jueves, 21 de noviembre de 2024

Venerable Procopio de Vyatka, "Loco en Cristo" (+1627)

El Venerable Procopio de Vyatka (actual Kirov) nació en 1568 en el pueblo Koriankiskói en la ciudad rusa de Vyatka. Cuando tenía 12 años de edad, fue golpeado por un relámpago, dejándole insensible y en estado muy grave.

Le llevaron al higúmeno del monasterio dedicado a la Dormición de la Theotokos, al posteriormente San Trifón (8 de Octubre), quien hizo que Procopio se recuperase mediante sus oraciones. El suceso le conmocionó y decidió ir a un pueblo vecino y servir en la iglesia de Santa Catalina, cerca de San Hilarión.
Sus padres, Máximo e Irene, eran campesinos pobres, y en cuanto Procopio cumplió los 20 años quisieron casarle con una chica del agrado de ellos. El santo, buscando evitar la boda fue a la ciudad de Vyatka, donde se hacía pasar por loco, loco en Cristo. 
 
 








Comenzó a ir por los caminos medio desnudo y a dormir donde fuese excepto en una cama. Paró de hablar y se comunicaba con los demás solo con gestos o con señales que hacía con la mano. 
Solo hablaba con su padre espiritual, el sacerdote Ioannis del templo de la Ascensión, quien era el único que conocía su situación real, y el único que le había oído hablar. Procopio se confesaba y comulgaba como mínimo cada Domingo.
Cuando le dieron una prenda para taparse o para calentarse, se la ponía por un momento mostrando obediencia pero después se la daba a algún pobre.









Acostumbraba a visitar los hospitales y si veía a alguien que se ponía bien, le daba fuego a sus prendas, mientras que si preveía que alguien no se curaría, le cubría con su sábana,  queriendo recordarle así que se arrepintiese, que todavía tenía tiempo.  
Hizo bastantes predicciones con distintas señales proféticas, las cuales siempre se realizaban. Una vez, antes de comenzar un gran incendio, fue al campanario de un templo y durante una semana golpeó la alarma de incendio.








Otra vez fue a la oficina del director de policía de la región, le quitó el sombrero y se lo puso en su cabeza.  El comandante, que le conocía, bromeando le propuso su puesto en la oficina. Procopio le cogió de la mano y le condujo a la sala con las celdas de los prisioneros. En una semana, el Zar ordenó que arrestaran al gobernador por mala conducta.
El próximo gobernador de la ciudad y su esposa fueron le respetaban mucho y le llevaron a su casa. Allí fue lavado y vestido con ropa limpia. Al ver sus buenas intenciones, el santo aceptó su hospitalidad, pero en unos días regresó a las calles, donde se revolcó en el barro y rasgó su ropa nueva y continuó viviendo como antes.
 



Vyatka (Kirov), ciudad natal del Venerable Procopio, "Loco en Cristo" 




Luego fue al templo del Santo Precursor, en una ciudad vecina, y agarró a un joven llamado Cornelio por el brazo mientras cantaba y lo arrastró por la fuerza frente a las Puertas Reales del Santuario. Seis años después, este joven fue ordenado sacerdote.
Así vivió durante 30 años, hasta la edad de 49 años, en 1627. Fue enterrado en el Monasterio de la Asunción de la Virgen de Viatka, donde aún se encuentran sus santos restos. Después del 3 de marzo de 1666 se hizo más famoso cuando curó a una señora llamada Marta que padecía una enfermedad grave, a quien previamente el santo se le había aparecido en una visión.

La vida del Venerable Procopio fue escrita a fines del siglo XVII.
 









Otra versión de su vida.

San Procopio de Vyatka, hijo de devotos campesinos, fingió por primera vez la locura a la edad de veinte años para escapar de un matrimonio que se le estaba instando. En secreto, había huido a la ciudad de Khlynov, donde asumió la hazaña de la necedad.

Se pasaba la vida en las calles semidesnudo, dormía donde lo alcanzaba la noche y nunca aceptaba el cobijo de una casa. Utilizaba señas para hacerse entender y nunca decía una palabra, excepto a su padre espiritual, con quien conversaba normalmente como un hombre en posesión de todas sus facultades.










Cuando le daban una prenda de vestir, la usaba por un tiempo por obediencia y luego se la daba a algún pobre. Cuando visitaba a los enfermos, prendía fuego a las camas de los que iban a ponerse bien y enrollaba en sus sábanas a los que iban a morir.

Fue glorificado por el Señor con el don de clarividencia y profecía. Hizo muchas predicciones, a menudo mediante signos proféticos desconcertantes, cuyo significado se hacía evidente con el evento.

Pasó treinta años en la locura por Cristo y, habiendo predicho su muerte, durmió en el Señor en paz a la edad de cuarenta y nueve años, en 1627.









Apolitiquio tono 1º (general, a un "Loco en Cristo")

Habiendo oído la voz de tu Apóstol Pablo que decía, somos necios por causa de Cristo, tu siervo, Cristo Dios, por amor tuyo se hizo necio en la tierra. Honrando pues su memoria, te rogamos, Señor, que salves nuestras almas.


Condaquio tono plagal del 4º

La belleza más alta anhelando, abandonaste los placeres corporales celosamente, viviendo como los ángeles, no ganando las cosas del mundo vano, finalizaste, Bienaventurado Procopio, con ellos. Ruega sin cesar a Cristo Dios por todos nosotros.




Fuentes consultadas: saint.gr, fatheralexander.org, es. wikipedia.org, johnsanidopoulos.com

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