Versos:
"Una compañía de hombres de las naciones te veneraba, oh Logos, mostrando su reverencia futura de las naciones".
Junto con el nacimiento carnal de Nuestro Señor, se conmemoran también los Magos que adoraron a Jesús Cristo en la cueva de Belén.
En el tiempo del profeta Moisés había un adivino llamado Balaam, que habitaba en el área de los persas, y junto con muchas otras cosas que adivinó y predijo, también dijo esto:
"Una estrella saldrá de Jacob; un cetro se levantará de Israel "(Números 24:17).
Por lo tanto, esta profecía fue recordada por herencia por los otros adivinos y magos de los persas, e incluso fue enseñada a los reyes de Persia. Por lo tanto, observaron cuándo aparecería esta estrella. Como astrónomos, por lo tanto, vieron dónde estaba y cómo no se movía de este a oeste, como suelen hacer otras estrellas, sino desde la constelación del oso hasta el mediodía, es decir, de norte a sur (en esa Persia está al norte), lo que despertó su curiosidad, por lo que reconocieron que claramente ha nacido un gran rey.
Por lo tanto, siguieron la estrella y llegaron a Jerusalén, diciendo: "¿Dónde está el Rey de los Judios que ha nacido? Al escuchar esto, Herodes se agitó.
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Y reunió a todos los sumos sacerdotes y escribas de los Judios, pidiendo encontrar , "¿En qué parte de la Escritura dice que Cristo nacería?" Le dijeron: "En Belén de Judea".
Luego llamó en secreto a los Magos, diciéndoles: "Ve y averigua sobre este niño, y cuando encuentres él, muéstramelo también a mí, para que yo también pueda venir y venerarlo ". Esto lo dijo engañosamente, para averiguar dónde estaba, para poder enviar hombres allí para matarlo.
Los magos encontraron a Cristo a través de la estrella, y cayeron y lo veneraron. Y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos, oro, incienso y mirra. Y después de que lo veneraron, regresaron a su tierra, sin regresar a Herodes para darles la noticia. Porque un Ángel del Señor apareció mientras dormía, y les informó que debían hacer esto. Por lo tanto, Herodes, al ver que los Magos se burlaron de él, envió soldados para matar a todos los hijos de Belén, todos los que tenían menos de dos años. Por esta razón, Dios envió un ángel a José y le dijo: "Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto". José hizo lo que el Ángel le ordenó y bajaron a Egipto.
Mateo Evangelista registra estas cosas en el segundo capítulo.
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En el Nuevo Testamento griego, con breve interpretación del teólogo P. Trempelas, este suceso es narrado del siguiente modo:
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO. Capítulo 2. Vers. 1-12.
La adoración de los Magos.
1. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, unos astrónomos sabios de las regiones del este vinieron a Jerusalén.
2. Y comenzaron a preguntar: ¿Dónde está el rey de los Judíos que ha nacido recientemente? Porque hemos visto su estrella del amanecer dando la noticia del nacimiento del nuevo rey, y hemos venido para adorarle.
3. Pero cuando el rey Herodes escuchó estas palabras que dijeron los magos, se alarmó, porque temió que el nuevo rey se convirtiese en su oponente. Al mismo tiempo se alarmaron también los habitantes de toda la ciudad de Jerusalén, porque temían que la locura del cruel rey Herodes cayese sobre ellos.
4. Entonces Herodes reunió a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, que se consideraban como los conocedores y maestros de la ley, y pidió que le indicasen en qué parte, según las profecías, nacería el Cristo, es decir el Mesías y el rey de Israel.
5. Ellos le dijeron: nace en Belén de Judea, porque así ha sido escrito por Dios mediante el profeta Micaías:
6. Y tú, Belén, que te encuentras en la tierra de la tribu de Judá, aunque pareces pequeña aldea, no eres en absoluto la más insignificante ciudad de las capitales que dividen la región de la tribu de Judá. Y no eres la más pequeña, porque de tí saldrá el guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO. Capítulo 2. Vers. 1-12.
La adoración de los Magos.
1. Cuando Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, unos astrónomos sabios de las regiones del este vinieron a Jerusalén.
2. Y comenzaron a preguntar: ¿Dónde está el rey de los Judíos que ha nacido recientemente? Porque hemos visto su estrella del amanecer dando la noticia del nacimiento del nuevo rey, y hemos venido para adorarle.
3. Pero cuando el rey Herodes escuchó estas palabras que dijeron los magos, se alarmó, porque temió que el nuevo rey se convirtiese en su oponente. Al mismo tiempo se alarmaron también los habitantes de toda la ciudad de Jerusalén, porque temían que la locura del cruel rey Herodes cayese sobre ellos.
4. Entonces Herodes reunió a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, que se consideraban como los conocedores y maestros de la ley, y pidió que le indicasen en qué parte, según las profecías, nacería el Cristo, es decir el Mesías y el rey de Israel.
5. Ellos le dijeron: nace en Belén de Judea, porque así ha sido escrito por Dios mediante el profeta Micaías:
6. Y tú, Belén, que te encuentras en la tierra de la tribu de Judá, aunque pareces pequeña aldea, no eres en absoluto la más insignificante ciudad de las capitales que dividen la región de la tribu de Judá. Y no eres la más pequeña, porque de tí saldrá el guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.
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| «Θεοδρόμον αστέρα Θεωρήσαντες Μάγοι», "Observando la estrella que hacia Dios los guiaba, sus fulgores siguieron los magos.". Pintura fresco en pared de la capilla (del gr. "παρεκκλήσιο", [pareklísio]), de los versos del Himno Akáthisto. Monasterio de San Juan Lampadistí |
7. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo que quedaba desde la aparición de la estrella;
8. y enviándolos a Belén, les dijo: Id allí e investigad con exactitud todo lo posible acerca del niño; y cuando tengáis informaciones, hacédmelas saber, para que yo también vaya a Belén y le adore.
9. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron hacia Belén. Y he aquí la estrella sobrenatural que brillaba también durante el día, que habían visto desde el principio en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando se detuvo sobre donde estaba el niño.
10. En cuanto vieron el astro los magos, se alegraron en gran manera, porque ya tenían un guía seguro.
11. Y cuando llegaron a la casa, vieron al niño con su madre María, y cayendo sobre tierra, le adoraron; y abriendo sus cofres le ofrecieron regalos.: oro, y de los preciosos aromas de Arabia incieno y esmirna.
12. Debido a que Dios les dio en su sueño la indicación de no volver a donde Herodes, se fueron por otro camino hacia su tierra.
8. y enviándolos a Belén, les dijo: Id allí e investigad con exactitud todo lo posible acerca del niño; y cuando tengáis informaciones, hacédmelas saber, para que yo también vaya a Belén y le adore.
9. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron hacia Belén. Y he aquí la estrella sobrenatural que brillaba también durante el día, que habían visto desde el principio en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando se detuvo sobre donde estaba el niño.
10. En cuanto vieron el astro los magos, se alegraron en gran manera, porque ya tenían un guía seguro.
11. Y cuando llegaron a la casa, vieron al niño con su madre María, y cayendo sobre tierra, le adoraron; y abriendo sus cofres le ofrecieron regalos.: oro, y de los preciosos aromas de Arabia incieno y esmirna.
12. Debido a que Dios les dio en su sueño la indicación de no volver a donde Herodes, se fueron por otro camino hacia su tierra.
Apolitiquio tono 4
Tu Natividad, Cristo nuestro Dios, ha hecho que la luz del conocimiento amanezca en el mundo, porque por ella a los que adoraban las estrellas se les enseñó una estrella para venerarte, el Sol de la justicia, y conocerte la Fuente del Día desde lo alto. Señor, gloria a ti.
Condaquio tono 3
Hoy la Virgen da a luz a Aquel que es sobre todo ser, y la tierra le ofrece la Cueva a la que nadie puede acercarse; Los ángeles con los pastores dan gloria, y los magos viajan con una estrella; para nosotros ha nacido un niño pequeño: Dios eterno.
Oikos
Belén ha abierto el Edén, venid, veamos;
Hemos encontrado deleite en secreto, venid a recibirlo
Las alegrías del paraíso dentro de la cueva;
Allí ha aparecido la raíz no regada cuya flor es el perdón,
Se ha encontrado el pozo no cavado
Del cual David una vez quiso beber;
Allí una virgen ha dado a luz un bebé
Y a la vez ha saciado la sed de Adán y David.
Por eso apresurémonos a este lugar donde ha nacido
Un niño pequeño: Dios eterno.
