones de Ariminum y Seleucia, Hilario respondió con el amargo "In Constantium", que atacaba al El emperador Constancio como anticristo y perseguidor de los cristianos ortodoxos. Las solicitudes urgentes y reiteradas de Hilario para debates públicos con sus oponentes, especialmente con Ursacius y Valente, resultaron finalmente tan inconvenientes que lo enviaron de regreso a su diócesis, que parece haber alcanzado alrededor de 361, en un tiempo muy corto desde la adhesión del emperador Julián.
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San Hilario regresó a su sede casi cuatro años después en 361, donde San Martín lo buscó nuevamente. Fue esta vez que San Hilario bendijo a Martín para fundar un monasterio cerca de Poitiers, donde Martín permaneció hasta ser consagrado Obispo de Tours en 371. Hilario pasó la mayor parte de los primeros dos o tres años después de su exilio tratando de persuadir al clero local de que la confesión de la consubstancialidad (omousion) era simplemente una tapadera para el subordinacionismo tradicional arriano. Por lo tanto, varios sínodos en la Galia condenaron el credo promulgado en el Sínodo de Ariminium (359).
En sus últimos años, San Hilario se esforzó por la deposición de Auxentius (Auxencio), el obispo arriano de Milán, pero al afectar una confesión ortodoxa Auxentius retuvo su sede. San Hilario reposó en paz alrededor del año 368. Auxencio murió en 374 y fue sucedido por San Ambrosio, quien continuó la batalla de San Hilario contra el arrianismo.
San Jerónimo escribió lo siguiente sobre él (Sobre hombres ilustres, 100):
"Hilario, obispo de Poitiers en Aquitania, era miembro del partido de Saturninus obispo de Arles. Expulsado a Frigia por el Sínodo de Beziérs, compuso doce libros "Contra los Arrianos" y otro libro "Sobre los Sínodos" escrito a los obispos galicanos, y "Comentarios sobre los Salmos" que están en el primero y el segundo, desde el 51 hasta el 62, y desde el 118 hasta el final del libro. En esta obra imitó a Orígenes, pero también agregó algo original. Hay un pequeño libro de su "A Constancio" que presentó al emperador mientras vivía en Constantinopla, y otro "Sobre Constancio" que escribió después de su muerte y un libro contra Valens y Ursacius, que contiene una historia de los Sínodos ariminios y selucianos y "Para Salustio el prefecto o Contra Dioscurus", también un libro de himnos y misterios, un comentario sobre Mateo y tratados sobre Job, que tradujo libremente del griego de Orígenes, y otra pequeña y elegante obra "Contra Auxentius", y epístolas a diferentes personas. Se dice que ha escrito "Sobre el Cantar de los Cantares", pero este trabajo no lo conocemos. Murió en Poitiers durante el reinado de Valentiniano y Valens ".
Sus santas reliquias aún descansan en la catedral que lleva su nombre en Poitiers en Francia.
Leer más sobre la Vida de San Hilario
En sus últimos años, San Hilario se esforzó por la deposición de Auxentius (Auxencio), el obispo arriano de Milán, pero al afectar una confesión ortodoxa Auxentius retuvo su sede. San Hilario reposó en paz alrededor del año 368. Auxencio murió en 374 y fue sucedido por San Ambrosio, quien continuó la batalla de San Hilario contra el arrianismo.
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San Jerónimo escribió lo siguiente sobre él (Sobre hombres ilustres, 100):
"Hilario, obispo de Poitiers en Aquitania, era miembro del partido de Saturninus obispo de Arles. Expulsado a Frigia por el Sínodo de Beziérs, compuso doce libros "Contra los Arrianos" y otro libro "Sobre los Sínodos" escrito a los obispos galicanos, y "Comentarios sobre los Salmos" que están en el primero y el segundo, desde el 51 hasta el 62, y desde el 118 hasta el final del libro. En esta obra imitó a Orígenes, pero también agregó algo original. Hay un pequeño libro de su "A Constancio" que presentó al emperador mientras vivía en Constantinopla, y otro "Sobre Constancio" que escribió después de su muerte y un libro contra Valens y Ursacius, que contiene una historia de los Sínodos ariminios y selucianos y "Para Salustio el prefecto o Contra Dioscurus", también un libro de himnos y misterios, un comentario sobre Mateo y tratados sobre Job, que tradujo libremente del griego de Orígenes, y otra pequeña y elegante obra "Contra Auxentius", y epístolas a diferentes personas. Se dice que ha escrito "Sobre el Cantar de los Cantares", pero este trabajo no lo conocemos. Murió en Poitiers durante el reinado de Valentiniano y Valens ".
Sus santas reliquias aún descansan en la catedral que lleva su nombre en Poitiers en Francia.
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Apolitiquio tono 4º
Guía de la Ortodoxia, maestro de piedad y santidad, luminaria del mundo, adorno inspirado por Dios de los jerarcas, oh sabio Hilario, por tus enseñanzas has iluminado a todos, oh arpa del Espíritu. Intercede ante Cristo Dios para que nuestras almas sean salvadas.
Condaquio tono plagal del 1º
Soportando el exilio por la fe entregada a la Iglesia de Cristo, resististe el engaño de los arrianos, oh santo Jerarca Hilario. Con tus oraciones y tus enseñanzas, oh defensor de la Ortodoxia y de la creencia correcta, convierte las tierras occidentales y suplica a Cristo por nosotros, que te honramos.
Fuentes consultadas: synaxarion.gr, saint.gr, oodegr.com.
