Versos:
"Voluntariamente avanzó hacia ti, oh mi Cristo, Pitirion el trabajador de la voluntad".
Historia de los monjes de Egipto, por san Jerónimo.
15. SOBRE PITIRIÓN
1. Vimos en la Tebaida un monte elevado que estaba próximo al río, bastante temible y escarpado, y a unos monjes que vivían allí en sus cuevas. Allí se encontraba el padre de ellos, de nombre Pitirión *, quien llegó a ser uno de los discípulos de Antonio ** y su tercer sucesor en aquel lugar. Pitirión, aunque realizaba también otros muchos milagros, de manera manifiesta expulsaba a los espíritus.
2. En este sentido, sucedió a Antonio y a su discípulo Ammonio, pues también recibió a las claras la herencia de sus dones divinos. Pitirión nos habló de muchas cosas diferentes y, sobre todo, trató extensamente el tema relacionado con la separación de los espíritus, diciendo que algunos demonios son los que acompañan a las pasiones y que, en muchas ocasiones, vuelven nuestros sentimientos hacia el mal ***. «Así pues, hijos», continuó explicándonos, «quien quiera expulsar a los demonios, someta primero las pasiones.
"Voluntariamente avanzó hacia ti, oh mi Cristo, Pitirion el trabajador de la voluntad".
Historia de los monjes de Egipto, por san Jerónimo.
15. SOBRE PITIRIÓN
1. Vimos en la Tebaida un monte elevado que estaba próximo al río, bastante temible y escarpado, y a unos monjes que vivían allí en sus cuevas. Allí se encontraba el padre de ellos, de nombre Pitirión *, quien llegó a ser uno de los discípulos de Antonio ** y su tercer sucesor en aquel lugar. Pitirión, aunque realizaba también otros muchos milagros, de manera manifiesta expulsaba a los espíritus.
2. En este sentido, sucedió a Antonio y a su discípulo Ammonio, pues también recibió a las claras la herencia de sus dones divinos. Pitirión nos habló de muchas cosas diferentes y, sobre todo, trató extensamente el tema relacionado con la separación de los espíritus, diciendo que algunos demonios son los que acompañan a las pasiones y que, en muchas ocasiones, vuelven nuestros sentimientos hacia el mal ***. «Así pues, hijos», continuó explicándonos, «quien quiera expulsar a los demonios, someta primero las pasiones.
Mapa de la Diócesis de Egipto durante el Bajo Imperio romano, en el 400 a. C., con la Tebaida en el sur. |
3. Pues, al expulsar aquella pasión que se haya apoderado de uno, también se expulsará a su demonio. Es necesario que vosotros venzáis las pasiones poco a poco, para que expulséis sus demonios. Un demonio acompaña a la glotonería, por lo que, si domináis la glotonería, expulsaréis al demonio de ésta****».
4. El hombre comía dos veces por semana, en domingo y en jueves, cuando probaba un poco de caldo de harina. Dado que ha moldeado así sus costumbres, no puede comer nada más.
4. El hombre comía dos veces por semana, en domingo y en jueves, cuando probaba un poco de caldo de harina. Dado que ha moldeado así sus costumbres, no puede comer nada más.
NOTAS:
* Cf. Rufinus, H.Mon. 13; Nicephorus, Chron.syn. 9.14.
** Antonio (250-356) abandonó la comodidad de las riquezas que poseía cuando un día oyó en la iglesia Mt 19,2: Si quieres ser perfecto, vete, y vende todas tus propiedades, y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme. Una vez que vendió sus propiedades y dejó a su hermana al cuidado de una mujer, se retiró a unas ruinas, donde vivió en soledad durante veinte años. Su austeridad, sus tentaciones y su vida piadosa pronto se hicieron notorias en Egipto, lo que propició que los devotos fueran a visitarle. Debido a la molestia que le provocaban estas visitas, se apartó a lugares aún más remotos. Una vez más, debido a la afluencia de personas, se alejó del lugar para asentarse definitivamente en una cueva en la montaña. No obstante, allí los monjes continuaron visitándole para pedirle consejo. Antonio, sólo en ocasiones, salía de su retiro para supervisar los monasterios cercanos. Murió a los ciento cinco años. Aunque Antonio no fue el fundador de la vida anacorética, se convirtió en el símbolo del anacoretismo por la popularidad que tuvo la biografía que Atanasio le dedicó y por su longevidad; cf. Teja Casuso (1999) 152.
*** La demonología, como H. Mon. atestigua, es uno de los temas centrales del pensamiento de Antonio, el cual puede ser reconstruido a través de V. Anton., Cartas de Ammonio y las obras de Evagrio. La conclusión que se obtiene de estas obras es que Antonio –al igual que sus discípulos Ammonio y Pablo- conciben una gran diversidad de seres intermediarios –demonios, ángeles y arcángeles- que intervienen para inducir las pasiones en el ser humano, causar la dispersión del alma atándola a lo terrenal. Frente a ellos, el monje debe ser capaz de, en virtud de su conocimiento, discernir lo verdadero de lo falso y, en lo ético, llevar una vida íntegra. Las raíces de este pensamiento se encuentran claramente en las obras de una generación anterior, a saber, Clemente de Alejandría, Valentín, Orígenes y Ario; cf. Brakke, D., 19-32.
**** La imagen de los demonios como causantes de las pasiones e, incluso, como intérpretes de las pasiones mismas es un tema extensamente tratado; cf. Czachesz, I., «The Bride of the Demon. Narrative Strategies of Self-Definition in the Acts of Thomas», en Bremmer, J. N., (ed.), The Apocryphal Acts of Thomas, Leuven 2001, 36-52, donde el autor repasa este tipo de pasajes en los ATh. a la luz de Jüng y Freud. También cf. Russell, N.-Ward, B., 32.
Fuentes consultadas: Historia monachorum in Aegypto (Historia de los monjes en Egipto), © Dámaris Romero González e Israel Muñoz Gallarte, wikipedia.com